Capítulo 6

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Son las 8 y, tal como había pensado, Ana quiere llegar antes para coger su sitio correspondiente.
El asunto toma un tono gracioso cuando, en la entrada del instituto, ve a Al subiendo las escaleras para entrar al edificio.
-No puede ser- dice ella en voz baja. Ya no era en sí por el sitio. El sitio le daba igual, pero se había encabezonado en que lo quería y cuando Ana Fuster se centra en algo es mejor que no te pongas por medio.
Medio desesperada, camina más rapido para intentar alcanzarlo y lograr quedarse con esa bendita mesa. Quien llegase hoy primero se la quedaría.
Por dos milesimas de segundo Al entra antes a clase. Por probabilidad ganaba él, tenía las piernas más largas e iba más adelantado.
Ella va por detras intentando adelantarlo pero, de repente, Al se frena en seco y ella se choca con él.
-Aaay, pero ¡¿Qué haces?!- Dice Ana.
-¿Estás bien?- Responde él medio riéndose mientras se da la vuelta.
-Sí, es que me gusta comer mochilas- Dice ella con clara ironía.
-Vaya, algún día probaré. A ver si me pasas la receta, aunque sería un buen paso empezar contestando a mis mensajes. ¿No te parece?
-Que gracioso eres ¿No Al? Y no, no te voy a pasar la receta de nada.- Ana se hace notar dura por fuera pero, por dentro sonríe porque sabe que su táctica de no contestarle ha avivado el asunto, o al menos eso parece.
-Entonces, sino te importa voy a dejar mi mochila en su sitio.- Al se va hacia el fondo de la clase y Ana, sabiendo que iba a tomar el sitio 'privilegiado', decide sentarse en primera fila. Había perdido esta batalla.
Con el móvil en la mano y ya sentada, dos toques tímidos en el hombro izquierdo la incitan a darse la vuelta.
-Creía que te sentabas allí.- Señala Al el sitio 'privilegiado' y Ana ve que Al aún lleva su mochila colgada. A lo mejor fue por pena o por caballerosidad, por alguna razón desconocida Al toma la mochila de Ana y la lleva hasta la mesa, al lado de la ventanilla, de la quinta fila.
-¿Porqué haces eso?- Pregunta ella que aún sigue sentada.
-Porque no todos los días se le puede ceder el sitio a alguien así.-
Él acaba de irse, pero Ana sonríe.
Lección 2: No todas las batallas que parecen perdidas acaban mal.

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