-Es como... si nunca hubiese valorado realmente nuestra amistad. ¿Sabes lo mal que me sentí? Es que, el hecho de recordarlo hace que me pregunte si de verdad algún día me quiso tanto como yo a ella. Las mejores amigas no se separan por tonterías, así que fue ella la que quiso perderme, ella fue la que mintió. Mintió en mi cara... ¿cómo se puede ser tan fría? Ella fue la que creó mi peor recuerdo del pasado.
Vale, puede ser que yo me equivocara pero nunca fue mi intención hacerle sentir mal. Yo la quería de verdad y no puedo seguir culpándome por esto, porque si de verdad le dolía alguna de mis palabras, ¿Por qué no me lo dijo nunca? En ese mismo momento... pero, no después de tanto tiempo y no para recordarme cosas por las que hasta me había disculpado ya.
Te juro que fue la primera vez que sentí cómo se me rompía el corazón. Y fue cuando descubrí que no solo se trata de una expresión, porque te duele cada recuerdo pasado que se repite y no pasa nunca, y ... pesa tanto. Todo fue una historia de cuento hasta ese día, y la realidad es que duele muchísimo pensar que una persona por la que tu darías todo, hizo como si nunca hubiese pasado nada y cerró la historia con el peor día de toda mi vida, a base de mentiras y lágrimas.-
-Lo sé, sé que lo pasaste fatal. Pero no sé porqué sigues pensando en eso. Estas volviendo a romperte a ti misma, tú sola.- Dice Helena.
-Es que no te puedes imaginar lo que me duele verla así ahora. Sabes muy bien que lo único que quise fue ayudarla... era lo único que quería- Responde Ana con una lágrima que se resistía a caer.
-No llores por algo que ya ha pasado. Ella lo sabe mejor que nadie, y si no lo valoró es porque no quiso. Pero por eso tienes a las personas que te rodean hoy.
-Y, ¿ no sería justo que las personas a las que cuidas hoy se quedasen mañana? Es decir, es lo que debería pasar. Si yo te quiero a mi lado, estoy contigo y punto, y me quedo para cuando me necesites y para cuando no, también.
-Es verdad ... pero sabes que eso no va así. -Replica Helena.
-Claro que no es así -Explica Ana- Pero es que... yo pienso en ella y digo: ¿Por qué? Me quedé con ganas de saber qué hice mal cuando intenté que todo fuese igual de bien que siempre. Pero... gracias a ella he encontrado a más gente, y he aprendido que una amistad puede durar hasta cinco años y acabar al día siguiente sin que lo entiendas. He dejado de buscar una respuesta porque sé que algún día vendrá sola. Además, todo se rompió una semana después de prometer que las tres ibamos a estar juntas "Para siempre". ¿Te acuerdas?-
Y Helena asiente con la cabeza.
-Pues ahora sé- sigue ﹰAna- que lo que se promete se acaba antes y no sé cual es la razón exactamente pero siempre pasa. Así que ahora sólo tengo que centrarme en cuidar mejor de quienes me quieren de verdad y de los que no también, para que algún día me quieran.-
Ana y Helena se abrazaron durante mucho tiempo. En fin, ¿Quién cuenta los segundos de un abrazo? Y se despidieron, después de tomarse su yogurth helado como de costumbre, para irse cada una por su lado.
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Lágrimas blancas
Teen FictionAna Fuster tiene 17 años y, como cualquier otra persona de su edad, su objetivo es encontrarse, aunque para ello deba perderse más de una vez. Una historia llena de emoción, traición y como no, amor.