Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|

Capítulo 27.

ARIANNA

Me encuentro sentada en la sala de espera aguardando a los resultados de Liam. Miro mi reloj de muñeca cada dos por tres, soltando un pequeño suspiro que resuena con eco en todo el pasillo. Sé que no conozco a Liam lo suficiente, pero está claro que Niall no tenía por qué golpearle de esa manera, y encima, en medio de todo el campus para que le pudiese ver todo el mundo. Hay demasiadas cosas de él que no llego a entender.

Una enfermera sale de la sala en la que está Liam, sosteniendo una libreta entre sus brazos, y acto seguido levanta la vista para encontrarse con la mía.

—¿Es usted familiar del señor Payne? —pregunta, enarcando una ceja.

—Mmh...sí.

Si dijera que no, no podría entrar así que opto por hacer una mentira piadosa.

La mujer canosa asiente y me deja paso. Me adentro en la habitación cuidadosamente y veo a Liam tendido en la cama de hospital con prácticamente toda la cara vendada. Al notar mi presencia se intenta colocar erguido en la camilla, pero suelta varios jadeos que lo incitan a quedarse en la misma posición anterior.

—Hey. —susurro parándome a su lado.

—Hey.

—¿Cómo estás? —cuestiono.

—Dolorido. —contesta.

—Eso es normal.

Permanecemos en silencio durante unos segundos, y debato en mi mente si preguntar una cuestión que me ha estado reconcomiendo la cabeza todo el viaje hacia el hospital. Toso entrecortadamente y me decido a hablar.

—¿Por qué...por qué te ha pegado?

Él me observa detenidamente posando sus ojos marrones en mi figura. Suspira y murmura unas cuantas palabras que no llego a escuchar del todo bien.

 —Celos. Piensa que estoy tratando de llevarte a la cama y eso que apenas nos conocemos. Si lo hiciéramos estaría ya muerto. —responde fríamente, con un tono de arrogancia incrustada en su propia voz. 

—Pero...¿por qué? Él y yo no somos nada. Ni siquiera amigos.

—Quizá él te quiere. —sus ojos castaños se posan en mi persona.

—¿Él, quererme? No. Niall me odia. —guardo para mis adentros una sonora carcajada que podría haber retumbado en la habitación ante la teoría de Liam.

—Pues para no quererte es muy posesivo respecto a cualquier persona que se te acerque.

—Lo sé, soy consciente de ello, pero yo simplemente no le hago caso. No merece la pena.

Liam me muestra una sonrisa torcida y me hace un gesto para que me acomode junto a él en los extremos de la cama de hospital. Accedo a su petición y me siento a su lado izquierdo.

—¿No te cae bien, verdad? —pregunta refiriéndose a Niall.

—No es que no me caiga bien...Hay momentos en los que es verdaderamente bueno y simpático conmigo, una persona en la que puedes confiar y disfrutar con ella. Pero...luego están sus momentos bipolares. Algunas veces se comporta como un verdadero idiota, cambia de humor radicalmente en un santiamén. Me insulta e hiere mis sentimientos, y lo peor es que ese es el fin que busca, lo hace a propósito. —respondo, cada vez más frustrada por la situación.

Liam suspira y coge mi mano, dándole pequeñas caricias con su dedo pulgar. Sonrío por el gesto y ambos nos quedamos en completo silencio, pero no es para nada incómodo.

(...)

Cuando salgo del hospital, me percato que ya ha anochecido bastante. Las calles están iluminadas por altas farolas con luces amarillas. Miro mi reloj y descubro que son las nueve de la noche, se me ha ido el santo al cielo hablando con Liam. No puedo volver a Mullingar mediante el metro puesto que a estas horas no está en uso, así que opto por ir en taxi.