Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|

Capítulo 43.

NIALL

Paso gran parte de la tarde en casa de Arianna viendo las fotos para su exposición, viendo cómo las retoca con un programa profesional y específico y cómo me explica cómo lo hace con mucho interés. Sonrío y la observo intensamente mientras ella intenta enseñarme, pero siempre me pilla observándola y me da un ligero golpe en el brazo para que deje de hacerlo. Odia que le miren, pero para mí es imposible. Cuando me marcho de su casa, camino hacia el lugar donde siempre se reúnen los de mi organización. Tenemos una reunión muy importante a cerca del incidente con la llave. Es un pequeño piso a las afueras de Mullingar que por su fachada deja mucho que desear, pero en el interior es totalmente diferente. Cuando estoy frente al edificio, meto la contraseña numérica en el aparato y la puerta blindada se abre silenciosamente. Entro con sigilo y camino por el largo pasillo de baldosas blancas y relucientes. Todo está en silencio y llega a dar un poco de mal rollo, pero el único motivo es porque las paredes de las habitaciones son muy gruesas y no permiten siquiera que un mínimo sonido traspase por los muros. Hay cuartos a mi derecha y me adentro en uno de ellos: número 244. No me molesto en tocar la puerta, y cuando entro, me encuentro a Alan, Harry, Louis y a algunos más de la organización sentados alrededor de una gran mesa que ocupa gran parte de la habitación. Me siento en una silla y me recuesto en ella con las manos bajo mi cabeza.

—Llegas tarde. —dice Alan.

—Como si no lo supiera. —me escojo de hombros. Rueda los ojos y comienza a hablar.

—Bien, el jefe nos ha mandado una nueva misión. Es por ello por lo que estamos aquí —suspira y continúa—. Niall nos informó de una llave robada que pertenecía a Arianna pero que, ahora mismo, la tienen Liam y los suyos. La llave puede ser la respuesta a todo, porque, ¿quién querría robar una llave?

—En la puerta que ésta abre podemos hallar lo que hemos estado buscando durante tantos años. —susurra Louis más para sí mismo que para nosotros.

—Niall, ¿conseguiste sonsacarle a Arianna de qué era la llave? —me pregunta Harry.

—No, no me quiso decir nada, evitaba mi pregunta a toda costa. —respondo.

—Ella lo sabe todo —comenta el de pelo rizado—, y tú tienes que intentar que te diga ese todo.

—No creo que lo consiga. —niego con la cabeza.

—¿Estás de broma? ¿Por qué te crees que estás aquí? —cuestiona un hombre tonificado y malhumorado en la esquina izquierda de la mesa. Se llama Richard.

—Ya lo sé, pero...

No quiero continuar con esta estúpida misión, no quiero perder a Arianna. Nunca pensé que llegaría a pensar estas cosas. Antes creía que iba a ser pan comido conocer a Arianna, enamorarla, hacerme su novio y descubrir lo que hemos querido desde un principio, pero ahora...

Nunca quise caer en sus redes, jamás he querido amarla y mucho menos comenzar a enamorarme de ella. Estoy en una situación muy jodida.

—¿Pero qué? ¡No te puedes echar hacia atrás! —exclama Alan.

—¡No lo estoy haciendo, joder! —respondo a la defensiva y doy un golpe a la mesa, descargando mi rabia. La sala se queda en un sombrío silencio hasta que Alan vuelve a hablar.

—Voy a contaros la estrategia que usaremos para hacernos con la llave.

—Tienen reuniones casi todas las tardes en el mismo sitio. —informa Louis.

—¿En cuál? —cuestiono.

—Donde secuestraron a Ari la última vez.

Me ordeno a tragar y deshacer el nudo que se ha creado en mi garganta.