Capítulo 11.

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ARIANNA

La luz de la mañana se cuela por las pequeñas rendijas de mi persiana. Mis ojos se entreabren poco

a poco, intentando acostumbrarse a la claridad. Me levanto pesadamente de la cama y me dirijo hacia la cocina, para preparar mi desayuno.

Mi madre se marchó temprano para volver a buscar trabajo, y de nuevo me encuentro sola en casa.

Me preparo un café con leche y voy al salón sujetando la taza ardiente. Me acomodo en el sofá, enciendo la tele y empiezo a beber.

Mi teléfono suena sobre la mesa, y no me queda otra opción que cogerlo. Por un segundo, pienso en la posibilidad de que puede ser Niall, pero rápidamente recuerdo que él no tiene mi número de móvil, o al menos eso creo.

En la pantalla aparece el nombre de Jess. No hemos hablado desde que me dejó plantada el otro día, y no sé si estoy enojada, ¿debería?

Lo descuelgo.

—¿Diga? —contesto.

—¿Ari? —pregunta desde la otra línea.

—No, su gato. —bromeo.

—Ya veo —ríe—. Bueno, he pensado en llamarte muchas veces pero me ha resultado imposible. Quería disculparme por no ir a tu casa cuando quedamos, pero surgió un imprevisto.

—Estuve esperándote media hora, y no apareciste.

—Lo sé Ari, lo hice mal. Espero que no estés enfadada.

—No lo estoy, solo estoy un poco molesta. Podrías haber avisado. —contesto.

—Lo sé, lo siento.

Suspiro y decido dejarlo pasar, tampoco tiene tanta importancia.

—Bueno, cambiando de tema, ¿quieres quedar esta noche? —pregunto.

Necesito pensar en cualquier cosa que no sea mi pelea de ayer con Niall. Más bien fue una conversación de besugos, ¿quién se pondría de ese mal humor por unas simples preguntas? En efecto, solo él. Su actitud empieza a irritarme, hasta tal punto en el que pienso en cualquier cosa con tal de mejorarla. Pero sé que él no me dejará, incluso dudo de si podré a acercarme de nuevo a él. Aunque tampoco es mi intención. Si él es un jodido bipolar no es mi culpa.

—¡Sí, de fiesta! —grita tan fuerte que pienso que mi oído derecho puede llegar a explotar en cualquier momento.

—Tranquila. Solo un par de copas y volvemos.

—No te lo crees ni tú. 

—Sí, tienes razón. —suelto una pequeña carcajada.

Necesito despejar mi mente, y una buena fiesta es la mejor opción. Además, ver a Jess borracha es una de las cosas más divertidas que ha podido existir.

Elegimos la hora en la que quedaríamos y el lugar, y acto seguido las dos colgamos. Cuando se va acercando la hora, voy a prepararme. Abro mi armario y busco algo adecuado para la ocasión. Finalmente me decido por unos pantalones cortos de cuero negro, junto con una camisa blanca, metida bajo éstos. De calzado, debato en mi interior por dos cosas: unos tacones de gran altura negros o unas sabrinas de este mismo color. Escojo la segunda opción, ya que esos zapatos son más cómodos y andar con ellos es mucho más sencillo. Tampoco quiero parecer una guarra.

Me dirijo hacia el baño y cubro mi rostro con un poco de maquillaje. A continuación, pinto mis ojos con lápiz de ojos negro, y cojo mi pintalabios color carmín para posarlo en mis labios. Después, cojo mi bolso a juego y bajo las escaleras, avisando a mi madre de que llegaría tarde.

Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora