Capítulo 35: maratón 2/3

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Maratón {2/3}

ARIANNA

Ha pasado justo una semana desde aquella noche en la que hablé con Niall, desde ese momento no he vuelto a cruzar palabra con él. No por nada, sino porque no he tenido ninguna ocasión ya que prácticamente he ido de casa a la universidad y de la universidad a casa. Empiezan los exámenes y no puedo permitirme suspender, simplemente por mi moral y por las altas calificaciones que he obtenido a lo largo de mi vida estudiantil. Me paso todas las tardes sentada en la silla, apoyada sobre mi escritorio y fijando mi vista en las libretas escritas por mí sobre los apuntes de clase, leyendo información apenas entendible. ¿De qué me sirve toda esta teoría para ser fotógrafa? Bastaría con tan solo aprender a usar la cámara de fotos, los diferentes panoramas para fotografiar, los variados efectos y poco más.

Suspiro y me levanto de la silla, estirando las piernas y frotándome los ojos. Necesito un descanso urgente, estar todo el día leyendo los apuntes sin siquiera levantarme para beber agua no debe de ser muy sano. Por eso mismo, me dirijo hacia mi cama y me dejo caer suavemente en ella, agotada física y psicológicamente. Cierro los ojos y suelto un hondo suspiro. A mi mente llegan las palabras pronunciadas por Niall la semana pasada, que retumban en mi interior y se pasean por mi cabeza una y otra vez, no dejándome espacio para pensar en ninguna otra cosa más.

He estado reflexionando sobre lo ocurrida reiteradas veces pese a mi agotamiento mental por los estudios. Y sí, he concretado que Niall tiene razón. ¿Por qué si no estoy tan nerviosa cuando él me toca, o incluso me roza? Eso justifica también por qué pienso en él prácticamente a todas las horas del día, y aunque en algunas ocasiones me saque de quicio —que es prácticamente siempre—, tiene momentos en los que sí se comporta verdaderamente bien conmigo. Son pequeños detalles que marcan la diferencia, como por ejemplo el picnic nocturno que realizó varios días atrás. O cuando fuimos al chalé del lago Blue y jugamos en el agua como dos niños pequeños.

El miércoles le pedí consejo a Leslie acerca de esta situación, y su respuesta sigue siendo la misma que unas semanas atrás: dejarse llevar por el momento. Y tiene toda la razón, voy a hacerlo. Me voy a arriesgar a sentir, amar, vivir cada segundo como si fuera el último, cantar, bailar, divertirse, reír, llorar, sonreír...Me voy a dejar llevar por mis instintos, hacer caso a mi corazón e ignorar las palabras de mi mente.

Lo que no sabía, es que eso me iba a llevar a la gran caída. No había vuelta atrás, el paso ya estaba dado.

 (...)

SÁBADO.

Una melodía proveniente de mi móvil hace que abra mis ojos, acostumbrándome a la claridad del día. Los rayos del sol se cuelan por mi ventana entreabierta, iluminando la habitación a su antojo. Suelto un bostezo y miro la mesita de noche a mi derecha, encontrándome mi móvil vibrando. Frunzo el ceño y lo descuelgo, no llegando a mirar el dueño o la dueña de la llamada.

Grave error.

—¿Diga? —digo con una somnolienta voz. Miro el reloj colocado sobre la mesita de noche y pongo los ojos como platos al descubrir que son las doce y media de la mañana. ¡Tengo que estudiar!

—¿Arianna? —mi corazón comienza a acelerar cuando me percato de la voz ronca y grave de Niall al otro lado de la línea.

—¿Niall? —intento eliminar el temblor en mis palabras.

—Hola. —noto como sonríe en el teléfono.

—Oh, hola. —respondo tímidamente, y enseguida quiero pegarme una bofetada mental.

—¿Cómo estás? —pregunta dulcemente.

 —Bien, supongo —digo nerviosa—. ¿Y tú?

—Podría estar mejor. —contesta.

Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora