ARIANNA
Todo está oscuro. Mis párpados están completamente cerrados por el cansancio que mi cuerpo porta. Es una noche fresca, el viento silbando suavemente proporcionando un ambiente más ameno y tranquilizador. Me doy la vuelta en la cama, dando la espalda al gran ventanal de mi habitación y que da un camino directo hacia las estrellas resplandecientes. El dormitorio se encuentra en una penumbra en cuanto abro los ojos lentamente, no siendo capaz de conciliar el sueño una vez más. Miro el reloj de la pequeña mesa de noche al lado de mi catre: las cuatro de la mañana. Suelto un gran bostezo y vuelvo a moverme, esta vez mirando al techo. Suspiro hondamente y recuerdo todo lo ocurrido horas antes. La cena con Niall fue realmente increíble, y luego en el lago Blue...Creo que le he contado demasiado, pero ya no hay vuelta atrás. Ahora él es el único que sabe una parte de mi persona que ni siquiera mi mejor amiga de toda la vida lo sabe. Le he proporcionado una información muy personal, y claramente, no lo habría hecho con cualquiera. Me arrepiento de sobremanera de aquellos años sumida en la oscuridad y sin ver siquiera una luz que iluminara el camino por donde se suponía que debería de ir. Mas conseguí salir por mí misma, y estoy orgullosa de ello.
De repente, oigo unos pasos suaves dirigiéndose hacia las escaleras. Frunzo el ceño y lentamente, me siento sobre la cama. Escucho cómo alguien va bajando cada peldaño de las escaleras hasta llegar a la primera planta. Deberá ser mi madre para beber agua o algo por el estilo, es lo primero que se me ocurre. Pero sus pisadas no se dirigen hacia la cocina por lo que puedo percibir con mi sentido de la audición, sino hacia fuera. Ella abre la puerta de la entrada pausadamente, intentando hacer el menor ruido posible para que no me despierte, pero desgraciadamente para ella, lo he hecho.
¿Dónde va a estas horas de la mañana? Me levanto y piso el frío suelo con mis pies descalzos. Un profundo escalofrío recorre mi interior y me revuelvo sin quererlo, caminando hacia la ventana de grandes dimensiones que posee mi cuarto. Abro un poco las cortinas disimuladamente por si a mi madre se le ocurre mirar en esta dirección, y mis ojos quedan expuestos a cualquier hecho que ocurra en el exterior. Dan justo donde está mi antecesora. Por lo que logro observar, se dirige hacia la vieja camioneta que ambas tenemos por coche. Mira a su alrededor con detenimiento, y tras deleitarse de que nadie le está contemplando desde cualquier otra parte —cosa para nada cierta—, abre el cerrojo con la llave y se mete en su interior. Pero no arranca. Se halla en el interior del vehículo desmontando un asiento de atrás, elevándolo y sacando un pequeño objeto de él que no logro ver con exactitud.
Esto sí que es extraño.
Se lo mete en el interior del bolsillo de su bata y sale del automóvil en escasos segundos. Por un momento, sus ojos escrutan mi ventana para cerciorarse de que no la estoy observando. Me aparto casi como acto reflejo y me apoyo en el marco de ésta. Después vuelvo a asomarme, pero ya está dentro de la casa. Me dirijo a mi cama y me tumbo, los pasos de mi madre haciéndose presentes en la segunda planta de nuevo. Cierro los ojos y debato en mi interior qué fue a buscar a estas horas de la madrugada, qué es lo que cogió y por qué. Con esos pensamientos curiosos me quedo profundamente dormida.
Me levanto temprano para ir a la universidad. Me encuentro sola en casa puesto que mi madre ya se ha ido a trabajar sin que yo me dé cuenta siquiera.
De pronto, una idea cruza mi mente: tengo que averiguar lo que buscó mi madre a las cuatro de la madrugada, porque a esa hora las personas de mediana edad suelen estar dormidas. ¿Por qué lo haría? Seguramente sea porque ella no quiere que sepa lo que guarda en la camioneta, pero desconozco el motivo. ¿Qué me esconde?
Tras unos segundos de reflexión, decido entrar en su habitación. Miro a mi alrededor, aunque resulta un gesto un poco patético ya que me encuentro sola. Ando con pasos precavidos hacia el dormitorio de mi madre, el que se encuentra al final del estrecho pasillo. La puerta está ligeramente abierta y al abrirla un poco más para poder pasar, suena un crujiente sonido de madera vieja que resuena por toda la segunda planta. Me estremezco.
ESTÁS LEYENDO
Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|
Fanfiction❝No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad. ❞ Instagram fotos: @gpalma.c Obra completamente mía y registrada en Safe Creative con el código 1503173514347. All rights reserved ©