Cap. 47: Todo fue un simple juego

308K 8.6K 1K
                                    

Capítulo 47

Todo fue un simple juego

-¡Espera, Ruth, por favor! -dije corriendo tras mi amiga ya que le conté lo de mi nuevo cambio de vida y después de llorar un rato decidió ir a hablar con mamá, decía que era lo más estúpido que había escuchado y que no lo podía aceptar-. ¡No hagas una locura, por favor!

-¡Yo no voy a hacer ninguna locura! Simplemente voy a hablar con tu madre, ella sí que hizo una locura.

La idea no me disgustaba, Ruth tenía una forma muy sincera de decir las cosas y sin herir, puede persuadir con facilidad y hacernos pensar todo el tiempo sobre aquellos consejos o sermones que suelta, podría funcionar con mamá.

-Está bien -accedí-, pero deja de correr que creo que me voy a desmayar.

Tenía todavía lágrimas en los ojos y dejó de correr para hacerse a mi lado.

-¿Ya le dijiste a Nick?

-No.

-¿Y a Edward?

-No.

-¿Solo a mí?

-Sí.

Llegamos a casa, abrí la puerta y la casa al parecer estaba sola. Subimos las escaleras esperando encontrar a mamá en su habitación pero no estaba, abrí la de Nick y estaba durmiendo.

-Deja de mirarlo tanto -dijo Ruth pasando por mi lado.

Seguimos buscando por toda la casa, bajamos las angostas escaleras escondidas que crujían con nuestro paso y daban hacia un lugar poco visitado, pero tampoco estaba allí.

Ruth subió de nuevo y entró a la habitación de Nick. Yo solo me quedé mirándola sin saber qué iba a hacer.

«Ven para acá» dijo en un grito disfrazado de susurro.

Entré cautelosa en la habitación y Nick seguía durmiendo. Ruth se quedó quieta y con un movimiento de cabeza me dijo que fuera hacia donde estaba Nick, yo obedecí y me senté a su lado, luego lo empecé a besar muy suavemente en sus mejillas.

Él se despertó y se corrió de mis dulces y amorosos besos.

-¿Qué quieres?

-Nada.

-Entonces ¿qué haces acá?

-No quiero que peleemos.

-Ya todo está dicho. No tendremos que volver a hablarnos, ni mirarnos, ni nada. Esto nunca debió pasar, Valerie.

-¿Lo estás diciendo en serio, Nick? -dije con mi corazón herido.

Suspiró y añadió-: Hablo muy en serio.

Él no se había percatado de la presencia de Ruth hasta que ella dijo-: Siempre lo supe, Nick, ¡qué tarado y cobarde eres!

-Ruth, pero... -hizo cara de disgusto y me miró enojado.

-¡Pues lo que quieres se cumplirá! -le dijo Ruth-. No volverás a ver a la chica que solo querías para sexo nunca más, ¿oíste?

-Yo a Valerie no la quería solo para sexo -se defendió

-¿Ah no? ¡Eso ni tú te lo crees! Usaste a Valerie, la metiste en otra de tus listas de "chicas fáciles", viste lo buena e inocente que era y quisiste aprovecharte de eso ¿no?

-Eso no es cierto.

-¡Claro que lo es! Por lo menos Edward sí la quiere de verdad.

Nick se levantó muy furioso de la cama y se fue directamente hacia Ruth con una mirada amenazante y apretando los puños, tan fuerte que sus dedos traspasarían sus palmas. Me levanté rápido para evitar que la golpeara pero simplemente se pegó muy cerca y le respiraba con odio mientras Ruth no mostraba ni un poco de miedo.

-Yo. Amo. A. Valerie -dijo como si le costara

-Ya nadie te cree, ya nada vale, Nick -dijo Ruth a una distancia muy poco prudente que si no fuera una pelea me darían muchos celos-. Valerie se va para siempre de tu vida, de la de Edward, de la mía -dijo llorando-, pero ¿no te importa, verdad? Es solo una niña que consentida que siempre has despreciado, no importa.

-¿A qué te refieres con que se va para siempre?

-Puede que para siempre, no, pero se va y muy lejos, muy, muy lejos y espero que lo disfrutes y llames a Paula para que puedan celebrar juntos.

-Ruth deja de decir eso... -dijo entre dientes.

-¡Es la verdad, Nick!

Nick apretaba muy duro su mandíbula haciendo resaltar los huesos en su cara, tenía ganas de llorar pero tenía mucha rabia para hacerlo.

-Ya, solo ve y acuéstate con otras de tus chicas para olvidar este momento incómodo y humillante donde te cuesta aceptar la verdad, y ver que yo sé todo.

Nick la cogió del brazo muy fuerte y pude ver cara de dolor en Ruth, pero ella seguía firme y con orgullo, riéndose de él con su hermosa sonrisa y diciéndole que no era nada más que un cobarde.

-¿Está mintiendo? Dime si está mintiendo, dime que nada de lo que dice Ruth es cierto... ¡Dímelo! ¡Todo fue solo un juego! ¡Tú maldito juego! Y tú, claro, tú tenías que ganar.

Me miró directamente a los ojos, quería llorar, no sabía cómo se sentía, estaba asustado, tal vez, en sus ojos veía la tristeza, decepción, rabia, desconcierto, miedo, amor, odio; sus ojos me penetraron pero yo lo miraba con amenaza, con firmeza y tal vez odio.

-Suéltala, ahora -amenacé a Nick-. Si no lo haces te arrepentirás, Nick, te lo juro.

La soltó y se acostó ordenando que saliéramos.

Salimos de su habitación y Ruth tiró la puerta, después soltamos la respiración que conteníamos y sentí morirme de nuevo.

-Ojalá lo viole un koala -dijo Ruth tratando de animarle y me dio mucha risa.

¤°.¸¸.•'¯'»«'¯'•.¸¸.°¤

N/A Lloro, tengo muchos, muchísimos trabajos, pero aquí estoy, espero les haya gustado mucho.

Les pido el grandísimo favor que si ven una adaptación o una novela idéntica en cualquier otro lugar, ¡por favor! Me lo hagan saber. Saben cuan importante es esta historia para mí y me duele saber que alguien me la está robando.

He visto muchos, muchos hombres leyéndola y les mando muchos besitos. Al igual que las parejas de novios que leen juntos mi historia, ya conozco varias. Haganme saber si la leen con sus novios o novias, con sus amigos, con sus primos, hermanos, tíos, perro, gato con quien sea y comenten hombres, las chicas quieren verlos.

Mi Hermanastro, el cuarto de los deseos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora