IV

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[Punto de Vista Rosa]

Esa noche, llegamos a casa agotados. Deo se había empeñado en llevarnos a mil y un sitios, insistiendo en que no podía perderme nada del “maravilloso Mullingar”. Fue divertido, pero en esos momentos lo único que quería hacer era arrancarme los pies.

Me desprendí de las Vans, desplomándome acto seguido sobre la cama, cerrando los ojos. Escuché la risa de Niall, sin saber exactamente en qué parte de la habitación se encontraba.

- ¿Tan cansada estás? -Preguntó.

- Mucho. Entre todos estáis acabando conmigo.

Sentí cómo el colchón se hundía y comprendí que era porque tenía que cargar con un peso más. Abrí los ojos a tiempo para ver cómo Niall se inclinaba hacia mí. Pasó un brazo por mi tripa y se tumbó a mi lado.

- Si quieres podemos volver a Londres...

- No, no es necesario.

Acarició mi mejilla con su nariz y giré el rostro para besarle, abandonándome en sus labios. Detuvo nuestros besos a los pocos segundos y no me quedó más remedio que protestar por ello.

- ¿Qué tal te ha caído Deo?

- Bien -contesté, con naturalidad. Realmente había sido mejor de lo esperado-. Me he reído mucho. En ciertas cosas os parecéis bastante -sonrió con sinceridad y acaricié su cara. Entonces recordé el pensamiento que había estado ocupando mi cabeza a primera hora de la tarde-. Oye, pero... ¿A qué ha venido ese comentario que ha hecho al terminar de comer?

Frunció el ceño, desconcertado.

- ¿Cuál?

- Pues... Que voy a cansarme de ti, que eres un pesado...

- ¡Ah! -Emitió una carcajada. Poco creíble-. Nada, era una broma, una tontería. ¿Lo has dado importancia?

- Claro que lo he dado importancia, te ha cambiado la cara cuando ha hablado de ello.

- De eso nada -negó con la cabeza-. En absoluto, Rosa, sólo era una broma entre nosotros.

- Una broma que, supongo, tendrá su fundamento... -Persistí. Rodó hasta el borde de la cama y se levantó, para mi sorpresa-. ¿Qué haces? Estamos hablando.

- Voy a cambiarme, yo también estoy cansado.

El mal humor en sus palabras era manifiesto.

- ¿Por qué te enfadas, Ni? ¿No podemos hablar de ello?

- No estoy enfadado, pero no entiendo por qué sigues dándole vueltas si te he dicho que no tiene importancia.

- Porque está más que claro que la tiene -me senté en la cama, apoyándome en el cabecero de ésta-, sino no te pondrías así. ¿Y sabes qué? Prefiero que me digas que no quieres contármelo a que me digas que no pasa nada. No soporto que me mientas.

Cogí el móvil, apoyado en la pequeña mesa de noche del lado derecho, y decidí escribir a las chicas para despejarme un poco. Llevábamos tres días allí y no habíamos tenido ni un solo roce, todo había marchado sobre ruedas. Estaba claro que eso no podía durar eternamente.

Traté de mantenerme indiferente mientras se cambiaba de ropa en completo silencio, sin añadir ni una sola palabra a las últimas que había pronunciado yo. Había sido como reconocer que me estaba mintiendo.

- Voy al baño -comentó.

No me molesté en contestar. Alba y Judith estaban contándome por WhatsApp cómo iba todo por allí y encontré otra cosa en la que concentrar mi atención y mi preocupación: Louis y Judith no habían vuelto juntos, y todo parecía indicar que esa tesitura se iba a mantener mucho tiempo. Ni siquiera estaba segura de que mi amiga pudiera reunir el valor suficiente alguna vez para dar otra oportunidad a lo que había entre ellos. Suspiré profundamente. Eso no debería estar pasando.

Through the dark - Segunda parte de 'All their little things'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora