[Punto de Vista Judith]
Despertarme con rumores de engaños se había convertido en algo más que habitual en mi vida, pero no por ello dolía menos. Los chicos habían salido a tomar algo a un local en su segunda noche de estancia en Chile y según medio universo, y según todo Twitter, Louis no había vuelto solo al hotel. Gran parte de los tweets se basaban únicamente en especulaciones pero había también quien afirmaba que había fotos más que suficientes para demostrar que era verdad. Mis notificaciones rebosaban de gente compadeciéndose de mí por lo que Louis me había hecho al igual que rebosaban de gente riéndose de mí y cachondeándose porque esa relación nunca había sido de verdad. Algunos, pocos, no daban crédito al rumor y me aseguraban que Louis me quería. ¿Cómo podían unos “simples twitteros” saber más de mi relación que yo misma?
Tomé aire y me levanté de la cama. Empezaba bien el día. No me quedó más remedio que desayunar dando vueltas a lo mismo de siempre. ¿Debía confiar en Louis? ¿Debía rendirme finalmente con lo nuestro y aceptar que nunca podríamos estar del todo bien el uno con el otro?
- ¿Qué te pasa? -Alba, sentada a mi lado, llamó mi atención, y me di cuenta de que en su voz había más enfado que preocupación. La miré extrañada por ese detalle y negó con la cabeza-. Yo también he leído Twitter, Judith -aclaró, dándome a entender qué sabía el motivo de mi bajo estado de ánimo-. No deberías creerte esas tonterías que cuentan, no sé cuándo vas a aprender a tomártelo como lo que son: rumores infundados.
- Dicen que hay fotos -me limité a decir.
- Dime una cosa -dejó la cuchara con la que estaba removiendo su tazón de leche sobre la mesa y se cruzó de brazos, echándose hacia atrás para recostarse contra el respaldo de la silla y mirándome más amenazante-. Si no vas a confiar nunca en Louis, ¿por qué narices sigues intentándolo con él? Si crees que es un capullo que va a engañarte cuando te des la vuelta, ¿qué narices haces queriéndole?
La dureza en las palabras de mi amiga me pilló por sorpresa. Era extraño ver a Alba de esa manera, sermoneando más que aconsejando. Bajé la cabeza con la intención de decir algo a bajo volumen pero me quedé en el intento. ¿Qué podía decir? Me había resultado difícil confiar en él pero lo había conseguido. Hubo un momento en que mi confianza hacia él era plena y absoluta; hubo un momento en que no importaba ningún estúpido rumor. Pero él lo echó al traste. ¿No me merecía un tiempo para retomar esa confianza que me había hecho perder?
- Judith, ¿por qué no vas a verle? -Volví a mirar a Alba, que había relajado su postura y su tono-. Sé que puede parecer precipitado, sé que ambos necesitabais un tiempo, pero este no es el tiempo que necesitáis. No necesitáis un tiempo en el que tú desconfíes de él por las cosas que se puedan decir. Si de verdad desconfías necesitas tenerle cerca para no olvidarte de que sigue queriéndote como siempre, ¿no crees?
- Tienes razón en una cosa: sentirle lejos de mí ahora mismo es lo peor que puede pasarme. Pero me da miedo llegar allí, llena de dudas y de desconfianzas, y que él se preocupe como siempre y todo vuelva a empezar.
- Necesitabais relajaros, en eso estamos todos de acuerdo, ¿pero tú estás relajada? -Tardé un par de segundos en negar con la cabeza, sabiendo qué desencadenaría ese gesto-. Entonces olvídate de ese tiempo que os habéis establecido. Ese tiempo tiene que cambiar porque las cosas a vuestro alrededor han cambiado.
- No, ese es el problema -suspiré-, que nada ha cambiado. Sigo desconfiando de él del mismo modo que he desconfiado estos últimos días, a raíz de que me dejara. Este tiempo iba a servir para recuperar la confianza y...
- Y la estás perdiendo aún más -me cortó-. ¿De qué sirve entonces ese tiempo?
Suspiré por enésima vez en apenas media hora que llevaba despierta. ¿Por qué todo se había vuelto tan complicado? ¿Por qué tenía que sentirle tan lejos de mí? ¿Por qué sentía que Alba llevaba razón y que ese tiempo que nos habíamos dado no servía de nada?
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Through the dark - Segunda parte de 'All their little things'
Fanfiction(...) Pasaron varios segundos hasta que la puerta se cerró y comprendí que había salido por ella. Entonces el llanto se hizo mayor. Mucho mayor. Me dejé caer en el suelo y me arrastré hasta que conseguí apoyar la espalda en el sitio por donde instan...