VIII

3.8K 160 21
                                    

[Punto de Vista Rosa]

Sentí caer un peso muerto sobre el colchón y abrí un ojo para comprobar que Niall se había tumbado en él. Dobló su brazo izquierdo por encima de su cabeza, dejando descansar su mano sobre la frente y lanzó un suspiro.

- ¿Qué te pasa? -Pregunté, dejando el libro en el que estaba inmersa a un lado.

- No puedo creerme que en una semana empiece todo otra vez -suspiró de nuevo-. ¡Qué digo una semana! ¿Qué día es? ¿Viernes? Nos quedan cinco días aquí. Cinco días... -Repitió, más para sí mismo que para mí.

- Lo dices como si fuera una tortura -comenté, algo contraída.

No me gustaba la idea de que Niall viera el hecho de irse de gira con sus cuatro mejores amigos como una tortura. Retiró su mirada del techo y la posó en mí, con la expresión arrugada.

- Que va, tonta. Si lo estoy deseando, parece mentira que no me conozcas. Sólo que... Todo ha pasado muy rápido. Estoy alucinado, nada más -giró su cuerpo sobre el colchón y me encogí lo suficiente para quedar yo también tumbada a su lado, mirándonos frente a frente-. Y también estoy un poco triste, no quiero tener que dejar de verte.

- Sólo serán dos semanas -traté de quitar importancia al asunto sonriendo-. ¿Qué puede pasar en ese tiempo? Pienso hacerte un mordisco lo suficientemente grande como para que no puedas olvidarte de mí

Me regaló una de sus carcajadas más sonoras y pasó una mano por mi cintura, aprisionándola y acercándose de esa forma más a mí. Besó mis labios con delicadeza y se apartó al segundo.

- Algún día te llevaré conmigo -afirmó. Le regalé una sonrisa como respuesta y acaricié su precioso rostro, atildado con un cierto tono rojizo en la zona de sus coloretes-. ¿Te parece bien? -Preguntó.

- Claro, rubio. Estaré encantada.

- ¿De verdad? -Sus ojos brillaron-. ¿Qué tal ahora?

Evité mostrar un gesto de discordancia. Permaneció sonriente y no tardé demasiado en captar que era otra de sus bromas. Reí ligeramente, acaricié su pecho con mi mano derecha y me incliné lo justo para besarle. El sabor de sus labios era hipnótico y me perdí en ellos tanto tiempo como me dejó hacerlo. Se separó de mí cuando menos me lo esperaba y lo miré, esta vez sí, contraída.

- No me has contestado -inquirió.

- ¿A qué quieres que te conteste?

¿No era una broma?

- ¿Te parecería bien venirte ahora? ¿Estos días? -Tragué saliva, sin saber qué decir. Supo en seguida el estado en que me encontraba y negó con la cabeza-. No te preocupes, es muy precipitado. Olvídalo -besó mi frente con cariño y se tumbó boca arriba, abandonando el contacto visual que habíamos tenido hasta entonces-. Olvídalo... -Repitió, con voz apagada.

¿Se había enfadado? Rodé hasta él y apoyé mi cabeza en su hombro.

- ¿Te has enfadado? -Cuestioné, a los pocos segundos.

- No, tranquila -vi sinceridad en sus palabras y respiré aliviada-. Estoy un poco cansado, ¿nos dormimos?

Arrugué la frente. Había probado sus labios, no quería dormir.

- Ni...

- Dime.

- No quiero dormir.

Me miró al instante. Y el brillo de sus ojos fue muy distinto al que había mostrado la última vez.

[Punto de Vista Louis]

Eché una ojeada al calendario. Sábado 19 de abril de 2014. Era mi tercer día en Doncaster y se presentaba como los anteriores. Algunos compromisos, bastantes reencuentros y mucho calor familiar, que era lo que más necesitaba. Anduve descalzo hasta la cocina, como acostumbraba a hacer siempre que estaba en casa. La madre más maravillosa del mundo me dio los buenos días con un fuerte abrazo y me senté junto a ella, en una pequeña silla situada frente a la mesa que teníamos en la cocina.

Through the dark - Segunda parte de 'All their little things'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora