Through the dark - Segunda parte de 'All their little things'

XXXV

 [Punto de Vista Judith]

- ¿Qué haces aquí? -Farfullé, con el corazón en un puño-. ¿Y la fiesta?

Arrugó la frente y aprecié cómo sus ojos vagaban de uno a otro de mis hombros, probablemente descubriendo el corte que había decidido darle a mi cabello. Yo, en cambio, me detuve en todo él.

Nunca hasta entonces le había visto vistiendo con tanta elegancia y tanta pulcritud. De negro entero, a excepción de la corbata azul cielo colocada de manera excelente, que hacía resaltar aún más sus preciosos ojos celestes. Me recreé en las facciones de su cara, en la incipiente barba que empezaba a crecer, en su cabello echado hacia atrás... y me mordí el labio, fascinada.

- ¿Y tu pelo? -Preguntó, del mismo modo que yo le había realizado una cuestión segundos atrás.

- Me lo he cortado -dije, sin más-. ¿Qué haces aquí?

- No voy a ir sin ti -fue claro.

Alcé una ceja.

- ¿Y los demás qué opinan de que no vayas a ir? -Cuestioné, dejando claro que no tenía pensado acompañarle a ninguna parte.

- Voy a ir -afirmó, convencido-, pero contigo.

- Louis...

No finalicé la frase, pues pasó por mi lado como un obús y se adentró en el piso. Suspiré, cerré la puerta, di media vuelta y fui tras él. Lo encontré en el salón, junto al sofá de mayor tamaño, encogido sobre él. Lo miré extrañada y caminé hasta donde se encontraba, cruzando mis brazos. Sólo cuando me quedaban pocos pasos para llegar comprobé que lo que estaba haciendo era dejar algo sobre los cojines.

- ¿No se suponía que estabas enfadado conmigo?

- No voy a ir sin ti -repitió.

- ¿Y qué haces queriendo ir a algo tan importante con una persona que te quiere poco o mal?

Empleé las palabras que tanto me habían dolido de nuestra última disputa y su mandíbula se desencajó, por lo que comprendí que seguía molesto. Sin embargo, no contestó. Extendió su brazo izquierdo hacia el sofá y con él viajó mi mirada.

- Ábrelo -dijo, sin más.

Moví mi cuerpo hasta quedar frente al sofá para observar con facilidad lo que parecía ser una funda protectora de algún tipo de ropa. A simple vista, me pareció terciopelo el material del que estaba hecho. No me había dado cuenta de que llevaba algo entre sus manos cuando había entrado.

- ¿Qué es?

- Es para ti.

- ¿Qué es? -Insistí.

- Me lo ha mandado mi madre.

Lo miré de inmediato, casi asustada por ese dato.

- Vale, ¿qué es?

Rodó sus ojos, colocó sus brazos en jarra y me lanzó una mirada cargada de reproches.

- Ábrelo -casi fue una exigencia.

En realidad, no podría aguantar mucho más tiempo la curiosidad reconcomiéndome por dentro, así que me agaché justo después de escuchar esa última palabra. Rocé la funda con cierto nerviosismo y deslicé hacia abajo la cremallera situada en la mitad de ésta. Mi respiración se fue acelerando a medida que fui descubriendo un nuevo centímetro de lo que esa protección escondía.

Me incorporé cuando terminé de revelar lo que se hallaba dentro.

- Louis... -Musité, sin mirarle.