¿Y si la vida es un sueño y la muerte nos despista?Estaba nublado, solo el sol asomaba la cabeza entre los últimos tejados al fondo de las casas más lejanas. No se movía ni un soplo de aire. Todavía hacía mucho frío pero no llovía. Craven Terrace, en Hyde Park. Un BMW M4 aparcó debajo del bloque de edificios. Un hombre pelirrojo con un cigarrillo en la mano se bajó del vehículo seguido de uno moreno, con el pelo largo recogido en una coleta y ligeramente más bajo.
-¿No habría sido mejor ir a un hotel?
Allistor lo miró con indiferencia.
-No voy a gastar dinero teniendo casa.
-¿Y tu hermano?
-João cállate y coge las maletas.
El portugués frunció el ceño. Ni por favor ni gracias. Así era su jefe. A regañadientes cogió las dos maletas y las llevó a la puerta. Allistor tiró el cigarrillo y lo aplastó con las botas militares negras. Nadie podría decir que con ese aspecto era el dueño de una importante empresa. Los dos subieron al piso, en silencio, solo se oía el ruido de las ruedas de las maletas al deslizarse por el suelo. Allistor abrió la puerta, tenía las llaves del apartamento que una vez compartió con su hermano Arthur. Al parecer no había nadie. Revisó el apartamento. Todo parecía en orden.
-¿Conejo?
Se dirigió a la cocina. Nadie. Se acercó a la nevera, había una nota con una letra que no era la de Arthur. Leyó en voz alta. João se había puesto a su lado.
Buenos días ~
Te he preparado el desayuno. Siento no poder despertar a tu lado ni darte un beso de buenos días pero prometo que te lo compensaré. Ya lo verás.
Atte: Antonio Fernández Carriedo
João se quedó mudo. Su corazón empezó a latir más deprisa, sentía que le faltaba el aliento y por un momento le dió vueltas la cabeza. ¿Quién? ¿Qué? No puede haber estado aquí. Allistor lo miró bastante preocupado por su reacción, algo inusual en él. Dobló la nota metiéndola en el bolsillo. No era tarde, las 3:30 de la tarde.
-Mi hermano… -Sacó el móvil, marcó un número pero saltó el contestador. Su padre estaría ocupado otra vez. El pelirrojo puso la mano en su hombro.
-Vamos a buscarlo.
En otra parte más tarde:
-¿Me has traído lo que te he pedido?
-Un “Hola” estaría bien pedazo de idiota.
Le dió un golpecito en el hombro con la mano. Arthur cogió una silla al lado de Gilbert y puso el postre sobre la mesa de la cama. El alemán se inclinó y probó un trozo.
-¡Delicioso!. -dió más mordiscos hasta terminarlo. - Me encanta la tarta de queso~
-¡Come despacio!
Gilbert lo miró con una sonrisa divertida.
-¿Qué tal con Antonio? Veo que ayer lo pasaste bien. -Señaló una marca en su cuello. Arthur se dió cuenta, avergonzado se tapó con la mano y frunció el ceño.- Esta mañana me lo ha contado todo.
-Juro que lo mato…
-Iba a son sacartelo de todos modos. -se acomodó en la cama.
-¿Y tú qué? -se rie- Con esa cara Sophia no se fijará en tí.
-Calla cejotas, soy muy guapo y genial. Ya la tengo en el bote.
Rodó los ojos. Su mejor amigo era un creído arrogante sin cerebro.
-¿Alguna novedad?
-Tengo su número. -sonrió con satisfacción. El rubio alzó una ceja, no lo podía creer. Pobre chica. De repente su móvil vibró.
Tu noble caballero tiene móvil.
-No lo puedo creer…¡¿le has dado mi móvil?!! A Antonio!
-¡Obviamente! El pobre lo necesitaba. Sophia iba a ayudarlo en no se qué asunto. Cosas de família. Yo he puesto mi asombroso granito de arena. Kesesesese.
-No te pego por respeto a mi mano.
-Vamos ve a ver tu príncipe princesa, te estará esperando.
Arthur le dedicó una mirada asesina. Con indignación salió de la habitación. Iba a tener unas cuantas palabras con el español. Gilbert sacó el móvil aburrido cuando el inglés desapareció por la puerta. Esperaba que le dieran el alta pronto, tenía muchas cosas que hacer y quedarse de brazos cruzados mirando las paredes del hospital no era una opción. Suspiró de mala gana y mandó un mensaje a su hermano. En ese momento entró una enfermera.
-Gilbert, toca revisión.
Gilbert miró a la enfermera dejando el móvil en la mesita. Y se levantó con dificultad pero con una gran sonrisa en el rostro,porque aunque todo fallara Gilbert estaba rebosante de luz y energía. Era como una estrella, aunque, a veces, las estrellas se van apagando poco a poco. La última pelea no le sentó muy bien a su cuerpo.
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~El coche de Allistor
Mmm creo que no tengo nada más que añadir pero....se viene el salseo. Tengo mogollón de ideas preparadas 💕😎. Gracias por leer~
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Intocables
RomanceNo siempre el primer amor será el único y el último. Siempre existirá un segundo el cual te ame y te acepte tal cual como eres a pesar de tus errores, como el primero no supo hacer. Arthur Kirkland vuelve a Londres después de pasar una larga tempor...