Especial San Valentin 2019

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Era 12 de febrero, el mes del amor... la cursilería se sentía en el aire, el amor, como muchos suelen llamarte. Los tres omegas se encontraban acostados (desparramados) en los sillones, Yuri jugaba con su pequeño gato, recostando su cabeza en los muslos de su adorado cerdito, Yuuri leía un libro y acariciaba de vez en cuando los cabellos de Yura, mientras Pichit se encontraba mirando su teléfono, seguramente viboreando el muro de algún individuo mínimamente conocido, por las redes sociales.

–AH!!– grito el tailandés, sacándoles un pequeño susto a los otros dos jóvenes que segundos antes se encontraban tranquilos.

–¿Qué paso Pichit?

– Yuuri, lo olvide, lo olvide completamente, eso solo me deja con dos días, que se supone que deba hacer? – dramatizaba con llanto fingido el moreno

– ¿De qué hablas? explícame para que pueda ayudarte...

– Hablo de San Valentin, no tengo nada preparado para Seung aún, ¿qué debería darle?

–algo que le guste

– Obvio eso ya lo sé, me refiero a que en específico...

– Pues no sé, tu eres su novio tu deberías saber que le gusta

– Pues si se lo que le gusta... si sabes a lo que me refiero– dijo el moreno con un tono de picardía en su voz

– Pichit!!...– grito el japonés– como sea saldré, regresare hasta tarde

–Yuuuri, necesito ayuda con esto

– Yo sé que pensarás en algo, nos vemos luego

– Esta bien, cuídate

Mientras el japonés salía de la casa, Pichit se quedó recostado intentando pensar en lo que podría regalarle a su novio, cualquier idea que pudiera pensar era rechazada instantáneamente porque según él no era lo suficientemente "bueno". Salió a caminar para ver si en el camino encontraba algo que pudiera gustarle a su novio o algo que pudiera regalar, fallando, pues no logro encontrar algo que lo convenciera. Así termino el día y tuvo que regresar a su casa un poco desanimado.


A la mañana siguiente, se despertó y se sentó a desayunar en compañía de su mejor amigo ya que el pequeño ruso había salido a hacer cosas de adolescentes.

– ¿Ya encontraste que regalar?– Pregunto el mayor de los dos

– Aun no!! me voy a volver loco!!– Dijo un poco en agonía el tailandés cuando el sonido de su celular lo saco de su "sufrimiento" indicándole que tenía una llamada entrante– Por dios! ¡y ahora esto, Seung me está llamando de seguro para vernos mañana en algún lugar o ir a cenar! Yuuri!! no puedo con esto

– ¿Quieres que te acompañe hoy para ver si encuentras algo?

– Si por favor!! pero ¿no tienes planes? No se molestará tu novio por hacerte salir conmigo el día de hoy

– Jaja, tranquilo a él no le molesta y si lo hace tendrá que aguantarse porque ya hice planes contigo así que ni modo.

– Yuuuurii! eres el mejor amigo del mundo

– Si, si, ahora contesta esa llamada antes de que a Seung le dé un ataque – río por lo bajo Yuuri viendo como Pichit corría a su cuarto a contestar la llamada.

Después de la llamada, desayunaron como se debía, platicaron un rato, se arreglaron para salir a pasear y buscar el regalo que compraría el moreno.

Estuvieron alrededor de tres a cuatro horas paseando en el centro de la ciudad buscando algo, pero el moreno era muy quisquilloso por lo que seguían fracasando.

Renta de un día - VictuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora