Desde Rusia estaba planeado que el nuevo integrante de la familia Nikiforov nacería por cesárea. Eran las 5 de la mañana aproximadamente cuando el pequeño había nacido, Viktor lloraba de alegría y presumía al bebé diciendo que tenía un hermoso cabello negro como el de Yuuri, toda la familia se encontraba en la sala de espera. A las 9 de la mañana los dejaron pasar a la habitación del omega, Yuuri estaba recostado en la camilla con el pequeño cachorro en brazos, le cantaba una nana mientras el pequeño se alimentaba, al mayor se le notaba el cansancio pero estaba muy contento, el doctor entró diciendo que si todo salía bien al día siguiente lo darían de alta.
Todos platicaban amenamente pero a un tono moderado para no despertar al pequeño
— ¿Ya saben cómo se llamará? — preguntó la madre del japonés— Sí, Yura eligió el nombre ¿verdad amor?— contestó Yuuri mirando a la madre y posteriormente al alfa ruso
— Así es— dijo mientras dirigía su mirada al rubio dándole a entender que debía ser él quien dijera el nombre del pequeño
— Masahiko, su nombre es Masahiko— el rubio tenía las mejillas coloradas por la vergüenza y alegría.
Todos se encontraban realmente encantados con el nombre del pequeño, no podían esperar el momento en que dieran de alta al moreno, eso claramente extendería sus vacaciones o por lo menos las de la pareja.
Una semana había pasado, Yuuri no veía la hora de regresar al Rusia, amaba a su familia pero esa ya no era su casa, era casa de su padres y lo que Yuuri deseaba en ese momento era regresar a su hogar, el hogar que compartía con los rusos, pronto iniciaría el periodo escolar y debido a la cesárea el japonés no podía viajar por al menos otra semana, su problema no era realmente el trabajo pues le había dado una licencia por maternidad, su problema era que ni Yuri ni Viktor querían viajar dejándolo a él. Al omega no le gustaba realmente que los rusos quisieron faltar a la escuela y trabajo respectivamente, tuvo que regatear el regreso de aquel par a Rusia, a Yuri le tuvo que prometer un día con su comida favorita y una salida a un concierto al que anteriormente le había dicho que no y a Viktor.... bueno, a Viktor le tuvo que prometer una noche subida de tono con algún gusto que tuviera el ruso, eso si, le dejo bien claro que solo uno.
No podía creer que tuviera que usar aquellos métodos para que su esposo e hijo tengan que cumplir sus obligaciones. Ya les llamaría la atención cuando llegara a Rusia.
Otra semana y media pasó, días en los que el móvil del japonés no paraba de sonar. Mensajes como "Yuuri D: no encuentro el deter para la ropa" o "Viktor volvió a combinar la ropa blanca con la oscura en la lavadora, ¿donde se guardan los jabones?" o "Yura no quiere comer verduras, solo está comiendo dulces" el omega no se explicaba cómo su pareja y su pequeño gatito rubio siendo personas tan inteligentes, no pudieran vivir sin él.
Por supuesto viajo rápido y llego antes de lo que los rusos pensaban, más o menos 10 de la mañana. Cuando el japonés llegó con el pequeño Masa en brazos a su casa, la escena que presenció fue como de una película de terror, ropa tirada por todas partes, trastes sucios por toda la cocina, ya no habían platos limpios, envolturas de frituras y dulces abiertas y comida a medio comer, el piso manchado de ¿refresco? Sí, creo que era refresco, camas sin tender, zapatos regados por doquier, el único cuarto limpio era la habitación del pequeño bebé, donde solo habían juguetes sin abrir y por ordenar. No quería ni entrar a los baños, mientras se paseaba por toda su casa de horror no paraba de hablar con él azabache en sus brazos
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Renta de un día - Victuuri
Fiksi PenggemarYuuri Katsuki un omega, docente de la guardería y preescolar de Hasetsu acaba de terminar una relación tóxica con un extranjero. Destrozado por todo el tiempo qué pasó, su jefe y amiga Yuuko decide mandarlo a laborar a San Petersburgo donde después...