Los ojos llorosos de Yuuri, su cara roja, la camisa blanca y pulcra que vestía, que claramente era dos o tres tallas más grandes de las que normalmente usa, se encontraba abierta a la altura del pecho, sus piernas bien torneadas y blancas que lo incitaban a todo, la voz llorosa y quebrada de su pareja por la excitación, era simplemente algo que a Viktor volvía loco
No supo cómo reaccionar, el olor era incluso más intenso que antes, una ola de calor llego a su rostro, su instinto estaba ganándole a su razón, inconscientemente su olor también estaba comenzando a salir inundando la casa, era leve, pero podía olerse la excitación en el lugar, su lado razonable lo cacheteo y le hizo recordar él porque estaba ahí
–Yuuri, te traigo un supresor
–No lo necesito
–Vamos amor, si no te dolerá mucho
–¿Es que acaso no planeas pasarlo conmigo? ¿no quieres? – pregunto Yuuri con la cara roja y casi a punto de llorar haciendo que Viktor perdiera más la cordura
–No es que no quiera amor, pero es muy repentino, ni siquiera lo planeamos, no hemos hablado de esto bien
–No necesitas hablar ni planear nada para situaciones como estas, Viktor– comentaba el menor, hincándose en la orilla de la cama para quedar a la altura de su pareja, decidió pasar sus brazos por el cuello del alfa, jalándolo más hacia él, uniendo sus labios. Viktor solo pudo reaccionar alejando un poco la bandeja en la que llevaba el agua con las pastillas.
Al principio era un pequeño beso, dulce, inocente e inexperto, pero pasaron a ser más agresivos y llenos de lujuria.
Viktor no quería ceder, no aún, era un romántico y quería que fuera más especial, sabía que a causa del celo de Yuuri se terminaría desatando su propio celo y al final el romance quedaría totalmente fuera de la ecuación y no quería eso.
Por más que su mente quiso resistirse era imposible, el Yuuri suplicante que se encontraba frente suyo, lo besaba suavemente por el cuello, y mientras, una de sus manos bajaba suavemente por su torso hasta llegar a su entrepierna donde comenzó a frotar suavemente por sobre la ropa del mayor
—Yuuri— susurró el alfa acompañado de una especie de gruñido, sosteniendo la muñeca de la mano que se encontraba en su entrepierna, justo en el momento en el que sus miradas se volvieron a encontrar fue cuando Viktor pensó "al diablo el romanticismo". Sostuvo al menor de la cintura con un brazo y llevó su otra mano a su cuello, aplicó un poco de fuerza en su agarre y acercó sus labios para besarlo. Un beso algo intenso, recostó al omega en la cama, el japonés fue despojando de sus prendas al mayor, besos húmedos eran depositados en sus cuellos, marcas que tardarían días en desaparecer por completo.
Viktor podía sentir su propia excitación desbordar, aún tenía la idea de ser romántico y dulce, y aunque lo intento lo más que pudo no era posible, no con Yuuri rogándole por muchas cosas
—Viktor! Por favor, ¡no puedo más! — gemía el menor mientras Viktor lamia y pellizcaba sus pezones, los besos iban bajando hasta posicionarse entre las piernas del japonés, Yuuri se sintió enloquecer por el placer que le daba el platinado, la lengua húmeda del mayor que subía y bajaba por su erección para sentir como lo engullía y terminar apretando las cobijas fuertemente con sus puños. La mano derecha de Viktor subió acariciándole el torso, pasando nuevamente por uno de sus pezones, mientras él continuaba con su trabajo oral, llevó sus tres dedos medios a la boca del japonés para que este los lamiera, y sintiéndolos bien húmedos los colocó hasta la entrada de su pareja introduciendo uno de ellos lentamente, después de un rato un segundo dedo entro y luego el tercero estimulando ambos lados de la parte baja del moreno.
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Renta de un día - Victuuri
ФанфикYuuri Katsuki un omega, docente de la guardería y preescolar de Hasetsu acaba de terminar una relación tóxica con un extranjero. Destrozado por todo el tiempo qué pasó, su jefe y amiga Yuuko decide mandarlo a laborar a San Petersburgo donde después...