Después de la cena

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—Estas bien Yuuri?

—Sí, solo se me cayó un vaso no te preocupes

—Bien, haré como que te creo

— jajaja Es verdad, no miento

— Yuuri...

— ¿si Viktor?

—¿quieres ir a otro lado después de la cena? — después de aquella pregunta Yuuri no pudo evitar sentirse avergonzado, se había puesto rojo y mentiría si dijera que no quería aprovechar las 24 horas que estaba pagando por estar con el ruso, no de la manera en la que lo había hecho Pichit con su ahora pareja, pero sí quería aprovechar la compañía del platinado.

–¿y cuál es tu plan?

– umm no sé, luego vemos eso, por ahora entremos, no quiero que nos dejen con toda la cuenta jajaja

— está bien

A Yuuri se le vio un poco asustado y Viktor pudo notarlo un poco por el olor que desprendía así que lo tomó de la mano para darle más seguridad y entraron nuevamente a sentarse en su mesa, tan pronto llegaron, Antonio observaba a la "pareja" para ver si el omega había dicho algo, creyó que había sido de esa forma pues aunque Viktor tuviera una sonrisa en el rostro (que a los ojos de Yuuri era muy encantadora) sus ojos fulminaban a Antonio atravesándolo completamente. Estaban esperando a que llegara el postre que segundos antes había pedido el platinado para el castaño, y siguieron conversando sobre cosas de la vida

– Entonces... a que te dedicas Viktor– pregunto la acompañante del beta

– Soy empresario– contestó Viktor sin mucho interés bien disimulado

–Oh, así que empresario, vaya Yuuri pescaste uno grande esta vez– atacó Antonio, Yuuri solo se mantenía callado pues desde el momento en el que Antonio le recordó y dijo el montón de tonterías sobre su mutuo pasado, se sentía incómodo y con ganas de irse.

También mentirías si dijera que no tenía miedo, ver a su ex novio siempre le daría miedo, tener que recordar el montón de cosas horribles que vivió junto a ese tipo y que su ilusa e ingenua mente pensaba que así debía ser y que todo era por nacer omega, le daba miedo e impotencia, ahora se reprendía por eso, ahora se daba cuenta que estaba mal, pero según él eso era parte de enamorarse, él entregó su corazón honestamente y completamente. Si le preguntaran, lo volvería a hacer, porque a su parecer siempre era mejor amar con todo y no solo amar a medias.

Aun así, sentía miedo, ya se quería ir por eso solo se dedicó a terminar su postre, ya no quedaba mucho, solo le faltaba la mitad, pero ya estaba lleno por todo lo que habían cenado, casi quiso llorar por no poder acabarlo rápido

–Siento como si fuera yo el que obtuvo una gran pesca al conocerlo, Yuuri es maravilloso, lo puede ser todo en un solo instante– soltó Viktor mientras veía a Yuuri y lo tomaba de la mano, de reojo pudo ver la molestia en la cara del beta, regreso su mirada a Yuuri y continuo hablando– En Yuuri puedo verlo todo, las respuestas que antes parecían tan difusas para mí, son tan clara cuando estoy con él, él me dejo desear algo nuevamente... es como si fuera nuestra primera cita y algo me dijera que no debo dejarlo ir nunca. – Yuuri se sonrojo a mas no poder y ambos no podían apartar la mirada de los ojos del contrario.

–AH! que romántico– comento la omega que los acompañaba en la mesa– me gustaría que mi novio fuera al menos un 10% romántico como lo eres tú, realmente eres afortunado Yuuri– al terminar aquella frase Viktor pudo ver como Antonio la sujetaba de la mano con fuerza, pero era distinto a como lo hacía él con Yuuri, la fuerza que el beta ocupaba demostraba furia y quería que su acompañante sintiera dolor en ese apretón.

La cena había terminado, no había pasado gran cosa al final, pero Yuuri estaba mentalmente cansado, subieron al auto y Viktor decidió que sería bueno ver una película, así que manejo a su departamento

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La cena había terminado, no había pasado gran cosa al final, pero Yuuri estaba mentalmente cansado, subieron al auto y Viktor decidió que sería bueno ver una película, así que manejo a su departamento. No, no tenía segundas intenciones al hacer eso, solo quería tener una pijamada con el omega. Y Yuuri no se opuso a aquello.

Al llegar, Viktor lo dejo pasar olvidando que su efusiva mascota era muy cariñosa, cuando lo recordó Yuuri ya se encontraba en el piso con un gran caniche lamiéndole la cara

–No Makkachin, basta, si sigues haciendo eso no querrá volver...– al terminar de decirlo el caniche se quitó de encima de Yuuri como entendiendo a lo que se refería su dueño

– Jaja no te preocupes, es muy lindo, verdad que sí, ¿quién es una ternura eh?, si, si, tú lo eres, tú lo eres– continuó hablándole al perro. Después se paró y llegaron a la sala donde Viktor lo invito a sentarse después de un "siéntete como en casa" el departamento del platinado era un duplex, en el piso donde se encontraban solo estaban la cocina, la sala, un medio baño una oficina, un balcón, una recamara y un baño completo, según Viktor en la parte de arriba estaba su recamara con un baño y otras dos recamaras más otro baño y una pequeña sala, era un lugar bastante grande.

El alfa hizo unas palomitas de microondas bastante grasosas y poco saludables, perfectas para llenar el vacío de un antojo de madrugada, cuando quedaron listas, se sentó junto a Yuuri en el suelo ocupando el sillón como respaldo y viendo la televisión de frente, estaban medio acostados en una alfombra y bastantes mantas gruesas, y otras más delgadas para taparse las piernas, también tenían unas almohadas cerca, las cuales en realidad eran los cojines de los sillones. Se quedaron hasta muy tarde viendo películas hasta que Viktor sintió un peso caer sobre su hombro, volteo a ver a su acompañante el cual estaba totalmente dormido, y como no, si ya pasaban de las dos de la mañana casi las tres. Lo contempló un rato de esa forma y posteriormente, lo recostó, poniendo su cabeza sobre su brazo tapándose bien con las cobijas que había sacado minutos antes.

Se quedó pensando un buen rato en todo lo que había sucedido en el día, estaba enojado, recordaba el momento y un poco de la conversación que el omega había tenido con el beta, para ser específicos, el momento en el que Antonio dijo que Yuuri era "su más valiosa mercancía" y el que Yuuri no quisiera contarle nada... bueno no era como que Yuuri tuviera que contarle algo pero ya iría cambiando la situación. Por lo pronto tenía que invitar a salir a Yuuri, él ya contaba ese día como su primera cita con el oji-avellana, pero a lo mejor Yuuri no pensaba igual, así que lo invitaría a salir, salir en serio.  


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Renta de un día - VictuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora