Lotophages☆Yoonmin☆

FINAL

"Donde las putas se juntan".
"Se esconde en el pasado, se esconde en el inicio de todo tu infierno".

Yoongi corria a mas no poder recordando aquellas palabras que le habia dicho Krystal, tenia un lugar en mente, sentia que era aquel lugar, lo presentía, su corazon gritaba que Jimin se encontraba alli, donde el infierno comenzó.
Yoongi no tenía miedo de que le disparen, no tenia miedo si habia 10 hombre gorilas en la puerta, el lo podria derrotar tranquilamente, no tenia miedo a eso, porque por Jimin dejaria que lo decapiten si era necesario, pero lo que realmente temia era perder a Jimin, ese era su mayor miedo.

Corria, corria por los bosques de Seúl, sintiendo el miedo de Jimin, sintiendo como pedia con desesperación ser rescatado.

Su mente estaba en blanco, no tenia ni un plan, lo unico que queria era llegar y sacarlo de allí sea como sea..

Sus piernas ya no resistían, pero el seguia, hasta que llego a una casa enorme con muchos guardias al rededor y ahi sintio que su corazon no se había equivocado, Jimin se encontraba en aquella casa.
"Se esconde en el pasado, en la casa de mi padre... Donde lo mataron" penso Yoongi, mientras miraba a los hombres detras de un arbusto. Observó su  alrededor para saber donde podia ingresar al lugar.
Despues de un tiempo analizar el lugar, sintio que algo vibraba en su bolsillo, busco su teléfono y era una llamada de Namjoon.
-¿Que sucede Namjoon?-.
-¿Donde mierda estas?- su tono era una mezcla de enojo y preocupación.
-Encontre a Jimin. Bueno se dónde se encuentra-.
-¿Y en dónde se encuentra?-.
-En la casa donde mataron a mi padre-.
-¿Por que mierda esta ahi?-.
-No lo se, pero voy a entrar y lo averiguaré-.
-No Yoongi, es sumamente riesgoso entrar solo-.
-Jimin esta ahi con miedo, con mi hijo, con un tipo que no conoce, mi vida es lo de menos, Namjoon-.
-Pero Yoongi-.
-Namjoon, ponte en mi lugar e imagina que en el lugar de Jimin es Jin y que mi bebé es tu bebé, ¿Tu que harías?-.
-Lo que sea para salvar a las dos personas que mas amo-.
-Exacto-.
Namjoon suspiro.
-¿Que hacemos?-.
-Contacta a todos nuestros amigos y a la policia, tambien que vengan Jungkook, Jin y sus dos amigas, llama a todo el mundo si es posible-.
-Esta bien, haré todo lo posible, pero  ¿Por que a los amigos de jimin?-.
-Tu confía en mi, yo se lo que digo. Listo no perderé más el tiempo, te dejo, voy a entrar-.
-Ten cuidado-.
-Si, adios- corto y guardo su teléfono.
Siguio mirando hasta que escuchó el crujido de una ramita.
-TU ¿QUE HACES AHI?- grito un hombre que parecia ser parte de aquellos guardias.
Yoongi se dio la vuelta y levanto las manos.
-Tranquilo amigo, estoy limpio, no tengo armas-.
El palido se fue acercando lentamente hacia al hombre, este lo seguía apuntando con el arma, Yoongi se siguió acercando cada vez más al hombre, luego de quedar cara a cara, le dió un golpe en la unión del brazo y antebrazo para luego dar otro fuerte golpe en la tráquea para que final mente callers de rodillas y poder tomar entre sus manos la cabeza y romperle el cuello. Tomo el arma, obsevo al hombre notando que tenían la misma contextura, logrando así una gran idea de cambiar de vestimenta.

Minutos más tarde...

Yoongi logra entrar a la casa sin llamar la atención, pasando desapercibido como uno que otro guardia de allí.  Al entrar, cantidad de recuerdos atacaron su mente, su madre, su padre, su infancia, todas las cosas buenas habían sucedido allí, como tambien las cosas malas, como la muerte de su padre, el desgarrador grito de su madre, el recuerdo de aquel dia cayó como agua fria en su cuerpo caliente por la irá, pero no era momento de lamentarse del pasado, era el momento de ir y salvar aquellas dos personas que tanto ama y asi no cometer el mismo error de hace unos años atras.

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Sus ojos abrieron, su cabeza dolía y su vista era borrosa, Jimin no tenía suficiente fuerza pero si lo suficiente para saber qué sus manos, brazos y piernas estaban fuertemente amarradas con una maldita soga, pero esa no era la peor parte, ya que lo peor era que cada movimiento hacia para liberarse de aquellas ataduras, obtenía punzadas de su vientre.