Capítulo 6

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Mientras todo eso estaba pasando en la terraza Julia se había encontrado con un sorpresa que estaba segura que la iba a encantar. No sabía que le había pasado pero había notado sus ojos apagados y eso la preocupaba.
Camino de la terraza cogió unas copas de champán para brindar con su amiga.
- Mir amiga a que no sabes....
Pero no pudo terminar la frase pues lo que se encontró fue horrible...las copas cayeron al suelo mientras gritaba y sus ojos se llenaban de lágrimas... Como era posible que su hermano estuviese haciéndole eso a su amiga... Sintió como su acompañante corría hacía ellos y de un buen puñetazo los separaba..
Leo desde el suelo no podía creer a sus ojos...
-Papá... Puedo explicarlo...
Su madre se acercó corriendo a Miranda y tapándola con su abrigo se la llevó de allí con su hermana...
-Que me piensas explicar! Como has podido hacerle eso!! No te reconozco Leo. Cómo has podido cambiar tanto!! Me decepcionas profundamente...
Leo se agarró del pelo y saliendo de la neblina en que estaba se encontró con que él también estaba muy decepcionado consigo mismo...
- Quiero verte en el despacho ahora mismo. Y espero que sepas que si Miranda quiere denunciarte no pienso tapar nada ni hacer nada para ayudarte.
Y sin más Arnold entró en su casa sintiéndose mas viejo y perdido que nunca...

Mientras tanto en una habitación Julia y su madre Beth intentaban consolar a una pálida y callada Miranda.
-Mir cielo! Por favor suelta lo todo, llora si es lo que necesitas...
-Miranda mi niña...no sabes lo horrorizada que estoy....ahora mismo llamaremos a la policía...me da igual que sea mi hijo! Esto es imperdonable...
Sólo ante estas palabras de Beth pudo salir Miranda del shock en el que se encontraba negando repetidamente con la cabeza....
-Nnnooo...noooo...no quiero hablar con nadie ahora mismo...sólo quiero ducharme y dormmmmir..por favorrr

Consiguió decir con voz temblorosa...pues ella la fuerte y sensata Miranda Talbot se encontraba totalmente abrumada y sobrepasada por todo lo ocurrido.
Al oír a su amiga Julia rompió a llorar y con los ojos encendidos de rabia salió dando un portazo dejando a dos atónitas mujeres en la habitación.
-Miranda cielo, por supuesto que puedes hacer lo que quieras...qué menos...tú sólo descansa y en un rato subo a verte...te juro por lo más sagrado que no tienes nada por lo que preocuparte...yo solo...
Y sin más Beth estrechó a Miranda en sus brazos como sólo una madre sabe hacerlo...

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Corazón dormidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora