Leo se paseaba de un lado para otro sin entender cómo había pasado de algo tan simple como pedir perdón a esa conversación que habían tenido. Se había dejado llevar por la rabia y no sabía que había sido del hombre frío por el que se tenía. Después de todos estos años se consideraba un hombre sin sentimientos y en una noche su mundo había dado un vuelco que no entendía. Todo ese cúmulo de sentimientos le tenían perdido. No entendía porqué le había molestado tanto la actitud de Miranda cuando siempre la había despreciado por esa actitud de cachorrito que tenía con él. Tampoco entendía esa necesidad repentina que tenía de tocarla continuamente. Ni porque se habían quedado grabados sus rasgos y el tacto de su piel. Había algo que le atormentaba sobre todas esas cosas, y era la falta de brillo en sus ojos, cómo en cuanto le había mirado sus ojos se habían apagado. Maldición! Echaba de menos que le hubiera mirado con adoración.
Tan mal estaba que necesitaba que esa chiquilla le mirase así?? No sabía que le pasaba pero pronto se le pasaría. Eso seguro. Esa mujer no era su estilo y la despreciaba y tenía que sacársela de la cabeza inmediatamente. Seguro que en unas semanas todo volvería a la normalidad. Si algo le había enseñado el perder a su amada Cora era que el tiempo apacigua todas las cosas que hoy creemos que nos van a vencer. Y esto no sería diferente. En el fondo las ordenes de su padre eran lo mejor que le podía pasar, ya que un tiempo alejado les daría perspectiva y seguro que al volver todo sería igual que antes. Eso sí seguía desconfiando de ella y pretendía tenerla bien vigilada. Si su familia no veía lo que él, los protegería igualmente. De momento solucionaría uno de sus problemas llamando a una de sus amigas, putitas las llamó ella se dijo bufando y todavía sin poder creerselo, y quitarse esta frustración sexual. Seguro que luego todo lo vería más claro.
Llamaría a Mónica. Una amiga con derecho desde hace años. Era una morena despampanante que siempre le había entendido perfectamente y que siempre estaba dispuesta a recibirle. En un principio la conoció por ser una de las amigas de Cora y cuando ésta desapareció estuvo ahí para apoyarle. Durante un tiempo incluso se planteó el casarse con ella pero él estaba bien así y no podría casarse con ninguna otra después de lo de Cora.
Sin quererlo volvió a presentarse en su mente la imagen de la Miranda de sus sueños y con un gruñido de frustración marcó el número de Mónica.
- Hola cariño! Esperaba tu llamada!
La sensual voz de Mónica se filtró por el teléfono.
- Hola Mónica. Tienes tiempo para que nos veamos?
- Tu siempre al grano,cariño. Por supuesto te espero en mi casa!Sin más Leo cortó la llamada extrañado por esa manía que llevaba un tiempo de llamarle cariño.
Al girarse para irse se topó de nuevo con Miranda que pasando al lado suya agarró una chaqueta que debía haberse dejado y dedicándole una mirada de desprecio se fue.
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Corazón dormido
RomanceLa tragedia sacudió su vida llevándose su prometida y primer amor con ella.Así que Leo decidió no volver a amar y no poner en riesgo su corazón con sentimientos innecesarios...hasta que la vida le devolvió la jugada sin saber si ya es demasiado tard...