Capítulo 25

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  Leo simplemente asintió a lo dicho por su amigo. Tenía mucho en que pensar y sin poder evitarlo volvió a buscarla con la mirada encontrándose la en la pista de baile con el hombre que hablaba antes. Estaban bailando una bachata y no podía apartar los ojos de los movimientos sensuales de su cuerpo. No podía dejar de mirarla.
- Sabes para ser una persona tímida con la gente que no conoce cuando baila es impresionante de ver- dijo Mark.
  Leo sólo podía mirarla e imaginarla otra vez como tantas otras veces en posturas eróticas mirándole con deseo. Se fijo y se dio cuenta que no era el único que se la comía con los ojos. Por lo menos Adam estaba ocupado en ese momento bailando con su hermana. Lo prefería así bien lejos antes que cerca de ella.
Cuando el baile acabó Leo se preparó para buscar una oportunidad de tenerla de nuevo en sus brazos, y si para ello tenía que bailar pues eso haría. Pero antes incluso de que pudiera levantarse del asiento ella ya se le había vuelto a escapar. Volvió a verla bailar esta vez con un hombre diferente, y no pudo menos que sentir celos de no ser él.
Y así pasó su noche, Leo esperando una oportunidad como ave de presa y Miranda bailando y riendo con todos menos él. Procuró no volver a ponerse a su alcance ni siquiera cuando paraba para descansar, pues al ser un grupo grande de gente siempre tenía con quien hablar.
Cuando, por fin! , dieron por terminada la noche era muy tarde y todos se apresuraron a compartir taxis que fueran repartiéndolos en sus respectivos hogares. Leo aprovechó la  ocasión para entrar en el taxi en el que iban a ir Miranda,Julia y Adam. Dando por echo que irían a la mansión Lawson se acomodó en el asiento. Miranda al ver que sólo quedaban ellos cuatro se sentó en el asiento del copiloto dejando atrás a un sorprendido Leo junto con Julia y Adam. Con una sonrisa le dio al taxista la dirección de su casa y fue entretenida hablando con él, volviendo a frustrar los planes de Leo. Cuando cayó en la cuenta de la dirección en la que iban ya habían llegado prácticamente y lanzándole una mirada fulminante se cruzó de brazos cabreado. Por qué nada le salía bien con esta mujer??
Al llegar al edificio Miranda bajó del taxi junto con Adam y Julia dejando a un desconcertado Leo en el auto.
- Bueno hermanito espero que descanses lo que te queda de noche.- le dijo Julia entre risas.
- Ppero no venís a casa??
Julia se carcajeó.
- Esta es nuestra casa!
-Cómo?? Yo pensé...
Con una sonrisa socarrona Miranda le contestó..
- Ya le dije en su momento, Señor Lawson, que pensar no es lo suyo. Adam subes a tomar un café??
Leo estaba fuera de sí, las dos arpías le tenían tomada la medida. Pero ya habría tiempo de atraparla, se dijo.
- Buenas noches!
Le dijeron a coro mientras le dejaban solo en el taxi con un palmo de narices. Leo estaba que se le llevaban los celos y despidiendo el taxi se resguardó en un portal vigilando cuándo se marchaba Adam Pritchett.

Al pasar dos horas y aterido de frío y desesperado por todas las cosas que se le pasaban por la imaginación decidió tomar un taxi e ir a visitar a su amigo Mark. Así por lo menos no sería él el único molesto.

Corazón dormidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora