Capítulo 26

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  Eran más de las cuatro de la mañana cuando Leo llegó al apartamento de Mark y empezó a llamar. Al principio sólo tocó el timbre pero ante la falta de respuesta empezó a llamar dando golpes en la puerta a la vez. Cuando un despeinado y malhumorado Mark abrió la puerta Leo pasó rápidamente dentro con una gran sonrisa.
- ¿¿Se puede saber que haces aquí??- le espetó Mark con cara de pocos amigos.
- Necesito hablar contigo. Es sobre lo que te dije esta noche...lo del bloqueo.
- Hmm, espera que me visto y hablamos, aunque no entiendo muy bien qué puede ser tan urgente para venir a molestar a estas horas...- dijo mientras iba por el pasillo.

  Leo se arrellanó en un sillón a la espera de su amigo. Todavía le daba vueltas todo lo sucedido desde su regreso. Es verdad que durante estos seis meses había cambiado en muchas cosas, pero la única cosa que le atormentaba seguía dándole quebraderos de cabeza. ¿Por qué esa obsesión con Miranda?, hasta ahora siempre había pensado que era lujuria únicamente, pero los celos que sufrió durante toda la noche le tenían desconcertado. Nunca antes había sentido celos con ninguna de sus parejas esporádicas, y cuando le había gustado una mujer pero o bien se le resistía o no era mutuo, nunca le había dado importancia y lo había dejado pasar. Al fin y al cabo siempre había mujeres dispuestas a lanzarse a la cama con él. Es cierto que se había convertido en un cínico respecto a el sexo y las mujeres, pero había comprobado que siempre buscaban algo al acercarsele.
  - Bueno. Qué es eso tan importante que no podía esperar.

  Leo le miró todavía pensativo y procedió a relatarle todo lo sucedido hace seis meses en la fiesta de cumpleaños de su hermana. Cuando recibió el puñetazo de su amigo, lo aceptó sin más, pues él más que nadie sabía que lo tenía merecido.
- Sé que lo tengo merecido y te puedo asegurar que no has sido el único que me ha golpeado por esto. Pero necesito que me escuches, por favor.
- Más te vale que sea importante porque ahora mismo te mataría.
- Lo es, te juro que lo es. Desde esa noche, algo cambió, no puedo dejar de pensar en ella, sueño con ella, y lo peor no es eso. Desde esa noche no puedo... Mmm..tengo...problemas para...bueno que tengo un bloqueo de polla! Ya lo he dicho!

Las carcajadas de su amigo no se hicieron esperar. El muy maldito no podía parar de reír...
- Mark!! Esto es serio! Te aseguro que lo he intentando, pero desde esa noche en cuanto intento tener sexo con alguna mujer no puedo! Simplemente no me funciona! En cambio es pensar solamente en ella y voilá, tan duro como un canto. Estoy desesperado.
  Mark secándose las lágrimas de la risa respiró hondo intentando calmarse para poder hablar con su amigo.
- Pues me temo que lo tienes difícil amigo, pues está claro que ella te odia y no va a saltar a tu cama como un perrito bien entrenado. Aparte de que siempre has dejado claro que no la soportadas, aunque todavía no entiendo muy bien por qué.
- Ponte cómodo que yo creo que esto va para largo....

Corazón dormidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora