Esa mujer debía de haberle echado una maldición, algo de eso tendría que haber hecho esa bruja!
Al llegar al piso de Mónica ésta salió a recibirle con un conjunto de encaje negro, su favorito , y una sonrisa en los labios. Un buen cambio después de este último día en el que todo el mundo le había dedicado miradas nada cariñosas.
- Hola cielo! He preparado champán y el jacuzzi está esperando por nosotros.
Dijo Mónica entrelazando sus brazos en su cuello y rozándose sensualmente con su cuerpo. Y su amigo....sin señales de vida. Leo se dijo que era por todo el estrés del día de hoy.
- Humm suena bien nena, porqué no me pongo cómodo y me cuentas más?
Dijo con una sonrisa sensual.
Se acomodó en un sillón y después de recibir una copa de champán Mónica se sentó en su regazo y empezó a besarle y mordisquearle el cuello.
Cerrando los ojos Leo se dejó llevar y empezó a disfrutar del contacto. Sin esperarlo Miranda volvió a colarse en sus pensamientos y volvió a recordar el sueño erótico de esa mañana. Su amigo empezó a responder...
- Cielo por qué no nos deshacemos de esa ropa...
Y sin mas al oír la voz de Mónica su virilidad volvió a desinflarse. Qué demonios!
Leo se levantó y cogiendo a Mónica la llevó al dormitorio. La tumbó en la cama y empezó a acariciarla y a desvestirla. Mónica gemía y susurraba su nombre y Leo sólo podía comparar las diferencias entre ella y la mujer que le llevaba atormentando desde ayer. Donde Miranda era voluptuosa y suave Mónica era flaca y....intentando centrarse sacudió la cabeza y se dio cuenta de que todo estaba siendo mecánico e impersonal. Concentrate! Se dijo. Volvió a acariciarla y...nada. No sentía nada. Su amigo se negaba a funcionar y se veía en nuevos problemas pues tenía una mujer deseosa y dispuesta y él no era capaz de excitarse. Maldita sea!
-Emm... Mónica.
Saliendo de la nube de pasión en la que estaba Mónica le miró interrogante.
- Esto... Yo... Verás no me había acordado que tengo que irme..La cara de Mónica era un poema. Rápidamente se recompuso y acariciándole el brazo le dijo.
- Bueno cielo, un rápido y en otra ocasión disfrutaremos más tiempo...Leo se apartó un paso por precaución.
- Es que...no puedo. Debo irme ya.
Lo siento. Te compensaré lo juro.
Y dándole un breve beso salió corriendo dejando a una desconcertada mujer.Gracias a tod@s los que vais leyendo esta historia y sobre todo gracias por los votos que aunque parece una tontería animan un montón. De momento os va gustando???
ESTÁS LEYENDO
Corazón dormido
RomanceLa tragedia sacudió su vida llevándose su prometida y primer amor con ella.Así que Leo decidió no volver a amar y no poner en riesgo su corazón con sentimientos innecesarios...hasta que la vida le devolvió la jugada sin saber si ya es demasiado tard...