Capítulo 12

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Cuando entró en la mansión el silencio lo recibió y se quedó parado en la entrada como un niño castigado esperando que alguien saliera a recibirle. Al no recibir ningún recibimiento y siendo extraño ese silencio se puso a buscar a su padre hasta que le encontró en su despacho hablando por teléfono.
Arnold al verlo le hizo un gesto y terminando la llamada le dijo que se sentara.
- Papá donde están todos? Me gustaría hablar con Miranda...
- Tu madre y las chicas han salido- le cortó Arnold- de todas maneras Miranda me ha pedido expresamente no hablar contigo- le dijo con dureza- y pienso respetar sus deseos.
Leo estaba atónito, no sabía el porque sentía esa desilusión. Recomponiendo se rápidamente le dijo a su padre.
- Entonces que debo hacer papá? Cómo voy a poder arreglar el problema si esa mujer no quiere hablar conmigo?- dijo con dureza.
- No es mi problema el cómo piensas aliviar tu conciencia, y si te soy sincero no me importa. En este momento sólo me importa lo que ella quiera y te prohíbo que vuelvas a hablar de Miranda de esa manera delante mía. No te lo voy a volver a consentir. Queda claro?
- Papá yo solo quiero terminar con todo esto- dijo derrotado. No sabía que hacer y estaba claro que esa mujer tenía a todos engañados. Mordiéndose la lengua levantó la vista dándole tiempo de ver la mirada de tristeza que tenía su padre.
- No puedo hacer nada más hijo. Pienso que desde lo que pasó con Cora cada vez has perdido más el norte y estoy arrepentido de no haber hecho antes nada para evitarlo...

Con la mención de Cora el semblante de Leo se volvió pálido y cerró la boca con fuerza para no maldecir porque ese tema aún le dolía.
- He decidido que vas a pasar un tiempo revisando nuestras filiales europeas y asiáticas, sales mañana con destino a Londres. Y espero que el trabajo duro y ver mundo te haga abrir los ojos hijo. Esto no es un castigo pues ya eres adulto, pero ten por seguro que por el camino que vas no es el adecuado y menos para dirigir una empresa familiar como la nuestra.
Leo estaba pálido y rabioso por partes iguales pues achacaba todo esto que le estaba pasando a esa mujer. Ojalá nunca hubiera aparecido en sus vidas....
Justo cuando iba a contestar oyeron la puerta y las voces de su madre y las chicas. Leo se levantó y asintiendo a su padre se dirigió hacia el recibidor para intentar hablar con Miranda y poder encauzar este desastre de una vez. Si hubiese sido más prudente habría esperado a tranquilizarse después de la conversación con su padre, pero le pudieron todo el remolino de sensaciones que tenía y llegó casi corriendo hasta ellas.

Corazón dormidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora