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Los minutos transcurrían lentos en aquella buhardilla. De hecho, Ivy juraría que el tiempo comenzó a distorsionarse desde el momento en que las encerraron allí a las dos. Y, por si fuera poco, la calefacción no funcionaba del todo bien en esa parte de la casa y después de estar allí por lo que ella calculó que fueron unos veinte minutos comenzó a tener frío llevando solo el albornoz y teniendo el pelo húmedo. Pese a eso eligió sentarse en el alfeizar de la ventana que daba a la calle. Eran unas bonitas vistas de la ciudad al ser el piso más alto en un gran edificio.

Por otro lado, Thalía se encontraba sentada en el colchón del suelo que se había convertido en su cama temporal en esa casa. Estaba jugando con sus ratas mascotas en su jaula, que la había puesto al lado del colchón para estar más cómoda.

Las miradas indiscretas y mal disimuladas habían estado presentes en todo momento por parte de las dos chicas, pero ninguna parecía querer ser la que diese el primer paso. Claro que después de media hora ahí encerradas y escuchando los susurros mal disimulados de los estúpidos al otro lado de la puerta ya se comenzaron a cansar.

— ¿Por qué no les damos lo que quieren? —Sugirió Ivy— Cuanto antes hablemos antes nos dejarán salir.

Thalía dejó escapar una risita sardónica mientras guardaba a una de sus ratas en la jaula y cogía otra a cambio.

— ¿Así que pretendes hacerlo así?

Ivy la miró con las cejas fruncidas.

— ¿A qué te refieres?

— Lo sabes muy bien —contestó Thalía sin mirarla—. Nunca te ha gustado enfrentarte a los problemas. Siempre rehúyes de las discusiones y cuando no te queda más remedio que hacerles frente intentas hacerlo lo más rápido posible —explicó tranquilamente, como si le estuviera recordando que pese al tiempo la sigue conociendo igual de bien—. Te da igual cómo sea, dirás cualquier cosa para salir del paso y escapar cuanto antes del problema.

Ivy no dijo nada por unos instantes, no debería haberle sorprendido aquello, pero lo hizo. No obstante, ella también sabía cómo era Thalía. Si ambas tenían algo malo en ese momento es que se conocían igual de bien la una a la otra, y eso podía ser muy bueno... o muy malo.

— Así que quieres una apropiada conversación por lo que veo —contestó Ivy—. De acuerdo, empecemos. Tranquila, no voy a huir más así que puedes descargar toda la artillería pesada.

Se levantó del alfeizar y comenzó a avanzar por la habitación para estar más cerca de la pelirroja. Llegó hasta la mesa de billar y se apoyó contra ella.

— ¿Y si ahora soy yo la que no quiere hablar? —Preguntó Thalía desafiante.

La morena suspiró exasperada, pero suponía que el resto de comentarios que vendrían no serían mucho mejores. No iba a ser una conversación llena de palabras amables.

— Conozco a Hyungwon lo suficiente para saber si ha llegado al extremo de encerrarnos es que piensa llevar esto hasta el final.

Un resoplido mezclado con una especie de tsk fue lo primero que salió de la boca de la peliroja.

— Oh, claro, se me olvidaba que ahora eres una persona importante que solo se relaciona con famosos.

Su sarcasmo era ácido, y aunque no le pillaba de nuevas escucharla hablar así nunca había ido dirigido hacia ella. Observó a Thalía guardar sus ratas y cerrar la puerta de la jaula. Supuso que se había acabado el modo pasivo agresivo de la conversación. Ahora empezaba lo bueno.




Ellie estuvo realmente a punto de cortarle una mano a Minhyuk por no parar de darle golpecitos en el brazo. La estaba poniendo realmente nerviosa con los toquecitos y como siguiera así se iba a comer su cabeza. El chico estaba realmente emocionado por saber qué estaba pasando ahí dentro y cada vez que escuchaba el más mínimo ruido le daba golpes a la peliazul para que les tradujese lo que decían.

It's a fucking drama...rama?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora