— ¡Buen trabajo!
Tras varias inclinaciones de cortesía hacia el coreógrafo de la banda, los chicos comenzaron a recoger sus cosas e irse a las duchas para limpiarse tras una buena sesión de baile.
— ¿Wonho? ¿Querías algo? —Preguntó el coreógrafo al ver que éste estaba a su lado en vez de marcharse.
— Tú eres el que mejor conoce esta sala y sus aparatos —dijo señalando los equipos de música—, ¿verdad?
— Sí, así es.
Wonho puso una enorme sonrisa cómplice.
— ¿Podrías hacerme un pequeño favor?
Para cuando Wonho salió de la sala de ensayo y llegó al baño, ya no quedaba ninguno de sus amigos, por lo que se duchó rápido y se vistió con el recambio de ropa que le habían dejado. Seguramente Kihyun o Shownu, siempre pendientes de que a ninguno le faltase nada.
Una vez estuvo aseado y listo, salió y comenzó a andar por los pasillos con buen humor, incluso tarareando. Estaba contento ese día, se sentía optimista y por qué no decirlo, lleno de esperanza.
Pero sus pisadas se detuvieron de golpe al ver a Ellie unos metros más alejada en el pasillo. Estaba agazapada tras una gran planta decorativa y eso hizo a Wonho sentirse muy confuso. Se acercó lentamente y sin hacer ruido hasta estar detrás suya.
— ¿Qué estamos mirando? —Preguntó en voz baja.
Ellie se cayó de culo al suelo del susto.
— ¿Eres imbécil o qué te pasa? ¿Por qué te acercas tan sigilosamente a la gente?
— Yo... lo s-siento...
El chico apenas pudo articular palabra aún sin procesar que ella le hubiera llamado imbécil. Wonho a veces se sentía tan confuso sobre Ellie... No era tonto, sabía que con él siempre se había comportado de un modo más esquivo y reservado que con sus amigos, por eso sabía que ella era mucho más espontánea y divertida de lo que podía parecer. Pero con él solo actuaba de un modo tan natural con factores que lo condicionaran y en un corto periodo de tiempo como el enfado, la frustración o el miedo.
— ¡Shhhh, calla! —Dijo de pronto tapándole la boca.
Se giró para mirar a través de la planta, pero Wonho solo podía pensar en la mano de Ellie tapándole la boca y casi quiso sonrojarse.
Estiró un poco el cuello para mirar por encima de la cabeza de Ellie, todavía seguía intrigado por saber qué demonios hacía la peliazul en su agencia y detrás de aquella planta.
— Esos son...
— ¡Te he dicho que no hagas ruido! —Se volvió a quejar ella tapándole la boca de nuevo.
La chica apretaba la mano contra su boca mientras los dos observaban atentamente como sus amigos Thalía y Shownu se alejaban charlando por el pasillo.
— ¿Por qué les estás espiando? —Preguntó Wonho una vez estuvo liberado de su agarre.
— Thalía me dijo que hoy iban a tener una cita —explicó Ellie—. Solo quiero seguirles y asegurarme de que todo les va bien.
Wonho quiso decir algo más, pero de pronto Ellie se puso a mirar hacia el fondo del pasillo con nerviosismo.
— ¡Mierda, que se nos escapan!
