El delicioso aroma que salía de la cocina atrajo de inmediato la atención de Thalía, que acababa de despertarse. Un nuevo día se abría paso y con él lo que parecía ser maravilloso desayuno preparado por su buena amiga Ellie a la que en este momento le estaba eternamente agradecida. No es que se levantase con muchas ganas de cocinar antes de ir a la universidad, bueno, al menos no los días que tenía que madrugar e ir a primera hora. Días como ese.
Ellie estaba de espaldas a la puerta haciendo algo en la encimera. Cuando se movió un poco a la derecha Thalía pudo ver que estaba haciendo zumo de naranja natural. Se sentó con pesadez en uno de los taburetes de la isla e la cocina y apoyó la cabeza en una mano con los ojos medio abiertos aún por el sueño.
La peliazul se giró al escuchar ruido y le sonrió al verla ya despierta. Sirvió el zumo en dos vasos y le ofreció uno de ellos.
— ¿Muy cansada? —Preguntó Ellie.
— Lo suficiente para querer morirme —contestó Thalía—. ¿Y tú que haces cocinando tan temprano?
— Insomnio.
— ¿Otra vez? —Pregunto Thalía cogiendo una tostada.
— Otra vez —afirmó Ellie con resignación.
Comenzaron a desayunar tranquilamente, no hablaron mucho, demasiado concentradas en la comida y en el caso de Thalia, intentando no quedarse dormida con media tostada en la boca.
Cogió su móvil para entretenerse y alzó las cejas con sorpresa.
— Vaya, que raro.
— ¿Qué pasa? —Preguntó Ellie.
— Tengo varias llamadas perdidas de Shownu —murmuró Thalía.
— ¿Y? ¿No habláis nunca por teléfono o qué?
— Claro que sí —contestó la pelirroja con obviedad—, ni que fuéramos Wonho y tú.
Ellie automáticamente dejó de masticar y alzó las manos en señal de protesta ante el repentino ataque de su amiga. Sabía que solo lo hacía para molestarla, el problema era que lo conseguía.
— Pero no hablamos a las siete de la mañana.
Miró la pantalla un par de segundos más antes de dejar el móvil bocabajo y seguir desayunando como si nada.
— ¿No le vas a llamar? A lo mejor es importante si te ha llamado tan pronto.
— Nah, luego —dijo Thalía restándole importancia.
Ellie entrecerró los ojos mirándola con suspicacia mientras bebía de su vaso.
— ¿Quién eres tú? —Le preguntó a Thalía— Porque la Thalía que yo conozco no dudaría ni un minuto en llamar a Shownu.
— Es que últimamente le noto un poco raro.
— ¿En qué sentido?
— En todos, supongo. Es difícil de explicar, pero desde el día que fuimos al estudio le noto diferente. Actúa de un modo distinto a como es él —se encogió de hombros y se rio un poco—. Como el otro día en la fiesta sorpresa de Wonho. No paraba de intentar hacerse el gracioso delante de mí.
— Si... todos fuimos testigos de eso —contestó Ellie negando con la cabeza.
— Sé que te va a parecer raro, pero es como si intentase llamar mi atención o algo así, y eso es lo raro, que mi atención ya la tiene. No entiendo nada.
— Quizá le gustes —contestó Ellie con simpleza.
— Sí, seguro que es eso —dijo Thalía con el mayor sarcasmo del mundo.
