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Un nuevo día se abría paso en Seoul aquella lluviosa mañana de marzo. Porque no siempre podía hacer un día de sol radiante, pero eso no significase que fuese un día malo. Todo lo contrario, aquel prometía ser un gran día.

Muchas cosas habían pasado en esas casi tres semanas que transcurrieron desde que los chicos abandonaron el apartamento de Ivy para volver a su propia casa. Tanto ellos como ellas habían estado bastante ocupados con el trabajo y apenas habían podido verse un par de veces o tres a la semana, pero siempre conseguían pasar un rato juntos sacando tiempo de donde fuese.

Thalía había comenzado a asistir a la universidad a estudiar Ilustración digital y no podía estar más contenta. Por no hablar de que Corea era uno de los mejores países donde estudiar esa carrera. Aunque el curso ya estaba empezado, Ivy consiguió mover unos cuantos hilos para que la chica entrase ese año, solo que tenía que ponerse al día con todas las asignaturas, pero la pelirroja parecía totalmente encantada con aquello.

Pese a que la chica aún no se lo creía del todo, Ellie había comenzado a tener proyectos propios ya que al parecer el trabajo impecable de la chica había llamado la atención de varias agencias que estaban dispuestas a apostar por caras nuevas en el negocio. Pero aquello también había limitado su tiempo para actividades extras de ocio.

Por suerte Ivy estaba a su lado para ayudarla en lo que necesitara y apoyarla. Ellie no sabía cómo la chica podía sobrevivir a aquel trabajo, lo amaba, pero era una locura. Ellie no tenía ni la mitad de proyectos que Ivy entre manos y ya se quería tirar por la ventana del estrés, pero la morena parecía llevarlo todo con total normalidad. Sí era cierto que muchas veces la chica se acostaba muy tarde por terminar algún trabajo, quedándose incluso en la oficina de la empresa sin marcharse a casa siquiera.

Por lo que le comentó Ivy, al principio ella estaba igual o incluso peor con tanto trabajo, pero le dijo que en cuanto cogiese el ritmo todo le iría sobre ruedas.

— Realmente el trabajo en sí es fácil —le había dicho Ivy—. Lo agobiante son las fechas para entregar los proyectos. A veces se juntan tantos que parece que no vas a terminar ninguno a tiempo.

Al parecer siempre había épocas con más trabajo que otras, pero que eso, obviamente, lo iría viendo y comprobando por sí misma con el tiempo. Por el momento ellas seguían trabajando juntas en el Season's Greetings de la agencia SM y parecía estar saliendo muy bien adelante.

En cuanto a su relación con los miembros de Monsta X, todo parecía avanzar viento en popa. Pese a que los encuentros con ellos fueron escasos, resultaron bastante fructíferos para afianzar sus nuevos lazos de amistad. Los chicos parecían realmente cómodos con ellas y las consideraron parte de su pequeño grupo en poquísimo tiempo. Al parecer los amigos de Ivy era muy bien recibidos para ellos.

Los chicos se pasaron varias veces por FLASH por lo que ellas pudieron verlos más de lo que se pensaban. A Ellie le decepcionó saber que Ivy había trabajado con ellos para un par de comebacks anteriores, pero de ese nuevo comeback no se encargaría ella. Ellie no iba a mentir, le encantaría poder ser la que realizase el photoshoot de Monsta X para cualquier cosa.

Thalía y Ellie casi se vuelven locas cuando su mejor amigo Christian las llamó para comunicarlas que había conseguido una beca para ir a estudiar a Seoul. Los tres habían formado una, pequeña pero unida, familia cuando se conocieron viviendo en España. Cada uno era a cuál más distinto y con sus propias rarezas, pero por algún extraño motivo habían llegado a quererse más que a sus propias familias. El chico era todo un osito de peluche, un amor de persona a la que solo querías abrazar y hacer que fuese feliz y pegar a todo aquel que se atreviese a dañar a tan cariñoso chico.

It's a fucking drama...rama?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora