16. Bésame

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Capítulo 16: Bésame.

-¿Quieres que te lleve a casa? —me dice Carlos—

-Ehhh, no; A ver, me sacaste del restaurante a la fuerza y ¿Qué piensas hacer ahora? ¿Dejarme en el medio de la nada? —digo sarcástica—

-Bien, entiendo —finaliza y arranca— pero primero, quiero enseñarte un lugar.

Frunzo el ceño pero asiento. Carlos sigue manejando hasta el centro de la ciudad y nos detenemos en el estacionamiento de un edificio.

Él se baja del auto y le da la vuelta para abrirme la puerta; Me bajo y comenzamos a caminar hacia un ascensor. Subimos hasta llegar a un hermoso penthouse.

-¿Qué hacemos aquí? ¿De quién es esto? —pregunto confundida—

-Es mío... Mis padres me lo compraron —abro los ojos como platos—

-¿De veras? Wow, es muy bonito —digo mientras admiro todo el lugar—

-Ven, subamos.

Me dice tomándome de la mano y llevándome a por una escalera hacia un hermoso balcón.

-¡Wow, qué vista! Estoy enamorada de este lugar. ¿Todo esto es tuyo? —le pregunto aún con mi mirada hacia la hermosa vista—

-Sí y hay más... Acompáñame —dice y lo sigo—

Bajamos por la escalera anterior y nos dirigimos a un cuarto que tiene unas pequeña escalera y cuando bajamos pude admirar un hermoso spa con un jacuzzi y toallas de un lado.

-Este es mi cuarto rojo.

Río por lo bajo —¿por qué ese nombre? —digo riéndome—

-Por eso —dice riendo y encendiendo unas pequeñas luces que iluminan una leve luz roja—

-Oh, se ve que es relajante —digo con una sonrisa—

-Ven, continuemos —abro los ojos como platos y levanto las cejas—

-¿Qué? ¿A caso hay más? —digo sorprendida—

-Simplemente falta la cocina, la sala, sala de juegos, sala de cine y... Las habitaciones —dice enumerando con los dedos—

-Casi nada... Ok, vamos —digo levantando la ceja—

Continuamos subiendo las escaleras y yendo a la cocina mientras pasamos por la sala y al final las habitaciones, tiene cuatro habitaciones.

Salimos de la habitación y nos dirigimos a la sala. Me siento en el cómodo sofá blanco decorado con cojines amarillos y blancos con diseños negros.

-Oye, ven aquí... —me dice y levanto una ceja—

-¡¿A caso hay más?! Si me dices que el edificio es tuyo te creo —digo riéndome y se ríe—

-No, simplemente quiero que sientas algo.

-Ah? —digo confundida—

-No pienses mal. Ven, acompáñame —no muy segura lo acompaño hacia su habitación que supongo es la principal—

Nos adentramos más y el sin darme cuenta venia con dos envases llenos de palomitas.

-¿De dónde sacaste eso? ¿Eres brujo o qué?

Se echa a reír mientras niega con la cabeza. Pone las palomitas a un lado y se me queda viendo, frunzo el ceño.

-¿Tengo algo en la cara?

-No. Ven aquí.

Me le acerco y el agarra mi mano delicadamente y la coloca en su pecho.

Amor Bipolar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora