- ¡¿Qué demonios?! —le digo al chico.
- ¿Algún problema? —dice— ¿Qué no te da gusto verme?
- Mmm... lo siento, Gregory. Es que me tomaste de sorpresa. Pensé que eras... —me interrumpe.
- ¿Carlos? —asiento— es que vi que te incomodo un poco lo que hizo Paola y cuando te fuiste, Carlos no se dio cuenta y yo te seguí.
- Ahh, está bien —vacilo un poco la cabeza pensando.
Me siento en la arena y le hago una seña a Gregory para que se siente a mi lado. Miro hacia atrás y veo cómo Carlos está muy entretenido hablando con Paola.
- ¿Qué hay de nuevo? —me dice sacándome de mis pensamientos.
- Nada nuevo.
- Sabes, me gusta una de tus amigas —me sorprende porque no da rodeos— es más, viene siendo... Pues, es Diana y ella, bueno ella —suelta una pequeña risa.
Me río ya que se ve muy tierno. En eso llega Carlos.
- ¿Qué es tan gracioso? —dice en un tono frío.
- Creo que me voy. Ally, esto no queda aquí —le guiño un ojo y veo cómo Carlos sigue a Gregory con su mirada.
Carlos se sienta a mi lado pero yo hago como si no estuviera. Estoy celosa, no entiendo para qué Paola me pidió perdón si seguirá coqueteándole a mi novio. Me alejo un poco de él.
- ¿Se puede saber que no han terminado de hablar? —me dice frío.
- No lo sé, ¿en verdad te importa? —le digo en el mismo tono.
- Sí te pregunto es porque me importa —dice.
- Igual no te diré nada, tal vez Paola sabe —le digo rodando los ojos. Carlos vacila un poco y sonríe — ¿Qué te causa gracia?
Se encoge de hombros y me toma de los brazos e intenta besarme pero me alejo— ¿Qué te pasa?
- ¿Terminaste de ignorarme? —frunce el ceño.
- No te he ignorado.
- Eso no es lo que pareció los pasados 20 minutos —ruedo los ojos.
Carlos me toma de la cintura y me carga como un saco de papas. Lo golpeo en la espalda para que me suelte pero es imposible. Cada vez que intento me agarra más fuerte. Comienza a caminar hacia el agua. Al entrar me baja y me agarra de la cintura apegándome a su cuerpo. Sigo luchando para que me suelte pero me apega más a él.
Acuna mi cara en sus manos y besa, intento no seguirle pero es imposible. Sus labios son como una adicción para mi.
- No te puedes resistir —Me dice.
- No me sorprende tu ego —le digo rodando los ojos.
Agarra mis piernas y las enrollo en su cintura; me da un beso corto y pasa a morder y a succionar mi labio inferior. Poco a poco puedo sentir su erección contra mi entrepierna, lo que hace que suelte un leve gemido.
- ¿Sabían que hay habitaciones? —nos interrumpe Ashley. Ruedo los ojos— Ay, por favor. Me dan diabetes —le saco el dedo del medio y se va riéndose y negando con la cabeza.
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Amor Bipolar.
RomanceEn el transcurso de nuestras vidas, siempre habrá alguien de quien nos enamoramos perdidamente. Dicha persona no siempre es la indicada. Este es el caso de Ally, una chica de 17 años que se enamora perdidamente de Leo, un chico de su nueva escuela...