29. Secuestro

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- ¿Qué hace él aquí? -dice Diana en un susurro.

- ¿Por qué se dirige hasta aquí? -dice Carlos y se comienza acercar a él amenazante, pero Mike lo detiene -¡suéltame!

Leo se va acercando más y más hasta llegar donde nosotros. Mi corazón comienza a palpitar muy rápido y no sé porqué. Es una extraña sensación, tenía casi un año sin verlo y que aparezca así de la nada, simplemente se siente, extraño.

- Hola -dice Leo- ¿Cómo están? -actúa como si nos estuviéramos conociendo.

- ¿Qué haces aquí? -dice Carlos fulminándolo con la mirada.

- Vine a celebrar con mis amigos el día de graduación -dice encogiéndose de hombros.

- Sí, un pequeño detalle -comienza a decir Gregory- nosotros, no somos tus amigos.

- Ustedes no, pero ella si -dice Leo refiriéndose a mi. Me pasa por el lado, me guiña un ojo y se va antes de que pueda protestar.

- Lo voy a matar -dice Carlos caminando detrás él pero lo detengo.

- Carlos, por favor. Cálmate -digo tratando de calmarlo.

- Yo... Me voy de aquí -dice caminando hacia su camioneta. Lo sigo, no sin antes avisarle a los chicos.

Subimos al auto y comenzamos nuestro trayecto. Pensé que me llevaría a casa pero no es así. Nos dirigimos a su departamento. Entramos y Carlos se sienta en el sofá con sus codos en sus rodillas y sus manos entrelazadas frente a su cara.

- ¿Estás enojado? -digo.

- No -dice cortante.

- ¿Y por qué actúas así? -me siento a su lado y entrelazo nuestras manos.

- Estoy bien -dice alejándose de mi.

Me siento en sus piernas quedando frente a frente. El posa sus manos en mis caderas. Acuno su rostro en mis manos y lo beso. Paramos por falta de aire y lo miro.

- ¿Estás enojado? -digo.

- No.

- Ahora si estás siendo sincero.

Me levanto, me dirijo a la habitación, veo por encima de mi hombro y veo que está siguiendo. Me le acerco y él levanta la mirada y sin más uno nuestros labios en un beso lento con deseo. Coloco mi mano en su nuca acariciando los pequeños cabellos que hay allí. Me recuesto en la cama, se acuesta a mi lado y me presiona contra su cuerpo y puedo sentir lo duro que está.

- Te extrañe -digo.

- Créeme yo más -me dice mordiéndose el labio.

Carlos se quita su camiseta y mis ojos inquietos bajan por sus abdominales a esa zona prohibida. Poco a poco y entre besos nos quitamos las piezas de ropa que quedaban. Me vuelve a besar, bajando por mi cuello. Me estremezco y gimo ante su tacto.
Nos damos la vuelta y esta vez yo estoy arriba. Comienzo a besar su cuello mientras me muevo encima de él.

- Carlos- gimo su nombre en su oído y me aprieta más fuerte contra él. Dejo varias marcas en su cuello y él comienza a jadear.

Sin darme cuenta en un movimiento rápido estoy debajo de él otra vez y me penetra de un tirón, comienza con movimientos lentos que hacen que me excite aún más. Comienza a acelerar sus movimiento, gimo fuertemente y Carlos acelera más sus movimientos. Lo acerco a mi y clavo mis uñas en su espalda cuando siento que voy llegando el orgasmo; Dos minutos después llego y gimo en su oreja y eso fue suficiente para que Carlos también llegara. Se acuesta a mi lado y acaricia mi mejilla con dulzura.

Amor Bipolar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora