Capitulo II

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- ¡Aleluya! Al fin apareces - una voz al parecer sonaba aliviada que la chica por fin se dignara a llegar al trabajo.

-¡Lo siento, lo siento! Tuve un inconveniente, un idiota acaba de tirarme en su motito de riquillo- respondió Ángela a Trevor ( un trabajador y amigo de Adam, conocido de Ángela) haciendo ademanes con las manos mientras hacia una voz muy graciosa para referirse al encuentro que tuvo por la mañana.

- No me digas, ¿te caíste de la patineta a media calle? - Preguntó él cruzándose de brazos.

- sabes que eso no va conmigo, el muy idiota no se dio cuenta del semáforo o que sé yo, pero no me pasó nada, gracias por pegruntar. -sonó sarcástica.

- esta bien, lo siento. Que bueno que llegaste, tenemos un enorme problema. - la sonrisa del chico desaparición y se convirtió en un rostro de preocupación.

El rostro de Ángela se tornó de manera confusa tras las palabra de su compañero de trabajo, así que dejó su patineta en el sillón de un viejo carro que tenían que reparar después y aceleró el paso para ver de que se trataba lo que su amigo trataba de explicar.

Unos cuantos segundos después se encotraba en la oficina dónde su hermano permanecía particularmente, al ver lo que sucedía sus ojos se abrieron en par y su boca formó una O.

-¡ADAM! -gritó Ángela tras ver a su hermano llorando como niño chiquito, sucio y al parecer se había vomitado en sí mismo.
Él sin poder hablarle sólo la miró de reojo y al ver de quien se trataba volvió q acostarse sobre su escritorio y dormir.

Patrick (otro trabajador del tayer)
le explicó que ese no era el problema mayor, muchos clientes habían llegado a buscarlo para saber qué tenían sus coches y cuánto iban a gastar, el insultó a muchos y a las chicas se les insinuaba cínicamente.

-Muchos quieren poner una demanda y otros juraron no volver a venir, tu hermano nos está jodiendo - le explicaba Patrick...

Al oír todo esto la rubia, tomó del brazo a su hermano y lo obligó a levantarse.

- eres un imbécil Adam, ¿no ves la gravedad de la situación? ¡Eres alcohólico! - le gritó su hermana.

Tras decir estas palabras hubo un incómodo silencio en todo el taller y Patrick entendió que no debía meterse más en el asunto.

Adam se hechó a llorar y a hecharle la culpa a su ex novia pero, el verdadero culpable siempre había sido el y su debilidad por la bebida.

Un empleado alto y fortachón llamado Eddy se ofreció a llevar a Adam a su casa, ya lo había hecho antes pero Adam le ordenó que no lo hiciera. Esta vez, Ángela tomaría las riendas del asunto. Como pudo lo cargó hasta su auto que estaba estacionado atrás del taller mecánico y Ángela llamó a su padre para contarle lo sucedido, por suerte su padre tenía el día libre y se había quedado en casa, ahora debía tomar él el control de la conducta de su hijo.

Ángela se quedó en la oficina arreglando el tiradero que su hermano había dejado, les ordenó a todos que siguieran trabajando como un día normal - aquí nada pasó - fueron las palabras que utilizó para calmar la tensión, nadie había visto a su jefe tan mal como esa mañana... Era sólo el comienzo.

Toda la mañana transcurrió normal, autos entraban y salían, nadie estaba a cargo de la oficina, Ángela cobraba pero no permanecía allí, su fuerte era reparar no ser contadora.

Unas dos o tres horas después apareció su papá con una cara de preocupación.

- Papá, ¿que sucedió? ¿Y Adam? - preguntó la rubia preocupada.

- está bien hija, está bien, se quedó dormido luego de ducharse, lo dejé bajo llave, quería venir a ver como iba todo por aquí

- hacemos lo que podemos padre - la rubia no se sentía lista para tomar las riendas de un trabajo.

- si entiendo. Ángela, tienes que hacerte cargo de esto.

- no entiendo ¿de que hablas?- ella tenía una cara de confusión y él de preocupación y tristeza, oh, oh, no eran buenas nuevas las que se avecinaban.

-Adam necesita ayuda profesional, no puede seguir así, ya no puedo hacerme cargo de esto, su adicción se salio de control y... Bueno... Ya sabes.

A su padre le costaba trabajo entender te su hijo necesitaba de una ayuda profesional, era un alcohólico y lo iba a llevar a una  rehabilitación.

Los ojos de Ángela se entristecieron por un momento, pero luego pensó las cosas dos veces...

- es bueno darse cuenta papá, es el primer paso, todo sea por el bien de mi hermano.

Se despidieron de un abrazo enorme y ella se quedó sentada en shock por todo lo que había sucedido en un solo día

La habían arrollado, encontró a su hermano como escoria en la oficina, se lo llevarían a quien sabe dónde porque era obvio que tenia un problema, y ahora ella iba a tomar el cargo completo del negocio que a Adam le había costado tanto formar...
-¡Demonios!- fue lo único que pudo expresar con sus manos en la cabeza, cuando tocó su cabello recordó...

- ¡Mi Gorra!

El día apenas comenzaba...

No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora