No Soy Tu Cenicienta

Capítulo X

Ángela quedo despavorida al ver sus impulsos de agresividad marcados en la cara de un chico, jamás creyó que él quisiera volver a verla, mucho menos interesarse por seguirla.

No quiso levantar sospecha alguna de que lo lamentaba de alguna manera, así que frunció el entrecejo y gruño:

-Te acercas unos centímetros más y tu nariz no será lo único roto de tu cara.
Connor pudo percibir la firmeza de sus palabras, sin embargo se mantuvo quieto de pie, sin salir huyendo.

-Chica, tranquila, tienes que controlar tus problemas de ira. No vas a encontrar una nariz que quebrar todo el tiempo.
Ángela rió. (¡Vaya sorpresa, sabía reír!)

-Te lo merecías, además odio a los tipos de tu clase - respondió mientras se mecía como niña pequeña en el columpio.

-Connor poco a poco fue tomando un poco más de libertad al acercarse.

-Creo que es más que solo eso, algo te pasa- dijo mientras intentaba sentarse en el columpio de al lado.

-Eso no es de tu icumbencia, pero por lo visto, ni siquiera modales tienes, ¿puedes alejarte antes que te rompa el hocico? -Con una sonrisa fingida muy inocente y sus ojitos de perrito regañado.

-No, porqué tan siquiera merezco una explicación, mira, como me tienes, ¿que dirán en mi casa? Tendré que decir que me EH peleado con algún tipo, y adiós mesada. No van a tolerar saber que fui golpeado por una chica - su voz se opacaba por la pena que sentía, sí, una chica había roto su burbuja de orgullo.

-¿de buenas a primeras le andas contando tu vida a cualquiera? - preguntó la rubia.
-Bueno no, pero yo no soy cualquiera.
-exacto, tú eres tú-hizo una cara de mucho desagrado- ni siquiera se quien diablos eres, solo sé, que desde que tú y tu odioso hermano se cruzaron en mi camino, todo me sale mal.
-Calma. Por favor no me vuelvas a pegar.

Ángela rió y agachó la mirada.

-no mereces que mis manos toquen tu rostro de nuevo.

Connor se acercó.

-¿estás segura?

-Alejate de mi, o enserio vas a conocerme.

-Connor sonrió muy creído.

-¿qué?, ¿Crees que soy como todas esas chicas que seguro tienes en tu mano?.¿que no entiendes que tu dinero es quien las llama?

Connor expresó confusión.

-Perdona, pero si alguien quiere estar conmigo es porque le resulto atractivo, el dinero no tiene nada que ver.

-estás tan encerrado en tu cristal, el amor verdadero no llega fácilmente, cuando sepas lo que en verdad quieres, vas a conocer que es el amor. El genuino amor.

-¿y tú muy experta?

Ángela continuó callada después de lo anterior.

-oye, eso enserio se ve bastante mal. Quedate aquí.

Ángela se encaminó hacia una caseta muy cerca del parque, por agua fría o con suerte, un poco de hielo para desinflamar.

Connor veía como la chica caminaba de una forma muy varonil, le causaba gracia y algún tipo de encanto. Era algo totalmente extraño.

-¡HEY! -se escuchó a lo lejos, sólo Connor pudo escuchar sacándolo de sus fijos pensamientos y mirada hacia Ángela.

Era Elizabeth dentro de un Mercedes rojo muy brilloso.

-¿Que haces allí?

Connor deseaba que Ángela no se apareciera, sería la burla de su club, y perdería a esa hermosa chica que al parecer estaba interesada en él.
Decidió levantarse del columpio y caminar hacia el auto.

-¿Que hacen todos dentro? -Preguntó al ver a tres chicos y a Alis dentro del auto.

-les voy a dar un aventón- Respondió la hermosa pelinegra que conducía.

-Sube, hay que curar esa nariz, mira esa perra lo que te hizo.
De pronto recordó.

La rubia...

Volteó a ver hacia atrás y notó que ella ya lo estaba observando desde la caseta.

Optó por subir al auto. Si la veían todos iban a agredirla o podía pasar algo peor, su padre era un muy buen abogado.

Estando dentro preguntó:

-¿Y Scott?

-Hace mucho que se fue ha su casa, dijo que no quería estar fuera.- respondió la pelirroja. Connor entendía muy bien la huida de su hermano mayor.

Ángela pudo observar todo desde lejos.

Si,era como ella había sospechado desde el inicio, un idiota, un patán. Un Riquillo.