CAPITULO XXIII

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-No entiendo cómo puedes ser amiga de él  - al fin la voz del chico cortó la tensión entre ambos.

-¿Disculpa? -preguntó desconcertada.

-No nada, disculpa no es cosa de mi imcumbencia.

-¿Crees que eres el único chico que puede tener amigas? ¿el único a quien deban querer como amigo en el mundo? - el tono ya no era de desconcierto, era de furia

-No, yo no...

-sabes, ya deja las cosas así. Me tengo que ir.

-Ángela, es que no lo entiendes aun ¿verdad?

Giró sus ojos en dirección a el rostro de Connor y lo miró fijame

-¿Qué se supone que debo entender?

-Pasas tanto tiempo queriendo ser diferente a nosotros los "riquillos"
Que te pareces en muchos aspectos a nosotros.

-¿Disculpa? Yo no tengo nada que ver con ustedes. Nada.

-Claro que sí, eres juzgona, criticas a todos,te burlas y te crees superior -arqueó una ceja.

Ángela quiso debatir el tema y contradecirlo pero no encontró manera alguna de defenderse. ¿a caso era verdad lo que Connor había dicho?. Solo pudo fugarse cual cobarde.

-No tengo que darte explicaciones de nada. Me voy, haz lo que quieras en tanto no provoques un desastre en mi taller,ni en mi vida - dijo eso último entre dientes dándole su espalda y yéndose del lugar.

Ángela muy en su interior sabía que Connor no estaba del todo equivocado, es sólo que reconocer los errores no era tan facil como verlos en alguien más.



-¡Scott!, ¡Scott detente! -comanda Elizabeth

-Ahora no puedo hablar,debo ir a buscar al estúpido de tu novio -responde sin menguar la velocidad del paso.

Scott pasó el resto de la mañana tratando de recordar la dirección de el taller dónde trabajaba la andrajosa, preguntó a sus amigos si lo sabían pero nadie se tomaba la molestia de llevar sus autos o motocicletas a aquel lugar. De pronto encontró a la hija de la cocinera, Camila había estudiado en ese colegio mediante una becca. Lastimosamente por motivos que ella mismo quiso borrar de su mente decidió no seguir estudiando, sin embargo no dejaba de llegar a ver y ayudar a su madre en la cocina. Scott dudó un segundo en preguntarle en medio del pasillo delante de todos, Scott a pesar de no ser tan engreído como su hermano,no era de su gusto que lo vieran platicando con cualquier persona, había una reputación que mantener. Pero Connor estaba primero.

-voy contigo

-no cargo dos cascos

-no me importa

-Elizabeth,no me haré cargo de ti si te pasa algo,ya bastante tuve por hoy ¿no crees?.

-Connor también es parte de mí, por favor dejame ir contigo.

-Ya no le insistas - Alisson gritó desde el otro lado del estacionamiento.

Scott y Elizabeth voltearon en dirección de la voz.

-Alisson no tengo tiempo para tus estupideces - gritó el chico.

-Calmate Scott, Elizabeth irá conmigo. Solo nos guiarás

Elizabeth alegremente corrió hacia el auto de Alisson cuando ella gritó alarmada:

-Liza, no corras,no es bueno para ti.

Scott no convencido decidió acceder,cuando escuchó el grito de la pelirroja sus dudas crecieron más, ¿quien demonios era esa chica? ,¿qué le pasaba?.
Pero el pensamiento de su hermano era más dominante en su cabeza,no lo pensó más y comenzó a sacar la motocicleta del estacionamiento. Se pusieron en marcha.

-¿Bueno?

-Gracias a Dios Ángela,pensé que no ibas a responder.

-¿Adam? ¿qué sucede? ¿mi padre aún no llega, hace unas horas que se fue. Por lo menos faltan tres horas para que llegue.

-Ángela no lo entiendes - Adam lloraba cada vez más.

Ángela se comenzó a alarmar y le gritaba suplicando a su hermano que le dijera qué estaba pasando.

Era inutil, no podía dejar de quererla,no podía dejar de pensarla. ¿cómo sacarla de su memte?,¿cómo hacer que su corazón no latiera por ella?.
Le hacía falta el dije que le entregó, era el regalo más lindo que alguien le había dado ahora lo reprochó en su cara y el lastimado siempre fue él.

Maldecía el día en el que Connor se había atravesado en sus caminos, era él el culpable que Ángela no lo quisiera ¿verdad?.

No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora