Capítulo VIII

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Llegando al restaurante...

-Trevor, Antes de entrar, quiero hablar contigo.

Oh,oh, no eran buenas noticias, Ángela no estaba espetando una sonrisa ni nada por el estilo, es más, era una de esas pocas veces en las que tomaba el tema enserio.

- Te escucho, ¿Que sucede?- tan amable como siempre.

-iré directo al punto, por favor te pido que no me cuestiones, pero que si me comprendas, no es fácil para mí hacerlo, bueno, de hecho si es fácil pero contigo es diferente, porque tu me import...

-Ángela habla ya - la interrumpió.

-Solo somos amigos, y eso siempre será así, yo no quiero que malinterpretes nada entre nosotros, eres de mis pocos amigos, en realidad el único, aparte de Adam, y no quiero que sea de otra manera.

Trevor tras oír estas palabras, supo que era con total sinceriada con la que la rubia había hablado. Recostó su cabeza sobre el volante colocando sus manos a los lados del mismo, estaba pensando que iba a salir de su boca para rescatar su dignidad viril. Había sido rechazado por una chica por primera vez en su vida.

Trevor siempre había sido todo un galán en el barrio bajo tenía tatuajes en su espalda, hombro, costado, incluso en su cuello, cerca de su rostro. Era totalmente atractivo. Y lo que era mas atractivo era su personalidad, jamas había lastimado a una chica, su carácter era sencillo, como su madre lo había educado, su padre creía que su hijo era gay por la sensibilidad de su persona, pero luego solo entendieron que era muy educado, tenia plantas de un chico rudo, un rockero Punck combinado con metal o algo así, pero solo era su apariencia. Esto lo hacia para que los demás creyeran que no podrían meterse con él, si lo hacían, se llevaban una enorme sorpresa.

-no te preocupes, entiendo toda y cada una de las palabras que acabas de decir, estoy bien con eso, solo quiero que no me saques de tu vida Ángel.

Sonrieron y salieron del auto.












-No puede ser que siempre tengamos que llegar tarde a cualquier maldito lugar por tu culpa Connor.

-El que tu te pongas lo primero que encuentres no es mi problema, eso no significa que ya estés arreglado.

-Por Dios, solo baja.

Los hermanos se apresuraban para llegar al encuentro con sus amigos en el restaurante de inauguración, Scott tenia unos lindos Jeans color vino tinto, una camisa que enmarcaba su cuerpo bien trabajado coló blanca y unos Vans Originales color blanco.

En cambio para Connor la imagen era lo primordial, unos Jeans color negros una camisa de tela manga larga, pero doblada hasta los codos color azul pavo y unas mocasinas muy bien presentables color negras. Muy don Juan, pero sabía el representado de elegancia.

Partieron en la motocicleta de Scott, no había reparado el vidrio de su auto y su padre no le iba a prestar ni uno de los 10 que le pertenecían, Scott tenia muchas motocicletas pero aquella Ninja era su preferida.

Al llegar al restaurante...

-No es verdad. ¿Que hace esa Andrajosa por aquí?

-¿Quién?- Preguntó Scott tratando de encontrar con la mirada lo que su hermano fusilaba.- ¡Connor! Los restaurantes son de gente de todo tipo, mientras tenga para pagar. Admito que, me resultó muy atractiva cuando la conocí, era esa mi emoción de ir personalmente a su taller a darle el dinero, pero, es una chica muy común.

-¿A qué te refieres con eso? -Dejó de ver a la Rubia y desvío sus ojos a su hermano.

-Por favor, papá jamas aprobaría una chica como ella para mí, peor para ti niño de papi, es mejor hacer como si no la conocemos, no vaya a ser alguien nos vea y crean que nos llevamos con el barrio bajo.

Connor en silencio asintió, fuera linda o lo que sea, era de una clase social inferior, y en su familia, esa era una de las cosas principales que tienen que tener los chicos al fijarse en alguien.

Caminaron un poco más, y pudieron localizar a sus amigos.




-¿A que hora llega Adam?- Preguntó uno de los chicos sentados junto a Ángela.

-Papá me dijo que una hora después de llegar nosotros, no quería hacer notar nada, el truco es dar las menos pistas posibles.

-Bueno, oigan, este lugar está súper cool, jamás creí que probaría la comida china, no había ningún restaurante por aquí.

Hablaron y hablaron de muchas cosas, chistes, cuentos de terror, eran la mesa mas ruidosa y tuvieron que amenazarlos con sacarlos si no cerraban la boca.

-Voy al baño, si viene Adam, le dan la sorpresa no me esperen.

-¿Tan mala estás?, te hicieron daño los frijoles - Todos rieron tras el comentario de uno de los chicos.

-Ja ja muy gracioso.

Se levantó y fue directo al baño.




-Chicos, ¡por fin aparecen! - Comentó una pelirroja que ante los ojos de "alguien" no había sido muy bien vista.

-Emm, si, "jeje" hola -Saludó Scott, mientras su hermano se volteaba para no notar su cara tras una explosión de risa.

Cuando Connor volteó, pudo ver que la rubia ya no estaba en su lugar, algo surgió dentro de él, y quiso buscarla para... ¿Saludar? ¿Molestar? ¿Discriminar? ...

A dar el primer paso iba el chico cuando...

-Ey Connor. -una voz lo había salvado. Entró en razón y dijo en su consciente "¿que rayos iba a hacer"?

-¿Si?- volteó a ver a Alis, quien le había hablado anteriormente.

Te presento a Elizabeth. Mi Prima.

¡Madre mía, que mujer!.

No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora