capítulo III

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- ¡Scott! ¿Donde rayos te habías metido?, no pasaste por mi hoy -Resonaba una voz malhumorada en dirección al chico que recién atropelló a una desaliñada niña con menos modales que un perro.

- ¡Joder! Perdoname Alis, tuve un inconveniente de camino hacia aquí, me retrasé y olvidé que debía pasar por ti.
-Aún si no la hubiese arrollado, no habría pasado por ella.

- esta bien, ¿que te pasó?- preguntó preocupada

-arollé a una mina en la moto

- ¿Qué?, ¿está bien?, ¿cómo pasó?

Scott le comenzó a explicar a su No-novia lo que había sucedido, ocultando que después de clases la iba a buscar para pagarle la patineta y devolverle la gorra que traía aguardad en su mochila.

- Lo bueno es que no te pasó nada a ti - le consoló ella sobando el cabello de Scott como solía hacerlo cuando la seducción llamaba a la puerta

- Eh, si ¿vamos a clases?- rápidamente el esquivó mas " cariño " en el corredor del pasillo y comenzó a caminar dejando a la pelirroja con una cara de decepción.

El siempre había sido así de frío, con ella y con todas, engreído y vanidoso. Solo había alguien que le arrebataba el título del primer lugar:

- Por cierto - Dijo la pelirroja alcanzando su paso - Tu hermano te anda buscando, dice que te llevaste su computadora por accidente.

- Gracias Alis - se despidió desordenando su cabello cual cachorro obedecía a su amo y a paso veloz volvió a dejarla atrás.

Scott pasaba por todos los pasillos del salón buscando a su hermano. No lo encontraba. De seguro había faltado una vez mas a clases, siempre era lo mismo con él, si no fuera por el dinero que le daban al director de seguro ya hubiese reprobado varios años...

De pronto lo escuchó en un salón de clases, era una persona que le encantaba llamar la atención. Así que su voz sobresalía en todo el lugar.

-Te Eh estado buscando.

-¿que culpa tengo yo?

-deja de imbécil y ayudame

-¿te vas a morir?

-mmmm no.

-¿te llevarán a la cárcel?

- ¡NO!

- ENTONCES ¡NO!

-¡CONNOR! - le gritó, le había calentado la sangre

- Bueno, haber, ¿que gano yo?
Scott se frotó las llemas de los dedos insinuando que tendría una recompensa monetaria.

- ¡uy eso me gusta! - respondió su hermano menor frotando sus manos una con la otra. Se alejaron un poco de donde estaba toda esa gente y le preguntó -¿qué quieres?

-llevame a este lugar, por favor

-si necesitas una reparación te llevo dónde están los mejores talleres ¿que mierda vas a hacer allí? Es un cuchitril

- tú solo llevame, sé que conoces esos lugares.

Connor se hechó a reír recordando que era cierto, el conocía esos lugares, como todos los rincones de la ciudad.

-Hecho pero solo te dejo allí, no quiero que me vean en el barrio.

- tú me dejas allí y yo te pago después. -cerraron el trato con un buen apretón de manos.

Cuando Scott tuvo intención de salir del aula, abrió la puerta y vio a Alis buscándolo y rápidamente la cerró y se introdujo en la charla tan interesante que tenia su hermano.







Ya era hora de almorzar y Ángela estaba sin hambre, no quería ni que se le acercasen, trataba de pensar y procesar todo lo que le había ocurrido, le hechaba la culpa al chico de la moto : " si tan solo hubiera llegado a tiempo, no hubiera dejado que mi hermano hiciera todo eso, y la gente no estuviera enfadada a punto de demandarnos, maltidos riquillos y sus motocicletas " reprendía en su mente.

-Cariño, no puedes estar aquí todo el dia- Trevor hizo despertarla de sus pensamientos con aquellas palabras.

-Todo por ese estúpido riquillo. Lo bueno es que le sacaré una buena lana por haberme tirado. -Sonrió pícara.

-Per...

-¡Buenas tardes! - interrumpió una voz que Ángela ya había escuchado antes, asomaron la cabeza por la ventana de la oficina y vio al causante de su desgracia.

Uno de los trabajadores estaba justo en la puerta y le preguntó si se le ofrecía algo. Le dijo que solo andaba buscando a una chica con una patineta y Converses amarillos. Ella respondió desde la ventana.

-Solo atendemos clientes, reparamos algo o te largas.

-siempre tan educada - respondió Scott tras la " bienvenida" de la mina.

Ángela salió de la oficina junto con Trevor mientras Scott le daba una ojeada a todo el lugar con una mirada de inferioridad, era lógico, aquello no era nada comparado a donde a los riquillos les arreglaban sus carros.

-¿Que tanto ves? - preguntó Ángela, quien ya estaba parada justo delante de él, lo que hizo que el enfocara sus ojos verdes en ella.

-¿Se paga por observar?

Ella agachó la cabeza y esbozó una sonrisa mientras negaba con la cabeza

-El problema no es observar, si no como lo haces, te crees mejor que nosotros, así son todos los de tu tipo.

- no me creo cariño, soy.

Ángela sin pensarlo quiso bofrtearlo pero una mano la detuvo.

-Alto allí andrajosa

-¿Y tú quien diablos eres?, ¿porque me dices así patán?

Trevor se acercó a ver lo que sucedía, dos entidades masculinas estaban con Ángela quien parecía que a ambos les iba a dar una patada donde no pega el sol.

-Disculpen, no queremos problemas aquí, si sólo vienen a molestar, les voy a suplicar que se retiren del lugar.

-Tranquilo rata, nosotros ya nos vamos - Respondió Connor. - Scott ¿a esto querías venir?

- No, disculpa chiquilla, yo solo quería venir a pagarte tu patineta.

- no quiero tu estúpido dinero ¡largense de mi taller!

-Por favor tomalo, tal vez te sirva para arreglar este cuchi... Lugar*

- Piensalo Ángel - Le insistió Trevor jalandola del brazo.

-¿Angel? ¡Jajajaja! - se burló Connor - que Irónico

-¿cual es la risa imbecil? Respondió la Rubia.

- que de Ángel no tienes ni el vestido y me di cuenta que eras un tanto varonil pero no para tanto - siguió riendo.

-Scott se dio cuenta que traer a su hermano había sido una terrible decisión, incluso el mismo había sido todo un patán, se disculpó por haber armado tal escándalo y salió de allí con su hermano

Connor por otro lado lo había visto divertido y quería volver, para seguir sintiéndose superior a todos los que estaban en ese lugar.

Ángela quiso haberlos pateado a los dos pero lo que menos le faltaba era otro problema en el taller de su hermano, se limitó y se encerró en la oficina contable.

Al llegar al coche de Connor, scott recordó que tenían que regresar a clases, además allá había dejado su motocicleta, sacó de su mochila el horario para verificar que clase correspondía después del almuerzo y vio de reojo la gorra de la mina.

Excusa perfecta para regresar.

No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora