capitulo XXIV

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luego de cortar el teléfono, Ángela se quedo muda mirando la nada, se sentía impotente, sus manos sudaban y su piel blanca se empalideció tan repentinamente como al ver un fantasma.

Ángela era una chica muy feminista, y se dio cuenta por primera vez de la impotencia de un ser humano ante tal situación, sus ojos pedían a gritos el permiso para dejar caer unas cuantas lagrimas, su familia era lo único que tenia, ya había perdido gran parte de ella una vez, no podía creer que esto pudiera volver a pasar.

el padre de Ángela había llegado a la ciudad donde su hijo estaba internado, tomo un taxi a la clínica pero en el transcurso a ella el taxi choco fuertemente tratando de evitar a un auto en descontrol. o eso fue lo que declaro el taxista declaro. Adam lo vio en las noticias matutinas y al ver a su padre ser trasladado en una camilla al hospital enloqueció, pidió que lo dejaran salir pero esta vez no le creyeron. Adam hacia unas semanas había fingido que su padre había muerto para que lo dejaran salir, era desesperante para el estar ahí y decidió fingir. lo habían dejado salir pero su plan no funciono ya que su padre le envió correspondencia unos días después, era una clínica muy avanzada y por lo tanto era muy costosa, en la casa de Ángela hicieron  muchas reducciones económicas para que Adam pudiera quedarse, contrataban personal para día y noche, así que luego de ver el engaño del joven decidieron buscarlo hasta encontrarlo, aunque Adam era mayor de edad el les había comentado muchas veces que su padre era quien mandaba en su hogar y que seguía bajo las ordenes de el, así que por ese motivo decidieron llamarlo en cuanto supieron la verdad.

Adam lloraba porque sentía que todo esto era su culpa, que jamás se perdonaría así mismo y no tuvo mas remedio que llamar a su pequeña hermanita para que ella estuviera al tanto y pensara en que poder hacer mientras la vida de su padre estaba en cuestión con el destino.

A Ángela lo único que se le ocurría era llamar a Trevor, era una cuestión lejos de lo personal y esperaba que el fuera mejor amigo de lo que ella había sido, estaba su orgullo doblegándose por una causa que se le salía de las manos. de pronto recordó el auto de su padre, era una camioneta un poco antigua pero le serviría para llegar a donde estaba aunque manejara toda la noche, porque no tenia el dinero suficiente para un vuelo de avión, su padre guardaba todo el dinero en una caja fuerte y ella no sabia la clave para sacarlo, todo estaba en su contra. Recordó que las llaves estaban junto con unas cuantas cosas mas en la oficina de Adam en el taller mecánico, así que rápidamente se fue en su patineta para el taller y luego a buscar a Trevor paraqué la acompañase. bueno, si el decidía perdonarla.












Scott llego al taller y estaba cerrado, las dos chicas llegaron detrás de el chico y extrañadas por el lugar decidieron preguntar

-¿ se supone que tu hermano esta aquí?

Scott se limito a mirarlas y de pronto comenzó a golpear la puerta del taller muy fuertemente y le rogaba a Connor que saliera de ahí.

Ángela vio como Scott golpeaba y golpeaba sin ninguna respuesta, no sabia porque ella se había metido en todo este embrollo con los hermanos millonarios, ni porque uno se escondía en un auto en reparación pero era lo que ahora menos tenia importancia.

-¿podrías no mostrarte como un animal sin modales por favor? Ángela estaba irritada y no tenia tiempo para juegos.

-escúchame bien niña andrajosa, tu sabes que mi familia tiene el completo poder para hundir a la tuya en un parpadear, no seas ingenua y saca a mi hermano de donde lo tengas escondido.

-Ángela trato de escuchar un momento las palabras de el chico enfurecido, miro a las chicas que la fulminaban con la mirada, pensó en lo cliché que eso sonaba y se rio, era una cualidad muy subnormal en ella, se reía de cosas que en ese momento no tenían sentido.

Connor escuchaba toda la discusión del otro lado de la puerta, sabia que injustamente Ángela estaba siendo acusada y amenazada, pensó en darle una buena compensación cuando todo esto acabara.

-escucha niñito de papi, tengo problemas que sobre pasan tus berrinches, debo entrar de emergencia a mi taller, pero si llegas a entrar a mi propiedad privada te juro que llamo a la policía,

-es un negocio publico estúpida- recalco Elizabeth.

-es prohibido si no esta en funcionamiento estúpida- respondió la chica burlándose del tono de voz de Lisa.

Ángela rezo porque Connor no estuviera al descubierto al abrir la puerta, pero no había mas tiempo que perder. abrió lentamente para que al chico le diera tiempo de esconderse, y cuando abrió la puerta sus ojos se abrieron de par en par.

Adam sentía que la impotencia era demasiado grande para el, en su vida siempre habían fracasos y lo solucionaba con un poco de alcohol pero no sabia como poder desahogarse ante la fatalidad, no podía pensar en que podría hacer su hermanita pequeña y que todo esto era su culpa.

en el tiempo que llevaba encerrado había hecho un par de amigos, unos mejores que otros, pero uno en especial quien lo ayudaba en todo momento de crisis, Stefano.

Stefano, un chico de 25 años quien llevaba un año en rehabilitación, un chico que por culpa del alcohol no pudo terminar la universidad y estaba en un grado a punto de contraer cirrosis.

Adam no sentía la confianza con nadie más porque su ex novia lo había llevado al punto de la dependencia, aislado de cualquier contacto y solo le quedaban sus amigos del taller y su familia. Pero ahora la mitad de si familia estaba en problemas por sus malas decisiones.








Estamos llegando a la mitad de nuestra historia, si les gusta les suplico que me regalen un voto en los capitulos que leen por favor me ayudaría mucho.

Nos leemos luego💖




















No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora