Capitulo IV

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No había sido el mejor día de todos, pero por lo menos ya era hora de descansar. El taller se cerraba a las 6:00, no más trabajos después de esa hora, (órdenes de Adam, porque habían muchos trabajadores que vivían lejos y él no quería que perdieran el transporte)
Si, todos allí son personas de escasos recursos, personas honradas por las que Adam había puesto la cara en más de una ocasión. Por eso a ellos les dolía tanto como a su familia, verlo en ese estado tan crítico y decepcionante.

-Bueno chicos, es hora de cerrar, vamos a ordenar todo y nos vamos - les avisó Ángela al salir de la oficina en donde se había metido todo el día después de el incidente con los riquillos.

Ángela no era una chica débil, tampoco dejaría que alguien la intimidara, menos personas que se creían mucho mas que ella por tener algo tan corriente como el dinero, a Ángela no le faltaba pero tampoco tenía para tirar al suelo, y de ser así, no sería como esos anormales que solo buscan el interés propio. Pero no era eso lo que la había hecho encerrase, era la situación con su hermano, temía que se lo llevaran lejos de ella, era su amigo, su protector, tenían una relación muy bien construida y le dolía en el alma pensar que eso podía acabar. Tuvo la tarde para pensar las cosas y llegar a la conclusión que no importaba donde lo llevaran con tal de verlo recuperado y feliz.

-¿te acompaño a tu casa? - Preguntó Trevor.

-No gracias, conozco bien el camino - ella no era de muchos modales ( por si no se dieron cuenta).

- Vamos Ángela, no seas así conmigo, solo intento ser tu amigo, además no quiero que te topes sola con ese par de imbéciles.

Ángela lo pensó unos segundos, no estaba siendo justa con su compañero, él siempre estaba al pendiente de ella y mostraba mucho interés por su bienestar.

- esta bien, pero no uso transporte, me voy caminando, en realidad, me voy mi skate.

- bueno, yo me vengo en bicicleta, aún no puedo ahorrar para comprar mi moto- el le confesó un tanto triste.

Ángela sintió tensión en ese momento y decidió cortarla:

-las bicicletas ayudan al planeta. Prefiero que me ayudes a respirar, y no me Contamines con combustible y humo. -rieron- vamos.

Cerraron bien y se despidieron todos, acordando llegar puntuales al siguiente día a trabajar.

Ángela tomó su patineta y la colocó en el suelo, mientras Trevor se subía a la bicicleta, empezaron a avanzar lento pero sin ninguna conversación, ella no era de muchas palabras, no tenía temas de conversación, era muy rara.

-Y...-¡Por fin! Trevor se dispuso a hablar- ¿piensas seguir estudiando?

A Ángela le extraño la pregunta y optó por no responder, le apenaba mucho decir que hace ya tiempo había dejado de estudiar.

-Pues...-decidió responder al paso de unos 5 minutos - La verdad no.

-Oh, yo quiero seguir cursos los fines de semana

-A bueno... Pues yo quisiera pero... A la vez no, mi hermano me necesita, mi padre también, no podemos dejarle el sostén de la casa a él solo.

-si hablas con tu padre de seguro te ayuda a buscar una solución.

-Ángela asintió a lo que su compañero le propuso, pero no muy convencida, la verdad, ella no tenia planes de seguir estudiando.

Volvió el silencio...

10 minutos después:

-Ángela...

Ella lo volteó a ver en señal de que había captado su atención y estaba dispuesta a escuchar.

-La verdad... Hay algo que quiero decirte- Trevor sonrió apenado- hace mucho tiempo que...

-Miren a quien tenemos aquí...-Fue interrumpido- A la Andrajosa y su escoria.

Desde un convertible negro con la lona puesta las palabras salieron tras una risa burlona... El vidrio estaba abajo y pudieron ver de quien se trataba...

-¿volviste por la patada que te mereces?. -Preguntó Ángela.

-Tranquila andrajosa, sólo pasaba por aquí... No es mi culpa que las alimañas se encuentren en todos lados- se río burlón.

-Tranquilo niñito de papi - Respondió Trevor bajándose de la bicicleta- no andamos buscando problemas contigo, no quieres meterte con nosotros, vuelve a donde perteneces, tu mundo de insectos refinados... Como tú...

Connor tras oír aquellas palabras, se hechó una carcajada y se puso sus lentes de sol, seguido le sacó el dedo de en medio a Trevor y subió el vidrio de su autor...

Ángela tenia tanto coraje que no pensó ni un segundo lo que haría... Tomó su patineta con las manos, se acercó al carro y la estrelló en el parabrisas...

Los cristales empezaron a esparcirse tras el ruido estruendoso que el acto provocó...

-¡Estúpida! - le reprendió el rubio del auto, bajando rápidamente para ver lo que había hecho la mina...

-¡Vámonos, Vámonos, Vamonoooos! Dijo Trevor, subiéndose a su bicicleta, Ángela rápidamente tomó su patineta y se hecharon a rodar ruedas rápidamente para que el rubio les perdiera el rastro.

Estando lejos de lo ocurrido, Ángela volteó a ver hacia atrás para verificar que Connor no los hubiera seguido, pero al andar en un skate, la mirada tiene que ir al frente ¡lo aprendió en ese momento!, se desvío del camino y se introdujo en el camino de Trevor, lo cual hizo que el perdiera el control y ambos cayeran al suelo.

Ambos se reían y se disculpaban uno con el otro, al ver que estaban ilesos, Trevor se armó de valor y quiso acercarse lentamente a ella. Tomó su mentón y la jaló mas hacía su boca, cerrando los ojos lentamente... Ángela no tenia ni un motivo para detenerlo, ¿quería ser besada por Trevor?
Ella se introdujo en el acto con él y se acercó lentamente hacia el, cerrando poco a poco los ojos, el corazón le latía fuerte, no sabía que le pasaba, bueno si sabia... Era su primer beso ¡SU PRIMER BESO!...

- Hija, ¡llegaste!

Ambos despertaron del trance y rápidamente se pararon, sacudiéndose y haciendo como si nada pasaba, habían llegado justo a la puerta de la casa de Ángela.

Que oportuno papá....

-Hola papá, ya voy ¿si? Dame un minuto...

-esta bien, gracias hijo por traerla con bien a casa, le insisto en que tome el transporte pero es tan terca.

Trevor sonrió cabizbajo y le respondió que no tenía problema en hacerlo cuantas veces ella lo permitiera.

Su padre se alejó de la puerta con una sonrisa en el rostro...

-gracias Trevor -ella gesticuló estas palabras y le extendió la mano...

Él un tanto decepcionado de la frialdad de la mina, solo devolvió el saludo, tomó su bicicleta y salió de allí... Lo había hecho sentir muy mal...

Ella sintió que fue una grosera pero... Quizá ese primer beso no era para Trevor

No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora