Capitulo XVII

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Allí estaba, frente a sus ojos. Ese rostro cual más de una vez le había quitado el sueño, más de una vez había invadido su mente.

*Revisando su perfil*

Muchas fotos de él -¡vaya!, se ama mucho a sí mismo- pensaba.

Fotos con sus amigos

Una foto con... La chica que había visto en el parque junto a él, al parecer era algo enserio.

Al ver esto, decidió dejar de husmear y eliminó la solicitud de amistad de "Connor Z."










-No te va a aceptar.

-Si lo hará, tu cállate.

-Viejo, ya es hora que renuncies. Esto no te traerá nada bueno. ¿Y Elizabeth?

-Scott, ¿Jamás te has enamorado?

Scott abrió en par sus ojos, no podía creer lo que había salido de los labios de su hermano. Mencionó la palabra AMOR.

-¿QUE ACABAS DE DECIR?

-Olvidalo. No entiendes nada.

-Connor Zacarías enamorado de una andrajosa... ¡JAJAJA!

-vete de mi cuarto ya.

Scott hizo caso pero sin antes burlarse una y mil veces más de lo sucedido.

Connor pensó y pensó. ¿Enamorado? Eso era demasiado pronto. Pero no tenia otra manera de llamar a aquello que le ocurría, es que, era tan diferente la sensación que tenía al verla. Al ver esos ojos tan cautivadores, dicen que son la ventana del alma. Pero ella había escrito una contraseña para que no pudieran ver más allá. Quería descifrarla.








-¿Adam?

-Chaparra, ¿dónde está papá?

-En la cocina, ¿está todo bien?

-comunicame con el pronto por favor.

Ángela llevó el celular hasta donde estaba su padre, preparando una cena gourmet deliciosamente simple.
-es Adam papá, quiere hablar urgente contigo.

Su padre tomó el celular.

-Adam, ¿me tengo que decepcionar?,

Hablaron durante un rato, su padre solo respondía si y no, pero en ocasiones lo regañaba. Algo no andaba bien.

Al cabo de unos diez minutos cortaron el celular, Ángela seguía como espectador esperando que su padre le dijera algo. Pero su padre se limitó a decir palabra alguna, sólo continuó la cena como si nada hubiese pasado.

-¿y bien? - preguntó, no pudo esperar más. La intriga la consumía y la preocupación por su hermano y lo que estuviera pasando con él.

Su padre dejó los utensilios de comida q un lado y le prestó atención a su hija menor.

-Tu hermano tuvo una recaída y al parecer ocurrió algo muy grave, no estoy seguro que pasó pero tengo que ir al hospital a ver qué sucede. Creo que me tardaré unos dos o tres días, todo depende de cuán grave sea lo que haya hecho - le comentó.

-¿cuando te irás?
-Mañana querida. Agradecería que no fueras a trabajar estos días, sales tarde de allí y no quiero que vean que estas sola. Esta colonia no deja de ser peligrosa aunque seamos conocidos.

-Si papá. - lo abrazó - ¿puedo salir un rato?

-claro, la cena aún no está. Ve y cuando vengas de regreso compra pan de manteca.

Ángela salió de su casa con nada más que su chaqueta y su teléfono celular. Ese aparato que no usaba con frecuencia, no tenía la mayor actualización respecto a la tecnología porque no lo creía totalmente necesario, sin embargo, nunca estaba de más llevarlo por una u otra razón.

Salió sin su patineta esta vez, iba caminando por la calle, ya entraba la noche y las luces de la ciudad iluminaban las calles, el invierno se aproximaba, y quizás lluvia. Así que por unos segundos pensó en regresarse a si casa, pero prefirió salir.

Llegó al parque de juegos en el cual ya había estado antes, se sentó en una silla mesedora y con sus pies empujó hasta tener un avance deseado, sintió como se elevaba en el viento de atrás hacia adelante, como su cabello jugaba con el viento, era niña otra vez. Sintió como unas manos sostuvieron la silla por atrás y volteó.

-¿Patrick?

-Pequeña Ángel, siempre tan sola.

-No me llames así. ¿Qué haces aquí?

-Mi padre es chofer de el dueño de una importante editorial en la ciudad. ¿Recuerdas?

-si, claro - respondió.

-pues, el jefe me pidió que trajera a su hijo a comprar unas cosas. Así que aquí estoy.

- ¿y dónde está?

-allí viene, de hecho él me pidió venir al Marketing de allí. - señaló una cuadra atrás de donde estaban sentados.

-es raro que alguien de "su clase" quiera venir a comprar aquí no ¿no?

- él desde hace un tiempo, es diferente sabes. Por cierto, tu lo conoces muy bien ahora que recuerdo.

-¿yo?

-si, ¿recuerdas la despedida de Adam en el restaurante?

Antes que Ángela respondiera, alguien se paró frente a los dos.

-Joven Connor ¿listo para irnos?

Connor no respondió y solo podía ver los ojos de Ángela, esos ojos que lo tenían cautivado.

-¿Jover Connor? - preguntó el chico.

-¿Cual es la prisa? - respondió sin dirigirle la mirada.

-Ángela quiso pararse y darle unos buenos golpes pero simplemente no pudo, solo se quedó allí mirándose uno con el otro como si se hubiera encontrado las piezas correctas de un rompe cabezas.

-Estaré en el auto. - dijo Patrick al notar que estaba de más en ese conjunto de personas, caminó y se fue al convertible que estaba estacionado frente al parque.

-¿tampoco te dejan manejar solo niño de papi? - preguntó Ángela sarcásticamente.

-la verdad, es tu culpa que tenga chofer.

-¿mi culpa?

-ya no me confían ningún auto, Scott se hartó de llevarme a todos lados, ahora tendré chofer hasta que pueda reparar el auto.

-Nadas en dinero. Deberías arreglarlo en un chasquido de dedos - burló

-no es así, no lo entiendes

-así es, ustedes se dan mucha importancia

-mi padre congeló mis cuentas, solo subsisto con el efectivo que tengo. Tendré que buscar trabajo, pero no en la empresa de mi padre, no quiero nada que tenga que ver con libros.

Ángela se intrigó por eso, pero no quiso preguntar.

-da igual, me tengo que ir - respondió la chica en un tono frío.

-dejame acompañarte.

-no voy a dejar que Patrick me lleve como una orden a mi casa.

-¿lo conoces?

-trabaja en mi... Bueno, en el taller de mi hermano.

-entiendo, bueno, dejame acompañarte entonces.

-¿y el auto?

-le diré al chico que se lo lleve, que me recoja en tu casa, supongo que conoce dónde vives.

-¿porqué haces esto niño rico?

-Porque quiero cambiar tu opinión respecto a mí

-¿porqué? -la intriga de la chica cada vez era mayor.

- Porque tu... Agh, no sé como decirlo.

Ángela abrió sus ojos y se acercó a él.

-¿y bien?... -Preguntó

Connor se armó de valor, y por fin tenia la oportunidad de decirle la verdad... Esta era su oportunidad.

-que más da -dijo- Ángela... Tú...

No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora