CAPÍTULO XXII

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Guardó rápidamente la pastilla en el bolsillo de su pantalón y salió lo más pronto posible del lugar. Algo andaba mal.

El celular de Connor marcaba diecisiete llamadas perdidas de su madre, once de su padre, diecinueve de Scott y unas cincuenta de su novia Elizabeth, incluso Alisson trató de contactarlo. Todo fue en vano, el rubio no quería que lo encontrasen.
Apagó su celular pensando que podrían rastrearlo con el GPS y lo guardó entre todas sus cosas, algo le decía que no tendría necesidad de él.

Ángela esperaba afuera del Taller junto a su compañero de trabajo Patrick, casualmente Trevor andaba por la zona y decidió allegarse a ellos al verlos parados como dos guardias fuera del lugar.

-¿qué hacen aquí?, ¿no iban a cerrar el taller hasta que tu padre regresara? - preguntó confundido y un tanto curioso.

Ángela sin tapujos le explicó un poco sobre lo sucedido y le pidió en forma de orden que no dijera ni una palabra a nadie, ni a su quería Novia Camila.
Al escuchar eso, Trevor sintió un recelo de parte de la chica, como si no fuera de su agrado su confianza y cariño con la joven Camila.

-Hablas como si te diera celos o algo por el estilo - la retó a verlo a los ojos.

-Yo no tengo celos de ella Trevor - sonrió burlona.

-Veme a los ojos y dime que no tienes ni un poco de celos - la retó aún con más seguridad en su tono de voz.

Casualmente Connor en ese momento salía del garaje y escuchó la conversación, veía con ojos de ira al retador, como si de un enemigo de hace tiempo se trataba. Difícil situación, Patrick veía el panorama como una telenovela dramática, de esas que su hermana veía seguido.

-¿Tú?, ¿qué se supone que haces aquí? - preguntó Trevor dirigiéndose al rubio.

-Disculpa, ¿desde cuándo debo dar explicaciones a tus empleados? - respondió en dirección a la chica.

-¿tus empleados? - Trevor la atacó.

-Yo jamás dije eso- se defendió, pero fue en vano.

-¿Así nos consideras Ángela? - reclamó Trevor.

-Espera, espera, dejemos los malos entendidos. Ángela nunca nos ha tratado como sus empleados - intervino Patrick, no era partícipe de las injusticias.

Trevor decidió marcharse sin decir ni una sola palabra más, pero antes de eso, colocó el regalo que Ángela le había dado hace un tiempo atrás, en las manos de la chica. Ella vio el acto con tristeza pero entendió que no podía hacer nada más, la ira de Trevor era demasiada y hablar sólo lo empeoraría.

Connor sonrió triufante, después de todo. Su actitud de ganador no se había esfumado, todo tenia que ser siempre a su manera. Y Trevor le dio la victoria con una retirada del ring, ¿el premio? Ángela.

-Bueno, es momento que me vaya - dijo Patrick luego de unos minutos de silencio incómodo.

-Gracias por todo amigo, - Connor extendió su mano al chico- eres un buen sujeto, no sé que habría hecho sin ti.
-No te preocupes, solo te pido un favor - respondió continuando- si esto acaba mal, no me involucren, mi padre ya tiene bastantes problemas como para enterarse de esto y perder su trabajo - concluyó.

Se despidió de ambos, dejándolos completamente solos. Una vez más, el agua y el aceite en el encuentro.





Scott encontró a las chicas cerca del comedor del establecimiento, tuvo una pulsación de querer confrontarlas pero prefirió sacar la verdad de a pocos. No iban a confesarlo todo de un segundo para otro. Pero si era tan importante ingerir el  medicamento, era importante lo que su cuñada padecía, o esa era la conclusión que él tenía.

-Chicas, las he estado buscando por doquier. Quisiera disculparme con ambas -las abrazó sinceramente. Sus disculpas si eran genuinas.

- No te preocupes - respondió Alisson Cortante - por cierto, terminamos.

-¿Quienes? - preguntó Scott.

-Tu y yo - respondió.

-¿Terminamos qué? - preguntó nuevamente.

-Lo nuestro- le explicó desganada.

-Alisson, entre nosotros no hay un lo nuestro - explicó - sólo la pasamos bien, pero jamás te pedí que fueses mi novia.

-como sea, terminamos - concluyó y se fue, dejando a su prima y su "ex novio" por el pasillo sin una mínima idea de lo que acababa de pasar.

-¿qué acaba de pasar? - preguntó en dirección a Elizabeth.

-no tengo idea, creo se lo toma muy en serio eso de que era tu novia, pero ignoremos eso, ¿has sabido algo de tu hermano?.

-la verdad no - sus pensamientos volvieron a oscurecer.

- ¿que dicen tus padres sobre eso?

-creen que es un capricho pero yo creo que es más que eso, congelaron. Nuestras cuentas y como él no trabaja piensan que pronto volverá como hijo prodigo a casa de papá. Lo buscaron en todas las casas a nombre de la familia y no hay rastros de él, mi madre me mantiene al tanto de lo que pueda pasar en lo que estoy aquí, tengo examen y no podía perderlo, pero toda mi atención está en el celular por cualquier novedad.

- ¿no tienes una mínima idea de quien pueda saber? - preguntó desesperada -incluso apagó su celular y así es más difícil dar con el, tengo miedo de que le haya pasado algo.

-Scott vio hacia el patio de la universidad y vio a un chico haciendo acrobacias con su patineta, y como golpe de agua fría su cabeza reaccionó.

-La Skate. - pensó en voz alta.

-¿quién?

-olvidalo, yo voy a buscarlo, creo tener una idea de dónde pueda estar.

- te acompaño.

-no, quedate con tu prima, no quiero más dramas, en serio no la entiendo. Creo que ella debería tomar el medicamento. - rió.

-¿medicamento? - preguntó con un gran asombro en sus ojos.

A Scott se le borró la sonrisa.

Lo hechó a perder.

No Soy Tu CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora