Capítulo XXX

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Esa incomodidad que sientes en la garganta y el pecho al presenciar una escena que nunca imaginaste pero que te dolió como una punzada.

No sabía que hacer ni qué ver, su vista se nubló y su boca enmudeció pero el ruido que hizo al soltar la perilla de la puerta lo delató.

Ángela se sorprendió al verlo y de golpe se alejó del chico con quien estaba a punto de besarse. El ambiente se tornó incómodo para los tres, un silenció inundó la habitación por un segundo pero Scott como chico maduró decidió romper el hielo.

-Supongo que ya te enteraste - soltó en dirección a su hermano.

-Si- respondió seco.

-¿Enterarse de qué? - dijo la chica y ambos la miraron.

-Ángela- Connor se acercó- esto ya no es una cena familiar, mi padre lo convirtió en un evento muy grande y no tenemos idea de por qué pero Alis y Elizabeth lo sabían y ellas están organizando todo.

En las novelas cliché que Ángela solía leer a escondidas siempre resaltaba la expreción "sus ojos se pusieron como platos" y ella nunca la entendió hasta ese momento, sus ojos se agrandaron en modo de sorpresa, aflicción y miedo al mismo tiempo. ¿Qué demonios era todo esto y en qué se había metido?.

-Tu padre es un hijo de pu....

-Ángela, eso no va a arreglar nada ahora, ese no es el mayor problema - se aprontó a decir el hermano mayor.

-¿cuál es entonces?.

-No solo es una fiesta, es una fiesta en el cielo.

-¡Oh por Dios! VAN A MATARME - gritó y corrió a esconderse al armario.

-¡Por favor!, quiere decir que todos debemos ir vestidos de blanco total- dijo Connor- mandé a una empleada a comprar algo para que uses y no seas em blanco de todas las miradas con la ropa colorida que elegimos para ti, pero a esta hora ya no creo que alguna tienda esté abierta o venga a tiempo.

-¿qué vamos a hacer?- traté de comprarle el vuelo con mi dinero pero la cuenta está congelada, es obvio que mi padre quiere que ella esté en la velada- expresó Scott.

-¡Mierda, Mierda, Mierda! - repetía Connor dando vueltas en la habitación.

-Creo que esto solo es una señal, no tengo que estar aquí, no debo salir, no debo mezclarme con gente tan diferente a mi, tengo que regresar y abrir el taller hasta que me duelan las manos y comprar ese maldito vuelo para ir a ver a mi familia - la rubia cayó en la cama y se hechó a llorar.

-Ven conmigo - Connor le tomó el brazo, limpió sus lágrimas y la abrazó.

Scott sentía arder por dentro mientras presenciaba el acto, pero su madurez era más fuerte y le dijo:

-Ángela, ve con mi hermano, él sabe lo que hace.

La rubia tomó la mano del chico y ambos salieron de la habitación dejando al mayor sentado en la cama pensando en cosas que jamás diría.

Rodearon los largos Pasillos y la chica sólo podía apreciar la belleza de la decoración y los lujos que esta familia se daba.
El chico no dijo ni una palabra pero no soltó su mano y seguían caminando, ella se empezó a sentir inferior al ver cómo andaba vestida y se sintió más fuera de lugar de lo que ya se sentía antes.

Subieron unas escaleras que parecían interminables y ella comenzó a intrigarse decidió preguntar:

-¿ a dónde me llevas?

El volteó a ver y se encontró con los ojos que lo flechaban cada vez que los miraba.
Se limito a hablar y le respondió con una sonrisa la cual la dejó más intrigada de lo que ya estaba.

Pararon delante de una puerta que llevaba a una habitación, él hizo tres toques en la puerta y preguntó:

-¿Puedo pasar?

Una voz femenina amablemente le dijo: pasa hijo.

Abrió la puerta y se adentraron en la habitación se encontraba una mujer que si bien era una adulta ver a una mujer muy hermosa y mucho más joven que el padre de los chicos.

Ella sonrío al ver a su hijo y lo abrazó

- Sabía que regresarías a casa mi querido bebé - Ángela no pudo resistir una risita burlona y el chico enrojeció.

- Perdón por irme así madre pero a veces mi padre me pone de muy mal humor y siento que no voy a poder soportar estar aquí un día más, de hecho regrese porque mi padre iba hacerle un favor a mi amiga a cambio de que ella estuviera presente en la fiesta.

La madre de Connor sonrío al ver a la chica y la saludó con un tierno y cálido beso en la mejilla.

- Mucho gusto querida, Muchas gracias por darle abrigo a mi hijo aún cuando él estuvo muy mal contigo.

- ¿Cómo sabes todo eso? - preguntó el chico

Ella sólo sonrió...

-Madre ahora lo que importa es que necesito que le compres un vuelo de avión a mi amiga para que pueda ir a ver a su familia sin tener que pasar por una humillación.

-Tu padre quiere que ella esté en este evento y debe ser por algo muy bueno- Será mejor que vayas a cambiarte querida, sino no estarás lista para la fiesta.

Los chicos se vieron y el rostro de Ángela entristeció.

- Este es otro problema, nadie nos avisó que esto era una fiesta en el cielo y le compramos Ángela ropa muy inadecuada para este evento.

- Creo que en eso sí los puedo ayudar, Necesito que me dejes a solas con ella para que pueda hablar y arreglar el problema.

El muy decidido tomó el brazo de la chica y la convenció de que todo estaría bien en manos de su mamá.

El chico se despidió de su mamá con un enorme abrazo y Ángela sólo pudo sentir una gran melancolía al ver la escena que ella jamás podría tener de nuevo con su propia madre.

Tras cerrar la puerta el chico, la mamá sonrió y le dijo:

- Esta noche Yo seré tu hada madrina.




Sé que quieren asesinar mí por traerles un capítulo cada año :( pero agradezco a la cuarentena qué me recordó que tengo novela sin terminar :') si te gusta este capítulo por favor házmelo saber en los comentarios.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2022 ⏰

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