--¿Qué quieres decir con "encerrada", exactamente?
--¿Esto no es una de tus bromas, verdad? ¿Quieres hacernos entrar ilegalmente a tu casa...?
--¡Cállense!--gritó Jughead, asustandolos lo suficiente como para que los demás cerraran la boca al instante. Cheryl le agradece mentalmente al rarito, habian hecho tantas preguntas al mismo tiempo que había comenzado a dolerle la cabeza--. Ahora--añade con tranquilidad. Sus ojos la miran fijamente y Cheryl suspira, sabiendo que es lo correcto--, explica todo, desde el comienzo.
(...)
--¿Qué demonios, Cheryl?--Audra espetó.
Cheryl entró a su habitación como un tornado, abriendo la puerta con tal fuerza que esta se golpeó contra la pared. El eco del golpe se extendió por el pasillo vacío de la mansión, pero Cheryl ni siquiera se fijó en ello, pues comenzó a recorrer el cuarto de manera frenética, mientras que Audra, sorprendida, se dejaba caer sobre la cama.
Estaba claro que su hermana había estado llorando; rastros de lágrimas recorren sus mejillas y sus ojos, mayormente secos y perfectamente delineados, brillan de un extraño color rojizo bajo la luz de la lampara. Tiene el cabello hecho un desastre y la respiración agitada, como si hubiera estado corriendo.
Audra se pone de pie con rapidez y la toma por los brazos, deteniendola en el acto, al ver que había comenzado a revolver su cajón de ropa interior, sosteniendo un bolso en su mano izquierda.
Parece una maldita loca, Audra no puede evitar pensar, y lo único que espera es que le dé una explicación coherente para todo este revuelo que está armando. Tiene suerte de que sus padres se hayan ido hace una hora.
--Tenemos que correr--Cherym susurra, desesperada. Zarandea para soltarse del agarre de Audra, pero la chica se apresura a retenerla con mas fuerza, si es que eso es posible.
--¿A dónde, Cheryl?--pregunta con tranquilidad, mientras que, por dentro, el corazón le late con miedo--. ¿Qué ha pasado?
--Te irás de aqui--Cheryl contesta.
Esta vez, la sorpresa de Audra es tan grande que suelta sus manos, retrocediendo. Cheryl no pierde tiempo y, en menos de un segundo, se encuentra tomando ropa al azar y guardandola con rudeza en el bolso.
--¿Qué?--Audra tartamudea, impresionada y aterrada al mismo tiempo--. ¿Te has vuelto loca?
--Al contrario--Cheryl responde, cerrando el bolso y tomándola por la muñeca. La saca de la habitación sin mirar atrás y comienza a guiarla hacia las escaleras--. No tenemos mucho tiempo, han de estar por volver.
Audra se detiene abruptamente al inicio de la escalera al ver a cinco chicos en la sala, todos mirando de forma curiosa y aterrada. Suelta un suspiro, mirando a su hermana con el ceño fruncido, sin poder evitar sentirse algo molesta con respecto a la situación; ¿Acaso no comprende el lío en que las está metiendo?
--Cheryl, ¿qué mierda has hecho?
Su hermana abrió la boca, dispuesta a replicar, cuando el sonido del motor de un auto la congela en su lugar. Audra abre los ojos y mira a los cinco chicos desconocidos, sintiendo la desesperación y el terror subir por su garganta.
--Tienen que esconderse, rápido--los chicos se quedan quietos, tan asustado como ella.
--No--dice Cheryl, bajando las escaleras con elegancia y caminando hasta detenerse en frente de la puerta--. Vamos a enfrentar a esos bastardos.
Audra la sigue con exasperación y algo de furia. Sabe que su hermana solo quiere ayudarla, lo sabe, pero aun así...
--Cheryl, ¡esto no es ningún juego!
La puerta se abre, dejando ver a los señores Blossom. La sala cae en tal silencio que se podría escuchar un alfiler caer en el piso de arriba.
Nadie se mueve, nadie dice nada; los Blossom parecen aterrados, asustados y tan enfadados como Audra los ha visto nunca. Los adolescentes que ni siquiera la conocen parecen desafiantes, aunque puede ver algo de miedo debajo de toda aquella fachada.
--¿Qué esta pasando aquí?--su madre pregunta.
--Nos vamos--le espeta Cheryl, sin moverse de su lugar, pero mirando a su madre de manera tan desafiante que Audra sonríe por primera vez, malditamente orgullosa de su hermana.
--Seep--Audra se adelanta a un paso; había traido de vuelta a aquella Audra que Cheryl tanto envidiaba y adoraba, todo al mismo tiempo--. Nos vamos de este infierno al que los ineptos nombraron ThornHill.
Cuando Cheryl la observó, esta tiene una sonrisa gigante en su rostro, la misma sonrisa peligrosa y desafiante que usó el dia en que trajo la chaqueta de los Serpents puesta y le gritó a su madre que una banda de criminales era mejor familia que ellos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ha sido algo corto, los sientooo
¿Qué les parece?, ¿Les está gustando como esta quedando la historia?
Me harían un favor increíble si chequearan mi nueva historia, "Los chicos están bien". A continuación, les dejo la sinopsis:
Cuando la profesora de Educación Sexual les asigna a los rebeldes chicos de la escuela de verano un ensayo, estos deberán dejar de lado sus diferencias y buscar alguna respuesta a la pregunta hecha; ¿Qué demonios podrían tener en común?
