Capítulo 8

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--¿Tengo que hacerlo?--Audra preguntó, usando voz chillona, como una niña pequeña. 

Cheryl rodó los ojos, sosteniendo el fajo de papeles contra su pecho y deteniéndose delante de la puerta de dirección.

Una semana pasó desde que escapó de Thornhill, con ayuda de sus hermana y sus amigos, y se reencontró con FP y el resto de los Serpents, los cuales, a propósito, estaban muy emocionados por tenerla de vuelta. Habia encontrado un pequeño depósito abandonado en el que podía dormir. No era una habitación como las de el Four Season, ni tampoco era tan lujosa o espaciosa como la que le pertenecía en Thornhill, pero era más que suficiente; no olía para nada mal, como hubiera imaginado, y había lugar suficiente para una cama (aunque dudaba que pudiera llamar cama a una vieja almohada y algunas sábanas acomodadas en el suelo). También había una especie de regadera: Audra supuso que se había utilizado para limpiar artefactos o algo por el estilo. 

Cheryl no parecía tan convencida como ella con aquel lugar.

--Está todo sucio--comentó la primera vez que entraron.

Audra se encogió de hombros.

--Eso se puede arreglar.

--Hay muchas cajas--continuó, pateando una de ellas y enviándola al otro lado de la habitación con una mueca de asco.

--Es mejor--contestó Audra--. Si alguien viene a revisar, podré esconder mis cosas detrás de algunas.

Cheryl sigue quejándose y quejándose, preguntandole donde pondría su ropa y donde comería si no había mesa, pero Audra la calló enseguida diciéndole que aquel lugar era su única opción. Cheryl, por su parte, no había ido a la casa de ninguna amiga, sino que había vuelto a la mansión:

Audra no quería someter a su hermana a esta nueva vida, por lo que insistió en que debería volver y decir a los señores Blossom que Audra la había amenazado para que la dejase salir y que todos aquellos chicos que estaban en la sala eran amigos que Cheryl había invitado para terminar un proyecto de ciencias. Como era de esperarse, su hermana se negó al instante ante la idea de echarle la culpa y Audra tuvo que insistir, diciéndole que podría investigar cuál era el siguiente movimiento de sus padres, aunque, en realidad, no era nada de eso. 

Desde nacimiento, Audra se había encontrado en las sombras de la familia Blossom, oculta ante las cámaras por su mal comportamiento y su falta de elegancia, y rechazada por aquellos que deberían de haberla apoyado

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Desde nacimiento, Audra se había encontrado en las sombras de la familia Blossom, oculta ante las cámaras por su mal comportamiento y su falta de elegancia, y rechazada por aquellos que deberían de haberla apoyado. Siendo la oveja negra de su familia, molestada por los chicos mayores y populares, usando ropa de segunda mano por que su madre no le compraria nada que no fuera vestidos y faldas. Se había acostumbrado con facilidad a los malos tratos, así como se acostumbrara a dormir en un sucio depósito, pero Cheryl jamas podria hacerlo, por que no sabía cómo era realmente la vida. No es como si necesitara ir a bares y juntarse con un grupo de motociclistas para saber cómo es vivir, no, pero sí debía de saber la realidad, la realidad fuera de la mansión de Thornhill, donde no había lujos, ni caros autos, y donde la gente debía de trabajar para sobrevivir. Ella jamás sabría lo que era una pelea callejera o no tendría que vivir la vida que muchos de los Serpents viven, sin casa, sin familia, sin dinero, y Audra quería que aquello permaneciera así, no quería ser ella quien le abriera los ojos, debía de hacerlo por sí misma. 

Así que le dijo que volviera, por mucho que le doliera; no es como si quisiera arrastrarla al agujero negro en que se encontraba. Y Cheryl aceptó, después de escuchar a Audra parlotear y parlotear. 

Y aquí estaban ahora, una semana después, en la secundaria de Riverdale, del lado Norte. Cheryl llevaba toda la documentación de Audra, robada del dormitorio de sus padres, y estaba más que lista para hacer el papeleo de admisión, para que esta pudiera retomar los estudios (aunque, claramente, Cheryl no iba a desmentir el hecho de que Audra pasó los últimos años en un internado de Inglaterra).  Audra había bufado varias veces, diciendo que, si no había asistido estos últimos años, podría sobrevivir sin asistir al instituto. Aunque, una parte de ella, se sentía deseosa por retomar su vida, por volver a vivir libremente.

Cheryl entró a la dirección y Audra se quedó afuera, sin querer enfrentar las preguntas que, probablemente, le harían. 

Observó el pasillo vacío y suspiró, recargando su espalda contra la pared. Faltaba mas de media hora para que las clases comiencen y, de todas formas, Audra no tenía pensado comenzar hoy. Le había aclarado a Cheryl, antes de entrar al instituto, que comenzaria en un par de días, ya que quería algo de tiempo para informarse cómo iban las cosas con los Serpents y algunas otras personas. Además, quería buscar alguna forma de sacar su ropa de la mansión, ya que no tenía dinero para comprar más, considerando Cheryl había sacado algo de ropa en un bolso, pero solo eran prendas para un par de días. 

Aunque Cheryl podría sacarla de allí, pensó, no le sería muy difícil si sus padres no estaban...

Sus divagamientos se detuvieron al ver pasar una figura por el pasillo contrario al que se encontraba. Era un hombre, eso estaba claro por los pasos pesados, pero Audra no podía distinguir su rostro, aunque le era vagamente conocido. Se acercó sigilosamente, preguntándose que haría un estudiante vagando por la escuela a estas horas.

Se detuvo en seco al ver al chico desconocido abrir el armario de escobas; entró en él y comenzó a buscar algo dentro de un bolso negro. Cuando el chico se volvió, Audra se dio cuenta de dos cosas; la primera, que el desconocido estaba en toalla y, en segundo lugar, que se trataba de Jughead.

Alzo ambas cejas cuando sus ojos se encontraron. Jughead estaba petrificado, sosteniendo con fuerza la toalla. Audra, por su parte, intentaba disimular cada vez que le observaba el cuerpo. Mierda que si se mantenía escondido, pensó, sin dejar de observar los marcados abdominales de Jughead. 

Era sexy, admitió, pero seguía siendo un tonto malhumorado. 

--¿Qué haces aquí?--tartamudeó el chico, sonrojándose ante la mirada penetrante de Audra

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--¿Qué haces aquí?--tartamudeó el chico, sonrojándose ante la mirada penetrante de Audra.

--Eres tú quien está desnudo en medio de la escuela--replicó ella, cruzándose de brazos.

Jughead río de manera nerviosa, sabiendo que no podría escapar de esta.


The other Blossom (RIVERDALE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora