Capitulo 16

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Hermione Lodge observa a su alrededor y suelta un suspiro al ver que ya no quedaba nada de clientela en Pop's. Realmente debo conseguir otro trabajo, piensa, tomando la escoba de detrás del mostrador y apresurándose a cerrar la puerta para ponerse a limpiar. Maldice a Hiram mentalmente, por ser tan descuidado como para ser descubierto, mientras levanta la mugre que recogió con una pequeña palita.

Hace una mueca de asco cuando ve una bola de pelos; ¿Cómo demonios llegó eso al piso de un restaurante?

Comienza a caminar hacia la barra, procurando que nada se caiga ni que tampoco toque su mano, pero se detiene en seco al ver una caja en medio del paso, entre las dos hileras de mesas y sillas.

Deja de la pala con cuidado en el suelo y apoya la escoba contra la pared antes de soltar su décimo suspiro en el día. Camina hacia ella algo enfadada, pensando en los irresponsables adolescentes que dejan las cosas por allí.

No fue hasta que escuchó un siseo cuando se detuvo. La caja se sacudió y ella dio un salto hacia atrás, soltando un agudo grito. Tomó la escoba con ambas manos, apretándola con tanta fuerza que lo nudillos se volvieron blancos. Le dio un golpe, haciendo que la caja cayera de costado y se acercó lentamente, conteniendo el aliento.

Dos serpientes le sisearon desde el suelo, sin acercarse, pero mirándola con atención, como esperando su próximo movimiento.

Se apresuro a correr hacia el mostrador y tomar el teléfono, marcando el primer número que venía a su mente.

(...)

--Hola—Audra llamó la atención de Betty cuando el autobús se quitó y les dejó paso a la vista del horrible y tenebroso edificio que poseían las hermanas de la misericordia, donde Polly se encontraba internada.

"--No juzgues a un sitio para jóvenes con problemas por su aterrador aspecto—Jughead sonrió de lado, pero se puso completamente serio cuando Betty miró, angustiada--, ¿Verdad? —Audra murmuró, casi como una disculpa.

La rubia suspiró, antes de ajustarse la coleta y caminar con decisión hacia la puerta principal del edificio donde Polly Cooper yacía. Jughead miró a la chica junto a él, antes de seguir a la rubia.

--Hola—Betty saludó. Una anciana, sentada detrás de un mostrador, frunció el ceño. No les había quitado el ojo desde que entramos, notó Audra. Probablemente le parecían sospechosos o quizás simplemente no estaba acostumbrada a ver a jóvenes venir de visita--. Vengo a ver a mi hermana, Polly Cooper.

Audra frunció los labios ante Betty, pensando en apartarla de allí. No era una buena idea decir que era la hermana, no si estaban viniendo a escondidas de los señores Cooper.

--Necesito ver una identificación—pidió la vieja. Betty sacó su cartera y le entregó una identificación escolae.

--Muy bien, la hermana te acompañará—una mujer, de larga túnica negra, le sonrió a Betty. Esta última asintió, algo nerviosa--. Ustedes dos tendrán que esperar.

Audra miró hacia a Betty y se encogió de hombros, caminando hacia las sillas de espera que se encontraban en un rincón. Quería acompañarla y apoyarla y toda la cosa, pero, si la señora dijo que no podía hacerlo, ¿Para qué quejarse? Lo único que conseguirían seria que los echen de aquel tenebroso sitio y que sus oportunidades de conseguir información sobre Jason bajen de mínimas a cero.

Jughead, al parecer, estaba pensando lo mismo, porque le sonrió a Betty, en forma de apoyo, antes de sentarse en la silla junto a ella.

--Esto es de locos, ¿No crees? —preguntó, después de unos minutos de silencio. Audra resopló, apoyando la cabeza contra la pared, antes de asentir--. Riverdale solía ser la clase de pueblo aburrido, donde nunca sucede nada nuevo. Y ahora...

--Todo el maldito pueblo es una escena del crimen, entiendo.

Jughead asintió.

--Estoy cansado de Riverdale.

--Mas bien, de las personas que viven en el—corregió Audra, suspirando--. Al menos, por mi parte; no recuerdo casi nada de lo que era Riverdale.

--Lo siento—el chico dijo repentinamente, ocasionando que Audra lo mire, confundida.

--¿Por qué?

--Por no creerte—respondió Jughead, sonrojándose un poco, acomodándose el gorro--. No imagino lo horrible que fue.

--Fue más horrible saber que eran tus padres quienes te mantenían allí, al hecho de estar encerrada.

Audra se encogió de hombros, no sabiendo si se estaba explicando correctamente.

Jughead se detuvo a mirarla unos segundos. Sacudió la cabeza, desviando la mirada de la hermosa chica, y dijo;

--Te entiendo.

Audra miró sus ojos marrones, preguntándose si lo decía porque en verdad lo sentía o solo quería quedar bien. Jughead no parecía esa clase de chico a la que le importa lo que piensen los demás, se dijo, así que se inclinó ante la primera opción.

Le sonrió, sintiéndose tonta al estar tan maravillada por su apariencia, y estuvo a punto de responderle cuando algo llamó su atención.

--Oh, no—susurró, mirando a Alice Cooper hablar con la recepcionista.

--Oh, no—susurró, mirando a Alice Cooper hablar con la recepcionista

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The other Blossom (RIVERDALE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora