Capítulo 17

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Bella

Abro un poco los ojos y lo primero que siento es ardor. Me arde el costado derecho. Intento incorporarme pero no puedo, el dolor no me deja. Miro hacia los lados y me sorprende ver la espalda de alguien. Ese alguien está sin camiseta y lleva un brazo tatuado por lo que ese brazo solo puede ser de una persona.

- Ares... –le doy un pequeño empujón– Ares.

- Hmm... –murmura.

- Ares. –digo un poco más alto.

- ¿Qué? –cuando se gira, quedamos cara a cara, demasiado cerca y por un momento se me corta la respiración.

- ¿Qué haces aquí? –pregunto.

- Es mi habitación. –abro los ojos como platos.

- ¿Qué hago en tu habitación?

- Dímelo tú. ¿Por qué viniste así? –frunzo el ceño.

- Así cómo.

- Luis te trajo en brazos, estabas medio inconsciente. –me quedo un rato callada pensando.

Todas las imágenes vienen a mi cabeza, la carrera, Ross borracho, Lisa hablando, Lisa encima de mí dándome puñetazos, yo devolviéndose, yo cayéndome al suelo, Luis cogiéndome, la voz de Ares y después nada. Oscuridad.

- Tuve una pequeña pelea.

- No debió de ser muy pequeña cuando tenías clavado un cacho de metal en el costado. –Ares eleva una ceja.

- ¿Tenía?

- Sí, yo te la quité. –abro los ojos sorprendida.

- ¿Cómo? –Ares sonríe y se pone boca arriba mientras se estira. Mi mirada baja hasta su costado y es cuando veo otro tatuaje.

Pero este se me hace familiar. Es una flor, el color del tatuaje es en tonos negros y grises. La flor parece una rosa con cuatro hojas y debajo del dibujo aparece una frase en italiano que no puedo entender.

- Con unas pinzas. –contesta. Yo sigo mirando su tatuaje.

- ¿Y ese tatuaje? –pregunto mientras el baja el brazo para taparlo.

- Una rosa. –se encoge de hombros.

- ¿Tiene una historia? –sus ojos de clavan en los míos.

- Sí.

- ¿Cuál? –antes de responder coge una bocanada de aire.

- Cuando era pequeño tenía una amiga. Mi mejor amiga. –su mirada viaja hasta el techo de la habitación– Un día estábamos en el bosque y ella se cayó por un mini barranco, yo estaba muerto de miedo por lo que me tire a buscarla y la encontré entre unos rosales.

- ¿La pasó algo? –pregunto asustada. El niega con la cabeza.

- Solo se hizo un rasguño, pero como era tan melodramática ella se pensaba que se iba a morir. –sonríe de medio lado– Me acuerdo que me dijo "Si me pasa algo, quiero que me prometas algo" yo la dije que era tonta porque nada la iba a pasar, solo era un rasguño, pero ella insistió y hasta que no se lo prometí no se calló. –hace una pausa bastante grande.

- ¿Qué la prometiste? –pregunto curiosa. Vuelve a girar la cabeza para mirarme y su mirada esta vez es mucho más intensa, tan intensa que hace que se me ponga la carne de gallina.

- Que nunca la olvidaría.

- ¿Esa es la frase? –miro su tatuaje una vez más.

- Non importa cosa sucede, non ti dimenticherò mai. –frunzo el ceño mientras vuelvo a subir la mirada– Pase lo que pase, nunca te olvidaré. –me aclara.

- ¿Qué paso con la chica?

- Se fue. Me dejo solo. –sus ojos reflejan dolor.

- ¿Murió? –no sé por qué, pero me siento... triste.

- No. Se marchó con su familia. –asiento levemente.

- La querías ¿verdad? –Ares asiente.

- La amaba y aun la sigo amando. –al oír esas palabras siento opresión en el pecho y me siento obligada a retirar la mirada, pero cuando me giro un poco gimo de dolor. Se me había olvidado que tenía la herida.

Ares se levanta de un salto y desaparece por la puerta. Me quedo mirando en esa dirección. ¿Cómo es posible que siga amando a una persona que seguramente lleva sin ver años? ¿Quién será esa chica? ¿Estará mintiendo? Muchas preguntas nacen en mi, pero por desgracia no puedo contestar ninguna.

Ares vuelve a aparecer por la puerta con gasas y un bote de algo. Vuelve a sentarse a mi lado, mira mi camiseta y luego mira mi cara como si estuviese pidiendo permiso, yo solo asiento. Noto sus dedos rozarme la piel y una sensación rara crece en mí, un sentimiento de nervios y un sentimiento familiar.

- No parece infectado, pero aun así te lo limpiaré tres veces al día.

- Puedo hacerlo yo. –aclaro. Entrecierro los ojos cuando sonríe de medio lado.

- Sé que puedes hacerlo tú, pero voy a hacerlo yo porque tú eres una irresponsable. –aprieto la mandíbula enfadada.

- Retira lo que has dicho. –me mira de reojo– Yo no soy una irresponsable.

- Claro que lo eres. –le fulmino con la mirada– ¿Qué me vas a hacer si no lo retiro? Te recuerdo que no puedes ni pestañear. –se burla.

- Imbécil. –gruño.

- Un imbécil que te ha salvado la vida. –dice antes de limpiarme la herida y dejarme descansar durante el resto del día.

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Heeey personitaaaas, os preguntaréis: ¿Por qué sube hoy un capítulo si no es viernes? Y yo os digo:Proque mañana no voy a poder subir capítulo por lo que aquí lo tenéis.

Espero que os guste y si es así hacérselo saber😉 también espero que os este gustando esta historia.

Os quiero angeloss💚💚

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