Capítulo 22

568 29 0
                                    

Bella

Es la primera noche que he conseguido dormir con total tranquilidad, no he tenido ningún sueño extraño, no me he despertado sudando ni asustada.

Cuando despierto me sorprendo al ver a un chico a mi lado. Está de espaldas a mí por lo que solo veo su pelo rubio castaño. El chico se da la vuelta y lo recuerdo todo. Anoche le pedí a Ares que se quedara conmigo ¿por qué demonios lo hice?

"Recuérdame"

Esa palabra viene a mi mente y no sé por qué. Quizás haya soñado con eso, sea lo que sea no le doy importancia.

Ares abre poco a poco los ojos. Me quedo embobada, la verdad es que hasta ahora no me había dado cuenta de lo guapo que es, bueno, sí que me di cuenta, pero es que ahora está muchísimo más guapo.

Noto su mano acariciarme el pómulo y por un momento me quedo sin respiración. Ese gesto me ha pillado muy desprevenida.

- Te sangra la herida. –retira la mano y me enseña su dedo. Es verdad, hay un poco de sangre en su dedo.

- Se habrá abierto mientras dormía. –me incorporo, me levanto y me acerco a mi armario.

Ignoro la sensación que tengo. Estoy nerviosa ¿por qué demonios estoy nerviosa? Como si fuera la primera vez que me despierto al lado de un chico... Pero ahora es diferente, no sé por qué lo es, pero así lo siento.

Cojo lo necesario para limpiarme la herida y vuelvo a la cama. Noto la mirada de Ares clavada en mí, pero lo ignoro. Abro el cajón de mi mesilla y extraigo un pequeño espejo, lo pongo delante de mi cara y empiezo a curarme la herida. Cuando ya está tapada, guardo el espejo y miro a mi acompañante.

- Deja de mirarme. –él eleva una ceja.

- ¿Te pongo nerviosa? –ruedo los ojos.

- Me molesta que se me queden mirando. –le informo.

- Seguro. –no me gusta nada el tono que ha utilizado– ¿Qué tal has dormido? –me pregunta mientras se estira.

- Aunque suene raro, bastante bien. –frunce el ceño.

- ¿A qué te refieres?

- No sé si te has dado cuenta, pero no he soñado con lo que suelo soñar y no sé si es porque he dormido contigo o porque estaba cansada. –me encojo de hombros.

No espero a que me conteste, la verdad es que lo he dicho más para mí que para él así que me levanto y vuelvo a mi armario para elegir un chándal. Rebusco entre mi ropa hasta que encuentro lo que busco. Lo cojo y lo dejo encima de la cama.

- ¿Sigues soñando con esas personas? Es decir, el chico y la chica. –asiento– Eso es raro. –vuelvo a asentir– Seguro que dentro de poco descubres el porqué de esos sueños.

- Sí, supongo que sí. –Ares y yo nos quedamos mirando el uno al otro– ¿Vas a quedarte aquí mientras me visto? –me cruzo de brazos. Él abre los ojos y parece que se pone colorado.

- Eh... Mejor salgo. –se levanta y sale de la habitación.

No puedo evitar reírme por la cara que ha puesto Ares. Para parecer tan "malo" a veces actúa de forma muy inocente. Eso me parece muy atractivo...

- ¿Qué demonios estás pensando Giovanni? –me pregunto.

Dejo de pensar en todo y simplemente me visto, me hago una coleta alta y salgo.

Escucho voces provenientes de la cocina por lo que es el primer sitio al que me dirijo. Tengo suerte de encontrarme a los hermanos A.

- Qué bien que estáis juntos. –sonrío y ellos me miran con una ceja alzada.

RecuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora