Capítulo 6

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Mi día ha consistido básicamente en estar en el patio haciendo ejercicio. Me siento bien, hace mucho que no lo hacía y tengo que admitir que he perdido fondo. Cuando me ha parecido suficiente ejercicio por hoy, he subido a mi habitación a ducharme.

Cuando salgo, me doy cuenta de que no me he cogido la ropa, por lo que me enrosco una toalla al cuerpo y salgo. Cojo la ropa interior y la dejo encima de la cama. Vuelvo al armario y rebusco mi pijama. Cuando lo tengo y me doy la vuelta, me doy un susto de muerte haciendo que mi pijama vuele por los aires.

       - Me has asustado, idiota. –le digo a Fede.

       - Me he dado cuenta. –se ríe. Me doy la vuelta para coger el pijama del suelo– Venía para preguntarte si quieres ir a la fiesta de Chad. –levanto una ceja.

       - Claro que quiero. –digo divertida– Ahora sal que me quiero cambiar. –asiente y desaparece.

Voy a la cama en busca de mi ropa interior, pero no está. Que raro, yo juraría que lo he dejado aquí. Miro por el suelo y nada, vuelvo a mirar en el armario y tampoco. No está. Antes de que mi hermano entrara... Aprieto los puños y achino los ojos.

       - ¡Federico Smith Giordano! –grito mientras bajo las escaleras corriendo–¡Devuélveme mis prendas íntimas! –cuando entro al salón me sorprende que mis hermanos no estén solos.

Miro a nuestros invitados con sospecha. Alexa tiene los ojos abiertos de par en par y el tatuado se ha sonrojado al ver que solo llevo una toalla. ¡Ni que nunca hubiera visto a ninguna tía medio desnuda!

       - ¿Qué pasa enana? –miro a Benji.

       - Pasa que el estúpido de tu hermano me ha quitado mi sujetador y mis bragas. –digo sin importarme que haya más gente.

       - Federico, devuélveselo. –mi hermano suelta una carcajada cuando saca mis prendas. Me acerco a él y se las quito de un tirón.

       - Acompáñame. –Benji asiente y me sigue.

Entramos en mi habitación y él se tira a la cama, en cambio yo me meto al baño para ponerme la ropa interior. Cuando ya la tengo puesta, salgo.

La verdad es que no me da vergüenza estar así delante de mi hermano. Es igual que llevar un bikini y es mi hermano... hasta me ha visto desnuda, pero cuando teníamos muy pocos años de vida, claro.

       - ¿Qué demonios hacen aquí? –pregunto mientras rebusco en mi armario.

       - Me encontré a Alexa y la invite. –me giro y le fulmino con la mirada– Lo he hecho por ti.

       - ¿Por mi?

       - Si crees que te siguen, ¿qué mejor forma de averiguarlo que haciéndose su amiga? –levanta una ceja.

       - Eres un genio hermanito. –sé que está sonriendo aunque no pueda verle– ¡Bingo!

Saco mi hermoso vestido que me regaló mi madre por navidad. Es simplemente perfecto. Es negro, ajustado y me llega por la mitad del muslo. Tiene un agujero en forma de rombo justo en el centro de mis pechos que llega hasta el ombligo, por lo que mi tripa queda descubierta.

       - No me gusta. –dice mi hermano– No te queda bien con el sujetador. –me miro al espejo y veo que tiene razón.

       - Gracias. –digo quitándomelo. Cojo mis tacones y me los pongo.

Me peino un poco y ya estoy lista. Nunca me pongo maquillaje, me gusta ser natural. Golpeo el pie de mi hermano para indicarle que ya estoy.

Salgo la primera y bajo despacio las escaleras. Todo iba bien hasta que mi tobillo decide torcerse, haciendo que pierda el equilibrio. Cierro los ojos esperando la inevitable caída, pero los abro cuando noto los brazos de mi hermano rodearme la cintura, deteniendo mi caída.     

RecuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora