Capítulo 42. Es mi culpa...

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Me tumbé en la cama, dejando que mi cabeza cuelgue por el costado. La sangre corría a mi cabeza y mi cabello cubría mi rostro, pero eso significaba que no tenía que mirar el vestido que colgaba de la puerta del armario. Maroon 5 estaba sonando a través de mis auriculares y haciéndome pensar en casa. Tal vez debería visitar a mi familia – reflexioné - Podría hacer que Ji yong vaya conmigo.


Alguien me tocó el brazo y salté, haciendo que me deslizara hacia abajo y aterrizara en el suelo. Me quité el pelo de los ojos y entrecerré los ojos.


- Podrías haberme matado – dije - quitándome los auriculares.


Seungri se rió.


- Espera, déjame tomar una foto – dijo - alcanzando su teléfono.


Lo pateé y él se rió de nuevo.


- ¿No deberías estar preparándote? – preguntó - asintiendo con la cabeza al vestido.


- Estaba pensando – respondí – sentándome -Tal vez no debería ir.


- ¡Tienes que ir! - Exclamó Seungri - Va a ser una fiesta increíble!


- Tal vez, pero con todo lo que pasa con esa acosadora y - negué con la cabeza - Parece arriesgado.


- ¿Estás segura de que esto no se trata de ti... o es Ji yong? - preguntó.


- ¡No! – grité - Simplemente no quiero arruinar su momento.


- Si él tuviera miedo de eso, no te habría comprado un vestido para esta noche - me recordó Seungri.


- Es un vestido hermoso – suspiré - mirando la seda rosada.


- Además, nada más ha sucedido desde el incidente del automóvil – dijo - ofreciéndome la mano - Hay seguridad extra y todo.


Dejé que me pusiera de pie - Bien, pero ...-


- ¿Pero qué? ¡No me obligues a vestirte Sarah! – gritó Seungri.


Me sonrojé.


- Es una gran propuesta – respondí - pero creo que puedo hacerlo sola.


- Bien - dijo Seungri con aprobación - Te veré allí.


Seungri se fue y suspiré antes de quitar el vestido de la percha.





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Ji yong


Me detuve en el departamento de Sarah en mi Lamborghini recién limpiado. Me miré el pelo en el espejo antes de salir sin problemas. ¿Debo subir o esperar aquí? - me pregunté -  abrochándome la chaqueta del traje. Antes de que pudiera decidir, la puerta de entrada se abrió y Sarah salió, sonriendo tímidamente. Me quedé sin aliento cuando salió a la luz, su vestido brillaba suavemente.

Escribe en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora