Socio

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Akashi Masaomi fue dado de alta después de tres días internado.

Seijūrō se había hecho cargo de la empresa en esos días, posponiendo la junta con el nuevo socio para cuando su padre mejorará.

Había tomado cordón umbilical que Koki Furihata le había proporcionado, y le llevó con Shintarō para hacer la prueba de ADN.

No dudaba del castaño. Sabía que era su hijo. Solo quería confirmarlo.

Confirmar que su padre realmente le había alejado de Kōki y su bebé.

La prueba fue positiva... 99.9% de compatibilidad paternal.  
Lloró apretando fuertemente los resultados.

Iba a luchar por el amor de su hijo.

Había perdido a Hikari, no  iba perder a Seiki.

Principalmente hablaría con Kōki para que Seiki llevará su apellido.

Su teléfono sonó, era su padre.

—¿Sí?

Mañana regresaré a trabajar. Reanuda la junta con el nuevo socio. Ya le hablé a Ren.

—Entiendo. Le diré a Kaname que preparé la junta.

Gracias.

Un gracias de su padre era mucho.  La muerte de Rin y Hikari, y el regreso de Koki y Seiki lo habían cambiado.

Apretó el intercomunicador —Kaname-san. Mi padre regresa mañana. La junta con mi suegro será mañana.

—Prepararé todo, Akashi-sama.

—Gracias. Favor de pedirme un almuerzo, el de siempre. Y un catálogo de ropa y juguetes para niño.

—Sí, Akashi-sama.

Comenzaría a ver ropa y juguetes que le gustaría para su hijo. Por la ropa que vestía Kōki se notaba que tenía un buen nivel económico. Y esperaba no molestarlo.

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Masaomi se levantó temprano.

Tenía un día muy ocupado antes de la junta.  Así que era mejor llegar a primera hora.

Seijūrō estaba tomando el desayuno, se apresuró para ir juntos. Puesto que había levantado las llaves del auto de Seijūrō tras su intento de suicidio.

—¿Cómo te sientes?

—Mejor.

Cuando terminaron de desayunar, se dirigieron a la empresa.

Cada quien se dirigió a su respectiva oficina.

Al dar la una de la tarde, su asistente fue y le dijo que ya era la junta.  Se levantó y se dirigió a la sala.

Al entrar su padre y Ren estaban conversando —Papá. Ren-san.

—Seijūrō— le dió una abrazo tosco —. Tú padre me ha dicho que has estado mejor, y que tienen algo que decirme.

—Si. Me gustaría que usted sea el primero en enterarse. No quiero mal entendidos. 

—Claro ¿Lo hablamos ahora?

—Después— se sentó al lado de su padre—. Mi padre me ha dicho que es Gold Inc.

—Así es. Es un joven sensato. Muy inteligente.

—Pues...

La puerta fue tocada, y abierta — Gold-san ha llegado.

—Hagalo pasar.

La asistente asintió y segundos después entró un joven rubio que Seijūrō conocía muy bien.

—¿Nash Gold Jr?

—¿Algún problema?— dijo el rubio en acento extraño.

—No. Solo no pensé que fue de esos Gold.

—Bueno, comencemos— dijo Masaomi.

—No. Falta mi hermano. Él es el dueño. Yo soy su abogado.

—Esperemos entonces.

—Si. Él está hablando por teléfono.

Esperaron cerca de cinco minutos. La puerta fue abierta y entró un doncel.

—¿Kōki? — dijeron ambos sorprendidos.

—Buena tarde. Siento la demora. Estaba en una llamada importante.

—Gold-san. Bienvenido— miró entre los tres —. Al parecer se conocen.

_Si.

—Que pequeño es el mundo.

—Si. Muy pequeño— Kōki sonrió satisfecho por la reacción de ambos.

—¿Cómo es que eres dueño de Gold Inc?

—Nuestro padre lo nombró su sucesor tras que yo renuncie. Tengo mis propios planes— respondió Nash.

Seijūrō observó a Kōki ¿Cómo que era hijo de Nash Gold?

Por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora