Por amor

Lo odiaba

Nash tocó la puerta de la habitación de su hermano varias veces pero no respondía.

Su hermano había estado extraño desde la semana anterior, cuando los Akashi fueron a conocer a su sobrino.

Algo preocupado ingreso a la habitación pero estaba vacía. Del baño se escuchó un pequeño gemido.
Se acercó, abrió la puerta y quedó paralizado.

Kōki sollozaba mientras sostenía unas filosas tijeras.

— Kōki..— ingresó al baño y le quitó las tijeras antes de abrazarlo fuertemente —. ¿Qué hiciste?

—Y-Ya no lo quería largo.

Mentiroso. Sí había algo que amaba Kōki, era su larga cabellera.

—Iremos a un salón a que te lo arreglen.

—S-Si— respondió.

—Estoy imaginando porque lo hiciste, pero no debías. No tienes que compararte con ella.

El castaño sollozó aún más de lo que ya lo hacia.  

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Cuando el castaño al fin dejó de llorar se dirigieron al centro comercial; no si antes preguntarle a Kuroko Tetsuya cual era el mejor.

Kōki sujeto la mano de Nash y se dejó guiar. No quería que nadie viera que estuvo llorado.

Nash preguntó por el lugar y lo enviaron al tercer piso.

Llegaron y notaron la  pequeña fila que había. Sin dudaba estaban esperando.

Nash se formó detrás de algunos donceles; algunos los miraban curioso.

Un doncel pelinegro corría desesperado hacia el lugar, por no fijarse choco contra Kōki y ambos terminaron en el piso.

—Lo siento— se levantó rápidamente y ayudó al castaño.

—No se preocupe...

Ambas miradas se encontraron.

—¿MIBUCHI-SAN?/ ¡KŌ-CHAN!

Reo sujeto al castaño de la playera —¡ERES UN IDIOTA! TIENES IDEA DE LO QUE SEI-CHAN HA SUFRIDO POR TÍ.

Kōki frunció el ceño —¿Sufrir por mi? No se burle de mi. Él se casó con su el  amor  de su vida y tuvo una hija ¡Eso no es sufrir!

—Mocoso— la voz de Reo cambio drásticamente —.Lo usaste. Todo este tiempo estuviste con él por su dinero.

—¿De verdad cree que si lo hubiese estado usando lo hubiera dejado tan fácilmente?

No. La verdad es que no. Fue lo que siempre pensó Reo. Kōki era incapaz.

—Tenemos que hablar — declaró, sujeto la mano del castaño y lo jaló hacia la estética —. Abriré en tres horas.

Entregó una tarjeta a los clientes inconformes —Vayan a la derecha, a 100 metros, está el spa. Gratis la primer hora.

Nash frotó su barbilla —¿Atiende varones?

—Por supuesto— respondió Reo al intimidante hombre.

—Bien— tomó la tarjeta —. Vengo por tí en tres horas, Kōki.

Reo miró entre ambos, una vez que el rubio se alejó miró al castaño —¿TÚ ESPOSO?

—Mi hermano— rodó los ojos. Siempre creían que eran esposo.

—Tu no tienes hermanos.

—Es una larga historia.

—Tenemos tres horas...— observó el castaño —¿Qué demonios le sucedió a tu cabello? Parece que fue cortado por un niño de kinder.

Las mejillas de Koki se tornaron rojas.

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Reo escuchó atentamente a Kōki  Gold.

No podía creer todo lo que decía.

—Entonces... ¿Tienes un hijo de Seijūrō?

—Si— sacó su teléfono y le mostró las fotos.

—Se parece bastante a Sei-chan.

—Más de lo que crees.

—¿Sei-chan ya lo sabe?

—Sí— miró al castaño —. Kuroko me puso al tanto de la situación de Akashi. Así que decidí decirle la verdad.

—¿Por qué?

—Esta sufriendo por su perdida. Espero que mi bebé le ayude un poco.

Reo levantó el mentón del castaño— ¿Amas a Seijūrō?

—No...

Reo sonrió —Eres un pésimo mentiroso.  Ahora. Arreglaré ese horrible cabello tuyo.

Sonrió y siguió al pelinegro.

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Nash regreso después de tres horas. Entró al local y busco a su hermano.

Lo que encontré le sorprendió.

—¿Me veo bien?

—Por supuesto.